OCHO

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«...Amelia, hija de una migrante latina y de padre desconocido se casó a los 18 años de edad con Sonic the Hedgehog, el hijo y heredero del imperio Hedgehog. Sonic apenas tenía 21 cuando se caso ¿Se dan cuenta de que en ese entonces esos dos no eran más que niños jugando a ser grandes?...»

Comentario de Charlie Sponteer contador de la empresa Hedgehod.

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Sentía que la cabeza le iba a explotar en cualquier momento, no sentía las piernas y con algo de suerte podía decir dos sílabas juntas. Se movió otra vez en la cama haciendo que está se desarreglara ligeramente, observó el reloj en la mesita de noche con esfuerzo, 3:37a.m.

Hacia ya quince horas aproximadamente que había llegado al primer lugar de la gira,  Barcelona España. Luego de su gran fracaso intentando hablar con Amy prefirió cerrar la boca por lo que restaba del viaje y ella a su vez no volvió a hablarle ni una sola vez.

Al bajar del avión agradeció a la Deidad suprema que no se hubieran topado con ningún paparazzi ni algún fan, sabía que eso se podía haber puesto feo y, conociéndose, solo habría arruinado más las cosas.

Observo el techo en medio de la oscuridad y recordó una vez más como había sido su encuentro con Amy después de tanto tiempo, recordó cada pequeño detalle del pequeño momento que pasaron juntos y quiso gritar. No entendía que le estaba pasando. 

Su cabeza era un completo caos y el corazón le latía con fuerza de solo recordar lo que había pasado hace unas horas, cerro los ojos intentando olvidar todo y un nuevo recuerdo azoto su memoria.

"Me agradas y por eso solo te lo diré una vez, si te vuelvo a ver cerca de mi hermana te voy a partir por la mitad"

Por primera vez después de horas su cabeza se había quedado en calma, esas palabras resonaron en su memoria una y otra vez mientras formaban idea tras idea. 

Estaba pensando demasiado todo, Tails lo mataría sino estaba descansado para mañana y realmente no quería batallar con eso. Se tapo la cabeza con su almohada como si intentara sofocar sus pensamientos y, al fin después de horas, logro quedarse dormido.

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Sonic

Jugaba con la pelota arrojandola contra la pared y volviéndola a atrapar. No era alguien que fuera conocido por ser paciente así que no es mi culpa el estar aburrido ahora, era culpa del chico marihuana sentado en mi escritorio.

Lance la pelota unas cuantas veces más hasta que su voz cansada resonó en la habitación.

– ¿Puedes parar?

Y ahí estaba ese extraño acento, su forma de pronunciar la R era extraña, mucho más fuerte que la de los demás pero seguía sin saber porqué, estoy seguro que es Americano.

En respuesta a su pregunta rebote una vez más la pelota con la pared. Suspiró cansado y murmuró algo que no logré entender, no porque no lo hubiera oído, pues lo dijo suficientemente alto como para que lo oyera, pero no como para confirmar que me está hablando a mi, no entendí lo que dijo pues estaba hablando en otro idioma lo único que sabía es que había dicho la R.

Seguí en lo mío hasta que escuche como decía mi nombre, me voltee a verlo y me enseñó una tablita llena de cables y lucecitas que sinceramente no tengo ni idea de que es. Le di un pulgar arriba pues no sé que esperaba que hiciera, él solo puso los ojos en blanco y me pidió que me acercara.

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