Las amigas

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Hugo: está en su torre, para pedir quedarse en la academia. ¿No es fantástico? Es la mejor aventurera de todo el reino. Sin mencionar, que no le teme a nada —Explicó, mostrando sus dientes por lo contento que estaba; acomodó la correa de la mochila, que tenía en su espalda.


Eón: Esta bien. Sera una buena entrenadora para los Skylanders, dile que si puede quedarse en una habitación del castillo Celestial. —Caminó por la sala, mientras recogía la sábana blanca del suelo; puso una cara pensativa a su vez la miraba, "¿acaso el sueño era profético o solo otra pesadilla?" pensó con una mirada insegura, poniendo la funda sobre la cama.


Hugo: Excelente. Vamos a decirle, porque esta abajo en la sala. —Se dio la vuelta para pasar por la puerta, moviendo sus orejas de forma segura.


Eón: —Después de ordenar la habitación, se acercó a un librero que estaba a su derecha, buscando entre los libros con una cara pensativa—. Aquí esta demonología y datos sobre naturales en Skylands. —Tomó el libro con la tapa roja; tenía la imagen de un tauro con unos ojos blancos en la portada, se lo puso en el hombro, emprendiendo la caminata.

Se escuchó la puerta abrirse y cerrarse. Eón emprendió la caminata bajando por la escalinata en espiral, apreciaba algunos cuadros de los elementos fuego, agua, tierra, aire, tecnología, no muerto y magia. Estos decoraban las paredes de piedra caliza, entre las pinturas había pequeñas luces blancas, que las iluminaban como un museo.

llegó al pequeño comedor, el cual poseía el mismo estilo de muros que todo el lugar. Una mesa redonda estaba en el medio de la sala, la misma era de terracota para resistir el fuego, enormes ventanales estaban colocados en el muro de la izquierda, sentados estaban Hugo y Cali, los cuales los vieron alegres.


Cali: Hola maestro Eón, es un placer poder verlo al fin. —Alzó su mano para saludarlo con determinación, mientras se acomoda en la silla de metal, su pelaje es marrón claro, con detalles oscuros en sus ojos azules y dos rayas en su cabeza. Tenía su abrigo amarillo, unos pantalones, unas botas marrones, llevaba guantes del mismo color y un cinturón, con un pañuelo rojo atado al cuello.


Eón:—Se colocó en la silla, que estaba enfrente de los dos mabus, respondiendo—: El gusto es mío. Es un placer, que te nos unieras al final, después de tanto tiempo.


Cali: si... Después de ver tantas cosas en mis aventuras, decidí compartir mis conocimientos con los demás, porque con el tiempo descubrí, que me gusta moldear con fuerza mentes jóvenes. —Le dio con los puños al respaldo de la mesa, manifestando un aura energética.


Eón:—Se rio de forma leve, mientras bajaba la cabeza seguro; haciendo que la mabu subiera la ceja de duda, a su vez le decía—: Eso es interesante, de verdad..., y por tu experiencia con el peligro, eres la indicada como instructora Heroica. —Con determinación levantó la mano, ocultando el libro con la otra. Lo colocó bajo su túnica azulada con una mirada sabia, en el fondo estaba esperando, que no lo hubieran notado—. ¿Qué dices? ¿aceptas tu nuevo título como Cali la instructora heroica?


Cali:—Puso una cara contenta, tanto era la sorpresa, que se echó para atrás con la silla. Eón y Hugo dejaron ver mofas de dolor, ¡pun! cuando cayó al suelo de golpe, puso una cara apenada—. Estoy bien... Si... Acepto con todas las ganas del mundo. —Se levantó lo más rápido que pudo, haciendo sonar los pisos de madera del comedor, a la vez levantaba el asiento para ponerlo sobre sus cuatro patas.

Skylanders Runer: Mītingu 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora