dos

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Minho no entendía por qué Chris caminaba de un lado a otro, parecía algo frustrado y.. ¿triste? No entendía muy bien lo que pasaba por la cabeza del humano en ese momento.

Estaba sentado sobre el sofá en posición indio mientras movía su cola de lado a lado y veía con orejas en alto cada paso que el rubio daba por los pasillos del hogar.

— Lunes, lunes, lunes – repetía en voz baja Chan, quien ahora estaba ordenando unos cuadernos sobre la mesa, ignorando por completo la estadía de Minho, quien lo miraba con ojos curiosos y con dudas. — Aquí está – Bang suspiró aliviado.

Al fin había encontrado los papeles de inscripción a la universidad, de nuevo. Los necesitaba para retomar sus clases.

Lee por otra parte se levantó del sofá y con un poco de dificultad caminó hasta quedar al lado de Chris, observándolo.

— ¿Qué pasa, Minmin? – el rubio finalmente se volteó para ver a Minho, quien no decía ninguna palabra. — ¿Quieres leche? Ya te di en la mañana, sabes que queda poca – reclamó el australiano, ladeando su cabeza un poco.

— Por favor – Minho dijo algo tímido, aún no se acostumbraba a hablar, le era raro. Era distinto a maullar.

— Bien, espérame. Iremos al supermercado a comprar, porque no puedo dejarte solo aquí – Chris suspiró, cuidar de Minho era más difícil de lo que pensó.

El castaño asintió suavemente con su cabeza, obedeciendo a lo que el mayor le había dicho y caminó nuevamente hasta el sofá, donde se sentó con las orejas vagamente bajas.

Chris se preparó y buscó mas ropa que cubriera a Minho del frío y de la mirada de los demás. Tomó unos pantalones de la talla de Minho y uno de sus propios polerones holgados con gorra, así cubriría tanto su cola como sus orejitas sin tener que apretarlas.

Salió de su habitación y vió que Minho estaba sentado aún en el sofá, pero esta vez estaba mordiendo uno de sus dedos. Sonrió con algo de ternura, Minho era prácticamente un bebé.

— Ven – llamó y Lee miró en su dirección, acto seguido este se levantó y fue hasta él algo rápido.

Chris puso el polerón negro sobre la camisa de Minho, cubriendo lo mejor su adorable cola y luego colocó el gorro, gubriendo sus orejitas. Minho se veía algo incómodo, pero su muequita desapareció poco después cuando Chan acarició suavemente su mejilla.

— Puedes... ¿ponerte esto en mi habitación? – preguntó Chris y le extendió a Minho unos pantalones negros. Lee los miró momentáneamente y luego miró a Chris. — El botón y el cierre tienen que ir hacia adelante, no atrás. No se si te moleste que yo te cambie ropa, así que tendrás que comenzar a vestirte tú

Minho asintió un poco y sonrió, tomando luego la prenda de ropa y caminó hasta la habitación de Chris, donde cerró luego y se cambió.

Minutos después Minho salió, caminó hasta Chan algo inseguro y Bang le sonrió, en ese momento Minho se sintió un poco mas seguro y le devolvió la sonrisa.

— Te ves lindo – admitió Chris.

— ¿Lindo? – Minho sintió un calor golpear sus mejillas, cosa que hizo sus piernas temblar un poco. — M-Mh..

— Anda, vamos – Bang tomó la mano del híbrido, después tomó sus llaves, su billetera y salió.

Caminaron un poco hasta llegar al supermercado más cercano, lugar donde Chris comenzó a buscar entre pasillos y tomó diez cajas de leche, si iba a vivir con un híbrido de gato tendría que asegurarse con leche, sin dudas. Después tomó un par de galletas, quería que Minho las probara.

Hablando de Minho, este seguía a Chris donde fuera que fuera. No soltaba su mano en ningún momento y se sentía nervioso cuando veía que algunas mujeres lo miraban, incluso otros chicos, solo se sentía seguro y a salvo con Chris.

Los minutos pasaron y después de hacer las compras llegaron a casa. Chan dejó las bolsas sobre la mesa y Minho dejó la única bolsa que había estado llevando, porque le pidió a Chris ayudarlo y este le pasó una diminuta bolsa. Con eso, Minho se sintió al menos un poco útil.

Minho se sentó en una de las sillas de la mesa y se quitó el gorro, dejando libres al fin sus orejitas. Chris inmediatamente sirvió un vaso de leche y se lo entregó a Minho, quien sonrió feliz y comenzó a beber.

— ¿Qué te parece si vemos una película? – Chan preguntó y Minho obviamente asintió, relamiendo sus labios por el sabor de lo que acababa de tomar.

Ambos fueron hasta el sofá y Chris comenzó a buscar con el control alguna película interesante, mientras que Minho ronroneaba a su lado y mantenía su cabecita en su hombro. El mayor extendió una galleta a Minho y este la aceptó y después la probó, y sintió que quizá esa cosa hecha de masa y chispas podría ser su nueva adicción después de la leche.

La película fue escogida, ambos miraron atentos a la pantalla hasta que en un momento de la película Minho comenzó a quedarse dormido. Chris lo tomó en sus brazos y lo llevó hasta su cama, mas cuando estaba por retirarse, Minho tomó con su adorable mano la muñeca del rubio.

— Chan.. nie – llamó. — Aquí – apuntó a su lado de donde estaba acostado.

— Eres tan tierno – admitió Chris y sonrío. Se acostó a su lado para poder abrazarlo con delicadeza y Minho comenzó a ronronear nuevamente.

Chris comenzó a acariciar los cabellos y orejitas castañas de el menor con suavidad, viendo el hermoso rostro del híbrido, quien mantenía sus ojos cerrados por los cariños que estaba recibiendo y poco después cayeron dormidos ambos.

mimos | chanhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora