Capítulo dos: Primer día

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  Asta

  Yuno había actuado un poco extraño, estaba llorando y eso no era muy normal en el, dijo que sólo estaba cansado y que se iría a dormir, pero podía escuchar su llanto desde mi habitación. Quería abrir su puerta y abrazarlo, porque Yuno me importaba, y mucho, lo amaba, y temía perderlo. A veces Yuno era muy celoso de mi, me protegía de todos, y no dejaba que muchas personas se me acercarán con otras intensiones. Eso me hacía sentir feliz, pero el decía que era porque somos familia, y mi corazón se rompía al instante. Seguramente eso somos y ya. Pero ahora el se encontraba llorando en su habitación, y no sabía el porqué de este llanto, no sabía por qué estaba triste, quería abrir su puerta y decirle que me cuente todo. ¿Esa loca de Bell le había hecho algo? Esa maldita se las vería conmigo si tocaba a Yuno. Aunque tampoco puedo decir mucho sobre ella, parece tener buenas intenciones con él...

— ¡¿A quién demonios le importa que tenga buenas intenciones?! ¡Debería prohibirle acercarse a él! — grité molestó tirando un almohadón hacia quién sabe dónde.

   Sentí un golpe en mi puerta y me levanté, Yuno seguramente había escuchado mi grito y vendría a interrogarme sobre quién era ella y sobre qué mierda estaba hablando. O, tal vez era Yuno diciendo que me callará porque los vecinos luego se quedarían con el. Cosa que siempre pasaba. Abrí la puerta y lo vi, su cabello negro estaba algo despeinado, sus ojos estaban un poco rojos, llevaba puesto su pijama, que consistía en una remera mangas largas de color beis, haciendo juego con sus pantalones, menos sus pantuflas que eran de un color azul.

— ¿Hasta qué hora piensas seguir gritando, golpeando y aventado cosas en tu habitación, Asta? — dijo con voz cansada—. Son las tres de la mañana, te mandé miles de mensajes para que pararás. Pero se ve que la única opción de controlarte es tocando tu puerta. Necesito descansar y tu también, mañana será un día largo. Por favor, deja de hacer ruido. ¡Y durmiente ya!

—Yuno...— susurré, tiene razón, mañana será un día largo y yo estoy haciendo el tarado. Sostuve la manga de su pijama y el voltio a verme—. Perdona por el ruido que e hecho, pero no puedo quitarme de la cabeza tu llanto. ¿Por qué lloraste Yuno? ¿Acaso esa maldita de Bell te hizo algo? O... ¿O yo hice algo malo?

   Yuno parecía sorprendido, lo noté porque el siempre está serio e inexpresivo, pero estaba vez tenía un rostro completamente sorprendido. Solté su manga y el me miró, giro en dirección hacia mí y soltó un suspiro.

—No es nada. Olvídalo. Ahora ve a dormir ¿Si?

   Yuno se fue dejándome sorprendido. ¿Cómo podía decir que no era nada? Había llorado por más de una hora. Claramente note cuando su llanto paro, pero como estaba metido en mis pensamientos comencé a hacer ruido y a gritar cosas, y eso seguramente debió despertarlo. Cuando lloramos nos quedamos sin energías y nos dormimos, y yo como tarado haciendo teorías estúpidas. Cerré mi puerta cuando escuche la suya cerrarse. Me coloque mi pijama negro y me acosté. Mañana tendría que levantarme temprano y seguramente todo esto quedaría en el pasado.

   La maldita alarma me levanto de mi sueño, era uno muy raro la verdad, Yuno usaba ropa extraña y portaba un libro y yo usaba otra ropa extraña y usaba espadas, mientras que el era acompañado por una cosa verde y pequeña. No sé muy bien que pasó después pero había un sujeto llamado Litch y era malo, Sally también estaba y también era rara.

—El desayuno está listo, Asta— dijo Yuno. Termine de arreglarme para desayunar con él.

   Creo que tarde un poco más de la cuenta, ya que cuando llegué Yuno ya estaba lavando su plato y otras cosas que uso para el desayuno. Lo saludé y el no respondió, no dije nada después de todo era muy normal eso de él, siempre solía molestarse cuando no comíamos o desayunábamos juntos. La verdad es que lo mismo me pasa a mi, siempre me gustaba desayunar o hablar con el de cualquier cosa y escuchar su tipo "imposible" en todo, su sonrisa era una de las cosas que más me gustaba en las mañanas. Nuestras vacaciones habían sido un poco interesantes, ambos trabajamos para mantenernos. Yo trabajo en una cafetería, mi jefe y mis superiores son tan amigables, nos tratamos como una feliz familia, aunque el jefe siempre suele ser el que menos trabaja ya que se enoja fácil. De hecho, Noelle y Luck están en mí mismo salón. Yuno por otro lado, trabaja en una biblioteca muy frecuentada por todos, se podría decir que es una biblioteca de élite, algo genial ya que combina con el.
 
  Al llegar al colegio, Noelle, Luck, Magna y Gauche me estaban esperando, Magna y Gauche trabajan conmigo también. A su lado esperaban los compañeros de Yuno, Klaus y Mimosa. Y también estaba Leopold, un amigo nuestro de otro salón.

— ¡Saludos! — dije con mi típica energía, Leopold se acercó a mí sonriendo.

— ¡Asta! Se te ve con energías— dijo sonriendo abrazándolo—. Por cierto, espero que este año también cuentes con mi ayuda en tus ejercicios. Siempre estaré dispuesto a ayudarte, amigo.

— ¡Eres increíble Leo! — dije sonriendo.

—No griten tarados. Es vergonzoso tener que ser visto por todos— dijo Gauche mientras miraba una foto de su hermanita.

—Me da pena entrar en el mismo salón que tú, bskaasta— dijo Noelle mirando para otro lado.

—Me gustaría mucho estar en tu salón, qué suerte tienes Noelle— dijo sonriendo Mimosa.

   Yo simplemente fui hablando de cualquier cosa con Magna-sempai mientras que de vez en cuando el peleaba con Luck, ellos siempre se habían llevado así, así que no era para sorprenderse. Sin embargo aquí no estaba Yami-san como para mantener a estos dos al margen, pero nuestros profesores eran muy estrictos. Me había olvidado de saludar a Yuno, espero que no se moleste conmigo, después de todo... A momento, si estamos en el mismo salón.

Solo Ámame A Mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora