La Primera Mirada

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Hoy es un día muy especial, hoy cumplo 16 años.

Tengo tantos recuerdos de mi perfecta vida, el tiempo a ido muy rápido, apenas recuerdo cuando era una pequeña niña que se la pasaba todo el día jugando .Lo único que se podría decir que fue "triste", es qué, mis padres pasaron por muchas deudas, pero me dijeron que saldríamos de ellas.

Mi madre me dijo que me va a dar un regalo que me durará toda la vida, y que amaré para siempre., estoy tan emocionada ya que, hace tiempo les dije a mis padres que quería una mascota, y siento que por fin me la darán.
Espero y no tardemos tanto tiempo, ya quiero ver que especie de animalito me darán.

-¿Ya llegamos?- Pregunté entrecerrando los ojos. - No hija si quieres duérmete, tardaremos en llegar-Respondió mi madre desde el aciento copiloto del carro.yo le hice caso a mi madre, y empeze a cerrar mis ojos,e incluso empecé a soñar, soñé que llegabamos a una granja, yo bajaba corriendo del carro recibiendo a un pequeño perro, de raza pastor alemán, el cual estava en la entrada, cuando derrepente sentí que alguien interrumpío mi sueño.

-Hija ya levántate ya llegamos-Me hablaba mi madre mientras me sacudía. - hmm voy- respondi mientras bostesava y me tallava los ojos. Baje del carro detrás de mi madre y la seguí. - Bien hija aquí es - Me sañalo una casa bastante grande la cual, estava delante de nosotras. - ¿Me regalaste una casa? - Le pregunté confusa, ya que yo aún soy muy pequeña para una casa, ¡tengo 16 años!. - jajaja no hija, no hablo de la casa, estoy hablando de quíen vive en esta casa- yo todavía confusa le pregunté. - ¿De quíen? -. Entonces salió un "señor" de la casa, el bestia un traje negro con corbata azul y ojos verdes. - Buenos día señor y señora ¿serrano? - pregunto el hombre - Si joven, somos nosotros, y buenos días también para usted- Respondió mi padre. - Bien, pasen, mi casa es su casa- Lo dijo mientras extendía su mano hacia su casa - Ay que acomedido es este muchacho- dijo mi madre mientras pasaba, y el señor solo le dio una sonrisa. Yo no quería entrar a esa casa, ni siquiera sabía lo que estaba pasando. - Hija, ¿que esperas?, pasa- me dijo mi madre - si, voy - dije sin ganas. Pase a la casa, y mientras lo hacía, note una mirada, voltee a ver al señor, quien me miraba con una mirada lujurioso, me puse nerviosa y aselere el paso, haciendo que chocará con mi madre. -¡Ay! hija ¿que te pasa? - me dijo mi madre molesta. - Mamá ¿quien es ese hombre?, ¿qué hacemos aquí?- pregunté nerviosa. - Tranquila hija, todas tus preguntas se resolverán en un momento- mi madre me dijo calmada.

Entonces llegamos a la sala, era una sala muy glamurosa, muy grande y arreglada. Mi madre se sento en un sillón de tres lugares, yo me senté a su derecha y mi padre a su izquierda. El señor también se sentó, pero el lo hizo en un sillón pequeño que estava delante de nosotros.

-Bien entonces, ¿cuánto dijeron?- preguntó el señor, con una mirada arrogante. - Dijimos quince millones- respondió mi padre, mientras yo me mantenia confusa, y sin saber de qué hablaban. - mmm eso se me hace demasiado para lo que es - movió ligeramente su mano, como si me señalará., pero entonces ¡¿hablaban de mi?!. - mmm ¿Qué le parece trece millones? - preguntó mi madre. - Me parece mejor - respondió el señor. - Bien entonces trece millones serán- respondió mi padre extendiendo su mano para estrecharla con el hombre.

Mi padre y mi madre se levantaron y yo después de ellos. - No hija tu deves quedarte-me dijo mi madre haciendo que me volviera a sentar. -¡¿Por qué?! - respondi preocupada. - ¿No le han dicho? - Dijo el señor con una mirada de decepcio. - No se preocupe, en un momento le explicamos todo- dijo mi padre calmado, en ese momento entendí todo, mis padres... Me avían vendido, estava realmente decepcionada de ellos, no podía creer esto. - Hija, ¿recuerdas que te dije que no podíamos pagar las deudas?- empezó a hablar mi madre, e interrumpí. - No te preocupes mamá, ya entendí, yo soy su pago, pues entonces solo váyanse- lo dije seria, y fría, realmente estava decepcionada, no quería ni mirarlos. Entonces, mis padres sólo se fueron en silencio, el hombre los acompañó, y después de eso solo escuché su carro partir, dejándome sola con el hombre.

-Bien, entonces tú nombre es ¿Samay?-me pregunto - s-si- le respondí al hombre nerviosa. - Bien pues, Samay, me presento, mi nombre es David. Yo soy quien se hará cargo de ti-me dijo seriamente. - Si, lo sé, gracias-En ese momento explote en llanto. - Por qué me tuvieron que vender, yo siempre fui una buena hija, e incluso tengo buenas calificaciones, cubrí mi rostro con mis manos, y seguí llorando. Derrepente sentí que algo que acariciaba mi cabeza, era el hombre que me intentaba calmar. - Solo te puedo decir que el mundo es cruel y está lleno de sorpresas-Me dijo con un tono serio. - Bueno pues para que no te sientas mal, te digo que tienes tu propia recamara, ¿quieres verla?-.Descubrí mi rostro y lo mire -Claro, gracias-. Le dije con una sonrisa. - Ven, sígueme-. Me levante y lo seguí, cuando llegué a la recamara,me quedé sorprendida, ya que era un lugar hermoso. - Es muy bonita, muchas gracias-me quede admirando la recamara, y de nuevo el hombre acarició mi cabeza y me dijo. - Que bueno que te haya gustado, pero ahora ya son las once y ya es hora de dormir, mañana te daré las siguientes reglas,la primera es, la hora de dormir es a las once, y si no lo respetas recibirás un castigo, ¿De acuerdo?-. Me lo dijo viéndome directamente a los ojo, y realmente serio. - Si yo respetaré todo-Respondí nerviosa. - Bien, entonces ya ve a dormir-. - Si, buenas noches-. Dije mientras iba a mi cama. - Descansa- Después de decirme eso, apago la luz y cerró la puerta.

Casi toda la noche estuve llorando, hasta que por fin pude conciliar el sueño, y dormí.

Sumergida en las mentiras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora