"No importa donde, sino con quién..."
La madre de Bellota le dijo eso alguna vez, y en estos momentos ella miraba atentamente aquellos oscuros ojos verdes, sonriendo levemente entre sus labios, ahora sabiendo a que se refería.
Es cierto que un cementerio no era el lugar más romántico del mundo para un primer beso, pero no importa el lugar, importa la persona.
Comencemos desde el principio...
...
Mes de marzo y el invierno ya estaba llegando a su fin en Japón, Butch se sentía desilusionado, triste, había pasado el año, los meses y no había logrado besarla, no lo logró, claro que no dejaría de intentar, pero sus ánimos estaban por los suelos ese día.
Soltó un suspiro, saliendo un poco de vaho de su boca al hacerlo, caminaba con sus manos en los bolsillos de su chaqueta, mirando al suelo, con expresión neutral, robando miradas y suspiros de las chicas que pasaban por su lado.
Llegó a la entrada de la escuela, sin subir su mirada, sólo viendo donde sus pies pisaban. Al entrar se encontró con una gran y rara sorpresa al ver a todos sus compañeros amontonados, bueno, no amontonados porque en esa escuela todo estaba perfectamente organizado, pero sí, todo undécimo grado estaba en filas, aparentemente esperando a que alguien hablara en la tarima.
Extrañado, siguió caminando hasta la fila de varones y se puso al final, como suele hacer, detrás de su hermano; Brick, al ser los más altos del grado, siempre iban al final.
- ¿Qué es esto, bro? - Quiso saber el joven pelinegro, preguntándole a su hermano en un susurro inaudible para los demás.
- No lo sé, el profesor nos mandó a decir que vengamos para recibir un comunicado de la Directora. - Respondió el chico de orbes rojas, hablando con el mismo susurro silencioso.
Butch suspiró, miró a su costado, buscando a Bellota, ella era de las últimas en la fila femenina, su altura iba arriba del promedio estándar de las chicas así que debía de estar por ahí, y sí, efectivamente era la antepenúltima, sonrió al verla, con su corto cabello desordenado moderadamente, porque él sabía que no le daba importancia a esas cosas en las mañanas, y un puchero en sus labios labios rosados, porque él sabía que hacía eso cada vez que se aburría o que se molestaba por algo que no consiguió, y sí, estaba desanimado al empezar su día, pero con sólo mirarla, recordaba el porqué de querer besarla, de tenerla con él, de ser algo más que amigos y llenarla de besitos a cada momento que pudiera.
- Buenos días, estudiantes de undécimo. - Comenzó a hablar la Directora, tan impecable como siempre y con postura firme encima de la gran tarima de anuncios - Lamentamos informarles que hubo un problema de electricidad con el tomacorriente de su aula, y por lo tanto, suspenderemos este día de clases, y el de mañana también.
Los alumnos suprimieron un grito de emoción, no tenían permitido elevar la voz.
- Ya pueden retirarse, gracias por su atención. - Dijo para finalizar la Directora.
Todos empezaron a ir hacia la salida, algunos más apresurados que otros, aunque Butch se dispuso a buscar a Bellota, ella ya estaba tras de él, tocando su hombro para llamar su atención.
- Hola, hermosa. - Le saludó con entusiasmo el chico al voltear y encontrársela. De inmediato ella se lanzó a abrazarlo - Wow, ¿Tan de buen humor estás? - Preguntó con ironía, pasando sus brazos alrededor de la cintura de la pelinegra.
- Tú sabes que amo que pasen estas cosas. Además, es un buen día para ir de camping ¿No lo crees? - Preguntó la chica, sin deshacer el abrazo al caminar a la salida, igualados a los pingüinos.
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¡𝐃𝐞𝐣𝐚𝐦𝐞 𝐛𝐞𝐬𝐚𝐫𝐭𝐞! ➷ Bellota×Butch
FanficButch quiere besar a Bellota. Bellota encuentra cualquier forma de evitar los besos de Butch.