- No me puedo creer que vuelvo a estar en esta atracción, me encantaba de chiquita.
Dije con una gran sonrisa.
- ¿Y ahora te sigue gustando?
Preguntó Lizandro
- Sí, esta fue, y es mi atracción favorita, me encanta.
Respondí a Lizandro
- Y, ¿Por qué te gusta tanto?
Preguntó Lizandro
- Por qué me hace olvidarme de muchas cosas, me enfocó tanto en este lugar, me mantiene tanto en suspenso, que me hace olvidar todo, por eso es que me gusta tanto.
Dije con una pequeña sonrisa, y con una lagrima recorriendo mi mejilla.
- Ya veo, sí la verdad es que es un lugar muy entretenido.
Dijo Lizandro.
- Bien chicos, por favor siéntense aquí.
Dijo una empleada mientras señalada una vagoneta de la atracción.
- ok
- Bien
Respondimos Lizandro y yo mientras nos sentábamos.
- Espero que disfruten su experiencia aquí en la casa del terror, que disfruten.
Cuando la chica terminó de hablar, nos puso los cinturones de seguridad, y bajo una barra para que no nos saliéramos del vagon.
- Muchas gracias.
Respondí con una sonrisa.
- Gracias.
Lizandro respondió conmigo.
- Ya quiero que empiece.
Dije emocionada.
- Jajaja, ¿Estás segura?, no quiero que te de un infarto en medio de la aventura.
Dijo Lizandro bromeando.
- Jajajaja, ya tengo experiencia con ésto, soy una maestra, el que puede sufrir eres tú, jajaja no me sorprendería sí me abrazas.
Dije riendo.
- Jajajaja, la que va a abrazar a alguien eres tú.
Cuándo Lizandro dejó de bromear, empezó a avanzar la atracción.
- ¿Listo?
Le pregunté a Lizandro con una sonrisa.
- Estoy listo.
Respondió Lizandro.
- ¿Listos para vivir el terror de verdad?, prepárense para saltar del miedo, en 3, 2, 1, ¡ahora!
Terminó de hablar una voz de la atracción, y empezó a avanzar el vagon rápidamente. Mientras iba avanzando la vagoneta, salían cartones con personajes de terror, y cuándo salían, se escuchaban gritos de miedo.
- ¡AAAAA!
Se escucho un grito y salió un cartón con una imagen de terror.
- ¡AAAA!
Lizandro grito por el susto.
- Ya ves, jajaja, te dije.
Mientras yo reía, aprecio otro grito que hizo que me asustara, y abraze a Lizandro.
- Aaah, ¿Ya ves?, tú me terminaste abrazando a mi, jajaja.
Dijo Lizandro mientras se reía
- Callate, fue por que el vagon se movió muy rapido.
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Sumergida en las mentiras
RomanceEsta historia relata la vida de una joven de 16 años, a la cual su familia la obliga a casarse con un hombre de 27 años que no le importa tener más de una mujer, e incluso no le importa golpear a una mujer . Todo podrá ir bien, o tal vez no.