Capítulo 2

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Nota: este capítulo está ambientado 3 semanas antes del primer capítulo.

Mike y Will se encontraban acostados en el sofá del departamento del azabache. Ambos veían películas y comían palomitas de maíz.

El castaño miró alrededor de la habitación, para después posar la mirada en su pareja. A pesar de llevar un corto tiempo saliendo, se sentía cómodo con su compañía, se preguntó cómo se sentiría tener siempre esta sensación de calma y felicidad sin tener que separarse cada determinado tiempo del día. Una idea pasó por su cabeza, por lo que decidió hablar.

—Mike... —el mencionado hizo un sonido, para que el castaño sepa que lo escucha—. ¿Qué piensas de vivir juntos? —el azabache se atragantó con su saliva, y bebió un poco de su bebida, que se encontraba en la mesa de centro.

—¿¡Es en serio!? ¡Apenas llevamos unas semanas saliendo! —contestó mientras limpiaba la baba que se encontraba en su barbilla, al haberla escupido cuando se ahogaba.

—Lo sé, pero ahorraríamos mucho dinero, sabes que gastamos mucho en la universidad, y aparte la renta... ¿¡Sabes cuánto estoy gastando solo en mi apartamento!? —respondió algo molesto a la negación de su novio.

—Lo sé, pero ¿No crees que estamos mejor así?, Es decir, tú en tu pieza, y yo en la mía... —trató de explicar. Pero el castaño se sintió ofendido.

—¿Acaso no quieres estar conmigo? —frunció el ceño.

—¡Claro que quiero!, pero no de esa manera —rascó su nuca—. Ya sabes, no llevamos mucho tiempo saliendo, eso es ir muy rápido...

—¿Muy rápido? —el castaño estaba empezando a alterarse, el ser rechazado no fue algo que se esperaba. El nerviosismo de su pareja lo estaba llevando a sospechar de las acciones de su novio cuando él no se encontraba con él, por lo que cruzó los brazos, sentándose derecho en sillón—. ¿Ho más bien me estas ocultando algo?, has de estar haciendo algo malo y   por eso no quieres que vivamos juntos.

—¿¡Ya vas a empezar!? —se quejó el azabache—. ¡Ahora resulta que no puedo tener privacidad, porque significa que "te oculto algo"! —se paró de su asiento, remarcando lo último con comillas con sus dedos. El ambiente cálido de antes se había perdido por completo, detestaba que su novio no confiara en él y siempre pensará lo peor.

—Bueno, como ya sabrás tu reputación te precede —le replicó. Él conocía bien que su pareja era muy coqueta y ninguna de sus relaciones anteriores había durado, debido a que el mayor tendía a engañar repetidas veces a sus parejas. Esto, sumado a que el azabache es bisexual, doblaba el número de personas con los que podría estar engañandolo, Will no quería ser uno más al que el mayor le viera la cara.  

—¡Ho, vamos!, ¡No me puedes decir eso!, ¡Ya te dije que si inicie algo contigo es porque voy en serio!, ¡Que quiero llevar las cosas bien! —trató de acercarse al castaño, pero este lo alejó.

—Lo sé, pero no puedo confiar tan fácil, me dijiste que cambiarías, y eso espero —miró para otro lado, para después regresar su mirada al más alto—. ¿Y bien?, si dices que vas en serio conmigo, entonces yo no veo nada malo en que nos apresuremos un poco y empecemos a vivir juntos, de todo modo ahí es dónde nos dirigimos ¿No?, entonces ¿Para qué atrasarlo?.

—Pero por ahora no tiene sentido hacerlo —desvió su mirada—, ya te dije que cambiaré, y eso haré. Aparte ¿No se te hace injusto que quieras apresurarte con lo de vivir juntos, pero para el sexo si quieres que vayamos super lento?, dime que chiste tiene vivir juntos si aún no lo hemos hecho.

Este comentario hizo que el castaño abriera los ojos más de lo habitual. A lo que molesto, protestó.

—Eso no tiene nada que ver, tú sabes que aún no estoy listo para eso, además ¿Qué conveniente para ti traer ese tema justo cuando hablo de mudarnos, como una excusa para que no lo hagamos?, ¿¡Porqué ahora resulta que no podemos vivir juntos, solo porque aún no lo hemos hecho!?, ¡Y no por tu tan adorada privacidad de la que hablabas hace un momento!, ¿¡Estás bromeando!? —terminó de hablar en castaño sin dejar de gritar, el azabache cansado de la terquedad del otro se dio la vuelta intentando calmarse un poco y no empezar a gritar también.

—¿Entonces que se supone que haremos durante la noche?, mira, Will para mí sería muy difícil pasar las noches juntos sin hacer nada, por eso lo mejor es dejar las cosas como están, ya pasamos todo el día juntos y nos mandamos mensajes en las noches, ¿No es eso más que suficiente? —alegó el azabache viendo al menor, intentando dejar ese tema por la paz.

—¡Pero sería mejor!, si viviéramos juntos no desconfiaría tanto de ti, ni me sentiría inseguro, eso incluso podría acelerar las cosas en la habitación, piensa, pasaremos más tiempo en pareja, e iremos camino a la universidad tomados de la mano, ¿No quieres eso? —se acercó lentamente al azabache, para terminar, conectando sus miradas—. ¿No quieres estar conmigo?, ¿hacerme feliz? —tomó las manos de Mike para ponerlas en su cintura, luego rodear con sus brazos el cuello del mayor. Sabía lo que hacía, trataba de usar su encanto y movimientos para convencer a su pareja de hacer lo que él quisiera. Después de todo, seducir a su novio era el mejor modo de que este cediera a sus caprichos, pues el azabache era débil a sus encantos.

—Suena bien... Pero... —un beso lento en sus labios lo detuvo, este cerró los ojos, y trató de profundizarlo.

—¿Y bien? —preguntó inocentemente el castaño, al finalizar el beso—. Si quieres podemos irnos a mi apartamento...

—No, si quieres que vivamos juntos, mínimo debe de ser el mio —interrumpió el azabache. La idea no fue muy bien recibida por el castaño, por el contrario, ya que su casa era mucho mejor que la del azabache, y no solo estéticamente hablando, sino que tenía mejor ubicación, cerca de su universidad y trabajos.

—Pero... —intentó protestar, pero la mirada de su novio lo hizo detenerse, esta parecía dejarle en claro que como contradijera de nuevo a Mike se olvidara por completo de que alguna vez vivirían juntos—. Si... Está bien, yo quiero que vivamos juntos...
 
—Bien, ¿Cuándo vamos por tus cosas? —preguntó ya resignado con el hecho de que no podría zafarse de esta, sin que siguieran discutiendo quizás por horas o días, lo mejor era dejarle ganar esta a Will, ya podría cobrarsela luego.

—Tal vez mañana, no tengo muchas cosas, el mobiliario es del apartamento, así que no traeré mucho, solo mi ropa y una que otra cosa —dijo sin complicaciones.

—Bien, entonces terminemos la película —dio por terminada la conversación dando un beso en la frente al menor, y sentándose de nuevo en el sofá.

El castaño no tardó en acomodarse de nuevo, posando su cabeza en el hombro del azabache, mientras este lo abrazaba por los hombros y acariciaba su cabello.

 

 

Toxic // BylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora