Ruedas

CINCO

«...Hoy hace calor y el corredor y cantante Sonic the Hedgehog bien podría encontrarse celebrando anticipadamente su victoria en la playa, sin embargo esta en una fría habitación de hospital, junto a su ex mujer que corre peligro...»

Estación de radio buenos días California

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La sangre subía a sus mejillas bañándolas de color rojo rápidamente. Sus besos eran intensos y con hambre sin darle tiempo para respirar. Su mano se adentro bajo la camisa de su amante, sintiendo el calor que desprendía su piel, ella mordía sus labios sensualmente y ahogaba gemidos al sentir su lengua descender por su cuello. Movía sus caderas sobre él y a él eso solo le provocaba una gran satisfacción.

De un momento a otro y sin darse cuenta lo que había comenzado como una inocente sesión de besos se convertía en un juego al cual no se había sometido en un tiempo.

En realidad ya se había convertido en rutina, ella, alcohol, besos babosos y una buena ronda de sexo. Pero hoy era diferente. Hoy, por más que quisiera negarlo, no pensaba en ella, ni en el deseo carnal que se suponía lo poseía.

Solo en alguien... Amelia Rose.

Mina era belleza, lujuria y placer.
Con ella podría salir a tomar y pasársela bien y tener conversaciones ridículas que olvidaría en horas o tal vez minutos.

Y Amy...

Amy era hermosa, dulce y amble.
Con ella podría salir a tomar un café y pasársela bien, tener conversaciones absurdas pero con un valor demasiado intenso como para ignorarlas.

Mina era como muchas chicas de la ciudad. Que disfrutaba de fiesta en fiesta. Pero eso no la convertía en una puta, claro que no, ella solo seguía la corriente.

Amy era la chica a la que le daba igual que todo el mundo criticara. Era la típica chica que prefería jeans a usar faldas. Pero es no la convertía en una santa, no claro que no. Ella, al igual que Mina, también seguía la corriente aunque se podía notar de que lado de la ciudad provenía cada quien.

Mientras que Mina venía de una familia adinerada y de la alta sociedad Amy provenía de los barrios pobres con una familia que apestaba y una vida del asco.

Volvió a la realidad cuando se dio cuenta de que alguien movía su hombro bruscamente. Mina. La cual lo llamaba tratando de poder captar su atención. Su teléfono vibraba en la su chaqueta que se encontraba en el suelo, ¿En que momento se la había quitado? le restó atención y se dedicó a atender.

Tails

Apartó a Mina delicadamente y se puso de pie. Al contestar la voz del chico del otro lado de la línea se escuchaba alterado y desesperado.

– ¿Dime qué ya vienes?

– Eh...?– fue lo único que se le ocurrió decir.

– Carajo lo olvidaste– la voz de Tails ya no sonaba como la de siempre, si no como la que usa en eventos importantes...

Importantes... La entrevista.

Antes de que su amigo dijera algo más corto la llamada y tomo sus cosas del suelo.