O•N•C•E

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El camino hacia la casa de Tsubasa fue silencioso, pero no era uno incomodo, era agradable y ambos lo necesitaban. Cuando llegaron Ozora estaba de espaldas para abrir la puerta de su casa, pero a los segundos se volteó para verlo a los ojos.

– Gracias por tanto Hyuga, en serio te lo agradezco – Los ojos de Tsubasa brillaban más que nunca, Kojiro quedó embobado al verlos.

– Te lo tengo que agradecer yo... Hace años no reía tanto – Hyuga agarró su mano, sus corazones latían mucho más rapido de lo usual.

– S-Sobre lo que pasó en la cabina, perdón si te llegué a incomodar... E-Entiendo si ya no quieres hacerlo – El más alto se sorprendió por el comentario, pero luego rió. – ¿Qué pasa? – Tsubasa lo miró confundido, Hyuga se fue acercando a él.

– No me incomodaste Tsubasa, además si tú no lo hacías entonces yo lo iba a hacer – Y unieron sus labios en un beso, primero era tierno, luego se volvió un poco más pasional. Tsubasa rodeó con sus brazos el cuello de Hyuga acercandose más, luego Kojiro tomó la cintura de Ozora.

Ninguno de los dos quería separarse, cada tanto dejaban de besarse unos segundos para recuperar aire, sin embargo volvían a hacerlo después de eso. Ambos estaban sonrojados a más no poder y sus ojos brillaban como las estrellas.
Pero se escuchó una voz, era fina pero estaba temblorosa.

– T-Tsubasa... Así que era cierto – Sanae estaba casi llorando observando aquella escena. Tsubasa rapidamente se separó de Hyuga.

– S-Sanae, ¿Qué haces aquí? – Ozora se acercó hacia su amiga.

– Vine a aclarar lo que pasó el otro día, pero ahora me doy cuenta de las cosas – La chica miró a Kojiro con desprecio. – Después de todo lo que pasó, todo lo malo que te hizo Hyuga, ¿Lo eliges a él? ¿Acaso te olvidaste de que por su culpa no pudiste ir a Brasil? – La pelirroja lo miraba enojada, estaba dolida pero tenía más rencor en su corazón. Hyuga a ese punto se sentía mal consigo mismo, pensaba que Sanae tenía razón y solo miró el suelo apenado, pero el tacto de la mano del menor lo trajo de nuevo a la conversación.

– Sé todo lo que pasó, ¿Pero sabes qué? Esta persona se arrepintió de todo y eso es lo que vale realmente para mi... – Hyuga lo miró algo sorprendido, pero a la vez feliz sabiendo que Ozora lo amaba así con todos sus errores del pasado. – Espero que entiendas que son mis sentimientos y que debes respetarlos... Somos amigos ante todo – El de cabello castaño quiso tocar el hombro de la joven, pero ésta solo golpeó su mano.

– Tantos años de esfuerzo para nada, cuando eramos niños hasta viajé a Tokyo por ti... ¿Y esto es lo que recibo? ¿Una estupida amistad que jamás te importó? Nunca te importaron tus amigos, todo era futbol para ti ¿Y ahora magicamente quieres un novio? ¡Encima es hombre Tsubasa! ¿Qué diran todos? – El de palida piel la miró consternado, tal vez tenía razón, jamás prestó atención a sus amigos, solamente pensaba en el futbol. – ¡¿Ahora te quedas callado?! ¡Dime algo! – A Ozora no le salían las palabras, su mente era un torbellino de cosas.

– Sanae, es suficiente. Entiendo lo mucho que amas a Tsubasa, pero él jamás decidió amarme, ¡Dejalo ir! ¡Él no es de tu propiedad como para que no lo dejes estar con quien le gusta! – Gritó Kojiro enojado por la actitud posesiva de Sanae. – Me arrepiento de todas las cosas malas que le hice e intento ser el tipo de chico que se merece, ¡Así que él decidirá con quién estar o no! – Tsubasa miró a Hyuga sorprendido por lo que dijo.

– H-Hyuga... – Pudo hablar el menor al fin y Kojiro le sonrió.

– Él sacó algo que creí que ya estaba muerto hace años, entonces por favor, dejalo en paz – Sanae estaba boquiabierta por la declaración del moreno, pero lo miró con el ceño fruncido.

– Será mejor que tú lo dejes en paz o habrá consecuencias. Tsubasa tiene que estar con una chica, no contigo – Kojiro rió, eso hizo enojar aun más a la chica. – ¿Por qué te ríes idiota? – Hyuga se acercó a ella y la miró con soberbia.

– Estás desperdiciando fuerzas en una guerra ya perdida, pero bueno, si quieres seguir perdiendo tu tiempo entonces es problema tuyo. Tsubasa, tengo que irme, mis hermanos seguramente deben estar preocupados por tardar tanto, gracias por la cita – Kojiro acercó su rostro al del menor y lo besó en forma de despedida, esto hizo que Ozora se sonrojara. Se separaron y Hyuga miró por última vez a Sanae. – Espero que ahora te haya quedado bien en claro cómo son las cosas, nos vemos – Se volteó y agitó su mano.

Se formó un ambiente tenso entre los dos, ninguno sabía qué decir ante la situación, hasta que Tsubasa decidió hablar.

– Sanae... Lamento todo lo que pasó, perdoname, sin embargo dejame ser feliz con la persona que amo, nos vemos en la escuela – Entró a su casa cerrando la puerta con una fuerza tremenda por el enojo.

– Ya lo veran... Pagaran por todo lo que me hicieron pasar – Sanae rapidamente buscó en su celular un contacto para llamarlo. – Haru, tengo nueva información para ti, nos vemos en las oficinas de Click – Cortó la llamada. – Éste será el fin de Tsubasa Ozora y Kojiro Hyuga – Se fue del establecimiento sin decir más.

Mientras tanto en un gran edificio de entretenimiento, un chico se encontraba con su cámara de fotos en la oficina de su jefe. Ambos conversaban sobre las recientes imagenes que sacó el joven en la feria.

– Esto será un gran escandolo... Perfecto para las ganancias – Rió el hombre mayor viendo cada foto que sacó su empleado. – Pero necesitamos la confirmación de esa chica, ¿Sanae? Ella es amiga de Tsubasa Ozora, seguramente tiene algo de información – El joven asintió mientras esperaba a la chica.

– Buenas noches, ya tengo la información que esperaban – Entró Sanae y ambos hombres se voltearon y la saludaron, la muchacha se sentó en la otra silla delante del escritorio.

– Quiero que sepas que no hay vuelta atrás sobre esto... ¿Estás segura que quieres hablar? – Preguntó Haru mirando serio a Sanae.

– Estoy segura... Pagaran por todo lo que me hicieron, sepan que esta información es confirmada por los dos. Tsubasa Ozora y Kojiro Hyuga todavía no son novios... Pero están saliendo, además de que se besaron multiples veces delante mío – El mayor de los tres sonrió por la declaración de la menor.

– Gracias por la información señorita, y tranquila que no saldrá tu nombre – Nakazawa sonrió y cruzó los brazos con una expresión ganadora.

– ¿Cuándo saldrá la revista? – Preguntó la pelirroja.

– Seguramente en dos o tres semanas, todavía faltan cosas para que la revista esté completa, pero ellos estarán en primera plana... ¿Qué pensará el mundo cuando se entere que los dos capitanes más importantes de Japón sean amantes? – Los tres rieron. – Bien Sanae, ahora te doy mi parte del trato, tu dinero – El hombre puso un sobre con billetes sobre el escritorio y la joven lo agarró.

– Las ventas serán increibles, muchas gracias señorita Nakazawa, que tenga una bonita noche – La menor se despidió de los dos hombres y se fue de aquel lugar.

– ¿Está seguro de esto jefe? Siguen siendo unos adolescentes... Esto puede arruinarles la carrera, la gente no perdona – Dijo Haru intentando que su mayor lo pensara dos veces antes de hacer esa barbaridad.

– Nuestras ventas están bajando Haru, ya a nadie le interesa los escandalos de las celebridades, necesitamos algo fresco para que nuestra empresa no quede en bancarrota y así ni tú ni yo perderíamos nuestros trabajos... ¿Lo entiendes, verdad? – El menor pensaba lo que decía sobre lo que dijo su jefe, se arrepentía de lo que hizo pero ya no podía hacer nada. – ¿Verdad, Haru? Tienes un talento increible, pero es lo que nos toca – El joven tragó duro y asintió. – Bien, es todo por hoy, nos vemos mañana – Haru y el hombre se despidieron y cada uno se fue hacia sus hogares.

Esa noche empezó a llover, no era muy fuerte, pero sí se sabía que se aproximaba una gran tormenta.
































Se viene tremendo drama F por los novios que todavía no son novios.

Medicamento Para La Ira [Tsubasa x Hyuga] || Captain TsubasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora