CAPITULO 30

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—Sólo haced lo que ella dice. —Después, montó su caballo de regreso al campamento.

—Señorita. —Jia entró en la tienda y dijo con un tono sonoro—: El Príncipe Yan está de vuelta.

Chu Qiao asintió y preguntó:

—¿Completó la tarea?

—Todo fue hecho de acuerdo a tus instrucciones. No habrá errores.

—Está bien. —Chu Qiao asintió y dijo—. Todos, descansad bien.

—Sí.

Las cortinas de la tienda se levantaron de repente, Yan Xun entró con su cabeza cubierta de nieve. Chu
Qiao se adelantó para quitarle la nieve de la capucha y ella preguntó:

—¿Todo fue bien?

—Está bien. —Yan Xun se quitó el abrigo cuando se sentó frente al brasero—. Mañana por la
mañana, reinará el caos.

—¿Y qué? —Chu Qiao sacudió su cabeza—. Es impossible determinar quién lo mató. Sembró muchas semillas malvadas y ofendió a demasiada gente. Nos hemos vuelto débiles y no hicimos mucho durante
los últimos siete años en la capital.

¿Cómo podríamos tomar el riesgo de cometer tal crimen cuando está tan
fuertemente protegido? Además, Zhao Che y Wei Jing ambos han regresado a la capital. Comparado con la venganza entre Zhao Che y él, el odio entre Wei Jing y la Familia Muhe está demasiado arraigado para
acusarnos de matarlo.

Yan Xun ladeó su cabeza ligeramente y sonrió.

—¿No te molestó anoche?

Chu Qiao quedó atónita. Sacudió su cabeza y se rió.

—No. ¿Cuándo me han molestado?
Yan Xun asintió y dijo:

—Eso es bueno.

La nieve caía pesadamente. Yan Xun tomó un pedazo de papel amarillento y borró a la fuerza el nombre de Muhe Xifeng. En la lista de enemigos de Yan Bei, solo quedaba una persona.


Al segundo día de la caza primaveral, un destacable miembro de la generación más joven de la Familia Muhe, Muhe Xifeng había muerto en el Bosque Xi Bai. Los tigres lo devoraron.

Su calavera estaba rota y su pecho
destrozado, sus tripas saliendo de su cuerpo. Cuando fue encontrado, había desaparecido más de la mitad de él.

Si la madre de Muhe Xifeng no estuviera presente, nadie podría haber reconocido a la masa sanguinolienta que pertenecía al heredero que más atención atraía y al de mayor espíritu de la Familia Muhe.

La atmósfera de la caza se había vuelto increíblemente helada. Muhe Xifeng había dirigido sus tropas
la mayor parte del año, y sus habilidades de combate estaban por encima de la media. Normalmente, treinta o cincuenta personas pelearían para acercarse a él. Un tigre no sería capaz de matarle. Además, en la escena, no había signos de una pelea brutal: su espada ni siquiera dejara la vaina.

Bajo una nube de conspiración, los
ancianos de Muhe Xifeng han enviado un memorial al Emperador para pedirle a la Corte de Shang Lu que
investigue este caso, ya que estaban seguros de que alguien lo había mata

Continuará

☠️♥️THE LEGEND OF CHU QIAO (TOMO 2,FINALIZED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora