NEFELIBATA [Tamaki Amajiki]

ᴀᴛʀᴀᴄᴄɪóɴ

Tamaki.

Estaba algo desconcentrado. Las clases en la U.A seguían con normalidad, pero por alguna razón no podía concentrarme.

Cada tercer día iba al hospital para verificar que todo siguiera con normalidad. Y la veía a ella.

Era muy activa y entusiasta, los días que compartimos en el hospital y los pocos días que la veía, me emocionaba ver su sonrisa.

—¡Tamaki! —la voz de Mirio me sacó de mis pensamientos.

—¿P-pasa algo?... —pregunté avergonzado de no poder sacar a aquella chica de mi mente.

—Amm... Qué ya es hora de la salida —rió un poco mirándome burlesca mente.

—L-lo siento.

—¡Amajiki-san! ¡Togata-kun, vamos! —nos gritó Hadō-san fuera del salón.

Asentí. Y tome mis cosas con calma. Al salir del aula, Mirio y Hadō-san hablaban de diversos temas con su hiperactividad de siempre.

Al verlos hablar tan animadamente, no pude evitar pensar en _______, ella y esos dos son bastantes similares.

—Amajiki-san... ¿Te encuentras bien? Últimamente has estado muy distraído.

Me preguntó ella mirándome fijamente.

—Sí. Siempre estás en las nubes pero estos días andas en otro planeta.

Comentó Mirio pasando su brazo sobre mi hombro. Me sentí chiquito al verme rodeado por ambos.

—N-no es nada... —bajé la mirada.

—¿Entonces por qué has estado tan distante?

—Y-yo... —no sabía que decir.

—¡Ya sé! Hay un chica, ¿No es cierto? ¿Cómo se llama? ¿La conocemos?

—¿De verdad? ¿Cómo la conociste?

Retrocedí unos pasos.

💜💙💜

Apenas y pude huir de ellos, pero mañana no correré con la misma suerte.

Entre al hospital y fui con mi doctor, me recibió una enfermera. Me pidió que esperara, me senté en la sala de espera.

La busqué discretamente con la mirada, con la esperanza de verla pasar por el pasillo.

Decepcionado, suspiré y me dejé caer en la silla.

—¿A quién busca, Tamaki-senpai?

Brinque del susto. Estaba justo a lado mío y yo no lo había notado.

—¿P-p...? ¿Por qué te apareces así? —murmure apartando la mirada al ver que ella me veía fijamente.

—¿Así? Estoy esperando a mi hermano. Pero el... Tengo que venir aquí a esperarlo.

Rió nerviosa. Fruncí un poco el ceño confundido.

—¿Tu hermano, eh? —sonreí ligeramente. Ella asintió energéticamente. —¿Es mayor o menor?

—Mayor. Ya va en la universidad. En cuarto semestre. —me contó con una deslumbrante sonrisa. —Por lo mismo no lo veo mucho.

Y entonces lo recordé. ¿Por qué ella estaba aquí? Recibía tratamiento, eso era claro, pero ¿De qué?

—O-oye.. —me mordí la lengua al ver cómo me miró directamente. No podía preguntar directamente, ¿O sí? Me vería como un chismoso.