Prólogo

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El tiempo se fue volando. Faltaba poco para que ambos niños entrarán a la secundaria. Durante todo ese tiempo se habían visto casi todas las tardes en el parque, contándose su día y jugando.

Meliodas también pasaba su tiempo estudiando a pesar, de que el no era ese tipo de estudiante. El rubio se había vuelto en poco tiempo en el niño más inteligente de su escuela, participando en muchos eventos y era reconocido en la escuela, no había maestro que no supiera su nombre.

Hoy era el día en el que el rubio y la albina se encontrarían. Pues había citado a Elizabeth, para darle una noticia. La albina estaba nerviosa y ansiosa por saber dicha noticia. Pues Meliodas se había vuelto su mejor amigo, y se contaban todo. Claro, ella tenía amigos en su colegio, pero prefería pasar el tiempo con Meliodas pues con el no tenía que fingir, se comportaba de la manera en la que ella es. Y olvidaba su comportamiento de " la niña perfecta" que sus padres le habían inculcado. Ella podía ser quien era a lado de Meliodas.

Pasaron las horas, y al fin llegó la tarde. Sin más, salió de su casa como de costumbre. Sus padres siempre estaban trabajando y su abuela nunca le negaba la salida. Pero claro que con la condición de que si salía tenía que ser acompañada por uno de sus guardaespaldas. La niña iba mirando por la ventana esperando que llegarán al parque.

Cuando al fin llegaron, Elizabeth salió rápidamente y fue a la banca dónde solían encontrarse. Y ahí estaba. Sentado con la cabeza abajo, mirando al suelo. Elizabeth frunció el ceño. Era raro que el la esperara sentado, el siempre lo hacía parado. Jugando con sus pies, y viendo en todas direcciónes, pero hoy... Hoy no fue como esos días. Elizabeth se acercó con una sonrisa,pues decidió ignorar lo de recién.

---- ¡Meliodas!--- Se abalanzó hacia su amigo, abrazándola, pero el castaño no correspondió aquel abrazo como solía hacerlo. --- ¿Meliodas?--- Pregunto la Albina, separándose de su amigo. Pero no recibo respuesta--- ¿Meliodas? ¿Estás bien?

----- Ya no quiero ser tu amigo Elizabeth---- Dijo el rubio.

----¿Que?--- Susurro la albina --- Meliodas no... Digas eso...--- Empezó a decir la albina pero fue interrumpida por el Rubio.

----- No es una broma... Elizabeth. --- Dijo el rubio mirando a la albina.

----- ¿Que?-- La albina miro los ojos esmeralda de Meliodas, en ellos había un odio... Elizabeth se sorprendió al ver así sus ojos, ¿el siempre la odio?--- ¡Dijiste que seríamos amigos siempre!--- grito la pequeña. Por primera vez se sentía asustada de perder un amigo...¿Solo quería así a Meliodas? ¿Como un amigo? No, en ese tiempo la pequeña sabía que se había enamorado de el... Pero lo negaba.

----- Solo te utilize elizabeth.--- Dijo Meliodas --- Siempre lo hize... Pero no me sirve estar con una niña como tú...---

Meliodas no pudo terminar. Elizabeth había estampado su mano en el cachete de Meliodas. Sus alas de diosas se mostraron... Eran grandes y hermosas... El símbolo del clan de las diosas apareció en su ojo izquierdo, puesto que el el derecho lo tenía siempre tapado con parte de su cabello.

Se sentía usada. Triste. Confío en el... Se enamoro de el... Y el... La traciono...

----- ¡Eres un idiota Meliodas!---- Grito Elizabeth enojada y con lágrimas recorriendo sus mejillas.--- Confíe en ti... Creí en ti... Pero veo... Que tú no eres diferente de los demás... ---- Dijo Elizabeth y sin más salió volando de ahí.

Meliodas no hizo nada... Solo se tiró de rodillas... Le dolió decirle eso a Elizabeth... Sentía odio y asco de el mismo. Intentaba no llorar... Intentaba controlar sus ganas de ir tras ella y explicarle todo... Pero no podía... Si lo hacía su familia sería destruida... Amaba a Elizabeth... La amaba... Y por eso mismo se odiaba por ser la causa de las lágrimas de Elizabeth...

***

Elizabeth había regresado sola a casa. Cuando su abuela la iba a regañar pudo ver los ojos vacios de Elizabeth y solo pudo a abrazarla y dejar besos en sus mejillas. Mientras Elizabeth se desahogaba y repetía el nombre de Meliodas y decía que lo odiaba pero que a la vez quería...

Así se fueron los días de Elizabeth. Fingiendo" ser Perfecta" cuando lloraba por las noches y recordaba los buenos momentos que pasó junto a Meliodas... Ella se sentía mal y queriendo recuperar a su Mejor amigo fue a su casa, pero... Fue ahí donde todo para ello se durrumbo mas, enterandose por las vecinas que ellos se había mudado. Pero no sabían a dónde.

***

---- Lo prometiste--- Susurro la pequeña sentada en la banca de siempre... Dónde solía juntarse con Meliodas...--- Prometiste... Que estaríamos juntos... ¿Por qué no cumpliste algo tan fácil? ---- Decía Elizabeth mientras lágrimas salían de sus ojos. Entonces recordó como solía decirle a su amigo cuando peleaban.----- Morro Rubio...--- Dijo sonriendo. Miro al cielo.---- Te extraño Meliodas...


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