Capítulo 20

581 60 12
                                    

Meliodas.

Han pasado al menos cuatro días desde que llegué a Camelot, sin duda han sido días demasiado aburridos.

Mi padre me trae dando vueltas y vueltas desde que llegué. He revisado papeles, cancelado contratos, he tenido desayunos con accionistas y demás.

Y a decir verdad solo vine a decirle mi relación con Elizabeth, además de que mi plan era que me ayudara con el padre de Elizabeth, el cual se arruino por qué hace aproximadamente 20 minutos me envió un mensaje diciendo que se podría decir arregló las cosas con su padre.

Osea, mi viaje fue innecesario en pocas palabras.

Solté un suspiro.

¡Deseaba ver a mi hermosa Elizabeth!

***

Después de un rato, dónde tuve que apretar mi pequeña goma anti-estres ¡Lo cual es estúpido por qué me estrese aún más! Decidí que era mejor caminar.

Tenía que hacer una lista de lo sucedido.

1- Elizabeth y yo somos novios.

2-  Su padre y ella "arreglaron" las cosas.

3- Mi padre acepta nuestra relación.

4- Las hermanas de Elizabeth la apoyan ahora.

5- Mis amigos están bien.

6- ¡Vine a Camelot a lo pendejo!

— ¿Meliodas?— Al escuchar aquella voz pensé una cosas.

Valió madres.

— Hola Liz. — Respondí.

¡De todas las personas tenía que encontrarme contigo!

No lo malinterpretes, no odió a Liz, pero no en el pasado no terminamos todo bien.

— Valla, no sabía que volverías.

— No regrese, solo estaré aquí un corto período de tiempo.

— ¿Suficiente para que me invites a una cita?— Pregunto Liz con una sonrisa.

Negué con la cabeza.— No puedo, mi novia se enojara.

Al decir novia, la cara de Liz mostró cierta palidez.

En realidad se el por qué.

Hace dos años, estuve en un Periodo de Depresión.

Y al intentar volver a vivir, hize muchas cosas. Me la pasaba de fiesta en fiesta. Bebía hasta quedar inconsciente. Y obviamente tuve muchas "experiencias"

Y así conocí a Liz. En una de esas experiencias, ambos teníamos muchas cosas en común. Por ese mismo motivo y por qué Liz me recordaba a Elizabeth, decidí darme una oportunidad.

Pero no funcionó. Era muy injusto, el hecho de que yo, pensara en alguien más, cuándo estaba con ella.

Liz sabía eso. Pero nunca se quejó. En realidad, siempre intento hacer que yo estuviera cómodo.

Pero ciertamente jamás la presente como mi Novia.

Lo era, pero jamás la trate como tal. Una gran equivocacion de mi parte. Por qué, Liz dió todo de sí, para que está relación funcionará. Y yo, ni siquiera lo Intente de verdad.

Aunque en algún punto de la relación, ambos terminamos poniéndonos los cuernos.

Y después terminamos.

— ¿Novia? Oh, eso es genial, Mel.— Respondió Liz. — Aunque eso no me lo esperaba, jajaja.

Asentí.— Liz, no puedo invitarte a una cita, pero si un almuerzo. Estaría bien que habláramos un rato.

Liz sonrió.— Eso también suena bien.

Ambos empezamos a caminar, Liz había dicho que cerca de aquí había un lindo restaurante. Caminamos por al menos diez minutos, al llegar nos encontramos (como había dicho Liz) un lindo restaurante.

No era muy grande como lo otros, pero tenía un toque de calidez y ala vez no dejaba de se lujoso.

Debería de traer a Elizabeth aquí.

Entramos y una señorita nos dirigió a nuestra mesa. Liz, colocó su bolso en el suelo y después de sentó derecha. Yo, bueno solo me senté y ya.

Después de todo yo no tengo bolso.

— ¿Cómo ha estado Zel?— Pregunto Liz.

— Él ha estado bien. — Conteste. Liz asintió.— Yo...— Tome aire, antes de seguir hablando.—  quería hablar acerca del pasado.

— Mel, no debes... Todo esta en el pasado.—

Era cierto, todo estaba en el pasado. ¿Pero no es mejor cerrar los ciclos, bien?

— Lo siento.— Liz me miró sorprendida.— En el pasado te lastime mucho y fui egoísta.

— Lo fuiste.— Contesto Liz.— Pero, yo también lo fuí. — Sonrió.— En ese momento decidí que no importaba nada, mientras estuvieras conmigo.

>> Mel, eso no estuvo bien. Tu, no necesitabas una "novia" necesitabas una amiga y alguien para que te apoyará. No necesitabas que alguien saciará tus "deseos", necesitabas un café y una gran plática. Fui egoísta, por qué pensé que yo sería capaz de sanarte a mi manera, lo cual no fue posible. Porque, se quién soy, pero también se quién eres.

>>Se que no eres del tipo de persona que necesitaba lo que hize, solo necesitabas una amiga...

— Me ayudaste...— Contesté.— Por mucho tiempo me sentí, de alguna manera cálido y valioso. Siempre intentaste lo que estaba a tu alcance. Gracias Liz, por estar en esos momentos. Por intentar cambiarme, y lamento mucho todo lo que te hize pasar.

Ambos sonreímos. Al final soltamos una risa.

No fue tan mala idea a ver venido. Después de todo, poder hablar con Liz y ser comprendido era increíble. Después de todo, es mejor tener una amiga que enemiga.




Gracias por leer. 🤠❤️








Nuestra Historia ( Melizabeth) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora