Intercambio

💞1💞

Sus ojos se abrieron despacio, al principio pensó que tenia las pestañas pegadas por la somnolencia. Miró al techo y todo le pareció distinto, tan familiar y extraño a la vez..

Oh por todos los dioses que se engendraron gracias a Zeus...

No era su habitación. ¿P..pero..pero cómo llegó a estar ahí?

Dado los adornos, el arreglo y el color, estaba en la casa de Camus.

¡N..NO PUEDE SER!

Fue como despertarse con un cubo de agua fría en toda la espalda, desgracia!

¡Si Camus lo ve ahí de seguro lo mataría!
Abrió los ojos como platos cuando despertó totalmente.

Dió un brinco fuera de la cama y las sábanas se le enredaron en las piernas,tenía que salir de allí cuanto antes o su alma sería encomendada al más allá antes de tiempo!

Estaba asustado,muy asustado al pensar en cómo actuaría su compañero de armas.
Si su amigo acuariano lo encontraba acurrucado en su habitación privada le daría el sermón más grande de toda su vida incluido congelación de piernas, o incluso peor en modo de torturarlo lo más cruelmente posible.

Logró zafarse de las sabanas con ayuda de sus manos y bajó las escaleras respirando agitadamente a la par de su pequeño corazón.
En todo ese afán de escapar dió una mala pisada y cayó rodando de cabeza.

-Ngh..caraj..-masculló molesto cerrando los ojos del dolor.
Se incorporó debilmente y sus cabellos le cubrían la cara.
Se los apartó estirando levemente la espalda y..

Un momento, desde cuando sus cabellos eran verdes?

¿¡Desde cuando?!

Miró sus manos.

-¡QUÉ CARAJOS!.-gritó  confundido sin importarle el dolor que le provocó la caída. Su rostro pasó de verde a rojo, y de rojo a blanco conforme comprendió pedacitos de su situación.

En ese momento entraba Shura por el templo y se acercó al peliverde para saludarlo. Mas este observaba atónito sus manos y sus delgadas piernas como si sufriera de tembladera extrema.
Shura fruncio el ceño al verlo con un gesto asustado en el rostro, obviamente jamás lo vió con una expresión tan diferente.

-Camus ¿Qué te ocurre?-Preguntó preocupado. Su amigo no se veía nada bien.
El peliverde se alejó más de shura y mostró sus ojos aturdidos, pero tan oscuros que parecían querer echar lágrimas en ese mismo instante. ¡Daba miedo tan solo ver a su amigo tan fuera de lugar!

Milo se dio cuenta de algo muy malo antes del desayuno, ni siquiera estaba preparado y el enterarse fue como una amarrada con alambre a la boca del estómago.

¡Tengo mi pase al infierno porque ya ni santo soy para pasar al cielo ah!

Ese no era su cuerpo y cuando el dueño original lo viera lo desintegraría.

¡Athena..no soy tan devoto pero pido ayuda, auxilio, te llevaré de paseo al parque o lo que sea pero aiudame!

El peliverde de pronto se colgó por los hombros de shura desesperado, como su hubiera visto al propio buda.

-Dime que esto no es un sueño Shurita. ¡Dímelo!.-pidió a punto de llorar con su voz quebradiza.

Al de Capricornio le dió escalofríos tenerlo así.
Era evidente notar el pánico en los ojos del peliverde.

-Camus..No te entiendo..que te ocurre. ¿Estás bien?-volvió a preguntar al peliverde, apoyando sus manos en los brazos de acuario, más este no respondió ni se movió por unos segundos. De pronto como pareciendo escuchar algo dentro de su cabeza, se apartó de sus brazos corriendo escaleras abajo,e iba directamente al templo de escorpio.