CAPITULO XLVII. DESOLACIÓN

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Castor viajò de nuevo hacìa aquel gèlido lugar dònde se encontraban Mina y Healer , nunca habìa creìdo que aquel planeta hubiese terminado en aquellas condiciones, el desolador del paisaje enfermaba a quien lo viese, la negrura de aquel lugar era absorbente y sofocante.

Estaba preparàndose mentalmente para el castigo que suponìa recibirìa al no haber terminado con Rei, el castigo sería mucho peor que el que había recibido más temprano, èl se había dado cuenta casi de inmediato que habìa cometido un grave error, pero ambas eran tan parecidas cualquiera se hubiera equivocado con semejante parecido, se obligaba a creer Castor, sin embargo, el dejar viva a aquella guardiana le traerìa severas consecuencias; pero aùn podìa negociar, tenìa la confianza de poder hacerlo, sabía que ella haría hasta lo imposible por salvarlas, incluso cambiar su lugar.

Al fondo, detrás del castillo, Castor podía observar los rastros de lo que en algún momento habían sido estrellas, su luz se extinguía lentamente como una vela, sólo una vez había viajado a ese planeta, cuando construyó de forma anónima aquella puerta, prometiéndole a la gente de aquel planeta que pronto estaría protegido, que  el reino de Endymion y Serenity los apoyarían en cualquier desastre; eso nunca pasó.

~Quizás esa es la razón por la cual toda la gente de aquí decidió irse con ella...Decía en un murmullo Castor, observando de nuevo aquel lugar, recordando cómo había sido que había llegado una noche antes a aquel palacio.

FLASHBACK

Castor caminaba asombrado por aquel desértico camino hasta llegar a un amplio castillo negro como la boca de un lobo, tenìa a Serena en brazos y a Healer en el hombro, sorprendentemente, ambas no pesaban mucho.

Había sido bastante conveniente haber hecho ese camino interestelar, Ogle-2005 había estado a punto de convertirse en parte de los planetas aliados y Castor se había adelantado a realizar ese camino, aun a espaldas de Galaxia y del mismo Rey Endymion, los prados que eran de un extraño rojizo, las pequeñas cabañas que se extendían por el horizonte, los enormes arboles lilaceos se habían convertido en un paisaje desolador, sobre sus pies, habían cenizas que manchaban las botas plateadas de Castor.

Había escuchado una fantasmagórica risa en su cabeza, irónica y letal, pero Castor la había dejado de lado, se escuchaba satisfecha y pedía que no se apoderara de su mente, cada vez era más difícil resistir a la invasión que tenía sobre su cuerpo, pero sobre todo, a la información que mantenía resguardada, información que utilizaría de forma hábil.

Al entrar al castillo, un inmenso salón se veía frente a él, con un trono, pero algo lo obligaba a ir a su lado izquierdo dónde unas escalinatas se abrían paso hacia abajo, donde un enorme pasillo se extendía frente a él con varias puertas de madera.

-Un calabozo...pensó Castor.

Sin pensarlo, abrió una de las puertas, había grilletes aferrados a la pared, Castor sonrió con malicia, dejaba en el piso a ambas chicas, pero tomaba a Healer del brazo arrastrándola por el piso hasta llegar a la pared, dònde con fuerza le colocaba los grilletes en cada una de sus muñecas; aùn seguìa inconsciente, su cuerpo inerte se levantaba conforme Castor accionaba una palanca, dejando sus brazos extendidos hacìa cada uno de los extremos de la pared, la cara de Healer caìa hacìa enfrente, sus rodillas tocaban el piso.

Castor se colocò en cuclillas frente a Healer y tomò fuertemente el cabello de està, tiràndolo hacìa atràs, habìa un moretòn en su rostro, justo sobre su mejilla; Castor riò en lo alto y saliò de aquel frìo sitio cerrando la puerta con Serena en brazos.

Castor se dirigiò a la puerta contigua, colocò a la joven en el piso, no querìa aprisionarla còmo lo habìa hecho con Healer, aquello le habìa producido un gozo enorme, sin embargo, la reina no le habìa hecho nada directo, èl sòlo cumplìa òrdenes, una òrden de la cùal el saldrìa terriblemente beneficiado, prendió una pequeña antorcha que iluminó la habitación mohosa.

EL AMOR DE UNA ESTRELLA ES INFINITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora