NEFELIBATA [Tamaki Amajiki]

ᴅᴇᴄʟᴀʀᴀᴄɪᴏɴ

—________, me gustas.

Mi cerebro se reseteo tras decir aquellas palabras, lo había dicho. Le había confesado mis sentimientos.

Ella me miraba sorprendida, abrió su boca y la cerró un par de veces, seguro sin saber que decirme exactamente.

Claro. Que un chico casi mayor de edad, llegue y le diga que le gusta, no es algo fácil de digerir. Me golpeé internamente por esperar una respuesta instantánea.

—Tam...

—No. L-lo siento, yo... —me levanté de la cama e hice una reverencia. —No te preocupes, sé que tú no sientes lo mismo, y lo comprendo. Sólo quería...

—Tamaki-senpai...

Dijo de manera calmada. No podía mirarla.

—Tamaki-senpai... sinceramente, no sé qué decir... yo... Siempre me sentí tonta por pensar que alguna vez un chico mayor se fijaría en mí, en especial uno que aspira a un héroe, pero, aquí está usted.

La miré a los ojos. Sus brillantes ojos brillaban más aún con su bella sonrisa.

—Agradezco mucho su sinceridad y valor, de verdad. Sé que... no soy una chica con un Kosei extraordinario como usted, pero... yo... lo siento..

Mi corazón se estrujó, pero aún así, no me sentí devastado. Debía entenderlo.

Se hizo bolita en la cama abrazando sus piernas.

—Yo... —quería decir algo, pero quizá no encontraba las palabras.

Ambos nos quedamos en silencio. ¿Qué debía decir ahora? Ni siquiera sabía a qué había venido a declararme. Y de todas formas, venía preparado para ser rechazado claramente no para ser correspondido.

Intente recordar si es que Nejire había mencionado algo sobre qué hacer ahora, pero estaba tan nervioso que no pude ni escuchar que tocaron la puerta.

—Tamaki-senpai —su voz sonó suave y tranquila, yo la miré aún conmocionado. —Yo voy a ...

—Lo siento, pero voy a pasar. —el hermano de _______ entró y nos miró con una sonrisa. —_______, ya es hora.

Suspiré y mire a ambos.

—Muchas gracias. Vendré después. —mire de reojo a _______ y ella me sonrió como de costumbre, mi corazón dio un vuelco.

Me despedí con la mirada y salí de la habitación al borde de un colapso. Respire agitadamente y me comencé a sentir observado. ¿Adivinan?

Mirio y Nejire estaban escondidos detrás de una maceta con una gran planta.

Los observé unos segundos. ¿Me estaban espiando? ¿Cuánto tiempo pensaban estar detrás de esa maceta?

—Por favor... todos lo están viendo raro... —murmuré lo suficientemente alto para que me escucharan.

—¡Nos descubrió, abortar la misión! —dijo Nejire, Mirio se levantó rápido, provocando que ambos cayeran al suelo, bajo la mirada de todos los presentes.

Me acerqué a ellos a paso lento.

—Hola... —me saludó Nejire nerviosa al verme.

—¡Fue su idea!

—¡Chismoso!

💜💙💜

—¿¡Entonces lo hiciste!? —asentí avergonzado. —¡Ahhh!

Comenzó a gritar y a correr por toda la habitación. Mirio junto con ella.

—¿Y qué te dijo?