SIETE (actualizado)

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«... Creo que hablo por todas las mujeres cuando digo que Sonic es un bombón, pero... ¿De que sirve un bombón infiel? De nada. Es que enserio ¿Quién no desearía a semejante mujer? Y...»

The woman– programa de TV.

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Estaba haciendo la fila para subir al avión, los lentes de sol le cubrían los ojos y un gran abrigo colgaba sobre sus hombros dándole un toque joven y sexy. Estaba desesperada por subir, quería sentarse y poder largarse muy lejos.

A donde iban hacía mucho calor y era consiente de eso, el abrigo era porque en la terminal del aeropuerto tenían el aire acondicionado a todo dar y el frío del clima no ayudaba.

Cuando subió al avión fue una lucha encontrar su asiento, las personas la empujaban e inclusive pisaban sin siquiera notarla. En esos momento odiaba su estatura. Cuando encontró su lugar se acomodo lo más rápido que pudo, no quería pasar un segundo más entre todo el tumulto de gente.

Recordó la primera vez que se subió a un avión y todo lo que sintió, suspiro ante esos pensamientos. No le tenía miedo a las alturas ni nada, simplemente... Le daba algo de miedo volar y le daba pánico estar junto a la ventana.

Recordó lo que solía decirle su madre.

Inhala, Exhala. Inhala, Exhala.

Se calmó un poco y se quitó los lentes para colocarlos en el estuche que tenía en su bolso de mano. Busco con que distraerse, tomo las revistas que habían debajo de los asientos y empezó a leerlas o eso intentaba, solo quería dejar de pensar en eso.

Busco algo más con que distraerse. El avión ni siquiera había despegado y ella ya estaba muriéndose del miedo.

Sintió una mirada insistente sobre ella, curiosa levantó la vista y con lo primero que se topó fue con una ojos color esmeralda observando atentamente sus ojos jade. Ahora si pedía a gritos una ventana porque el aire a su alrededor parecía no ser suficiente.

Aún de pie, observó el papel en su mano y la observo a ella, el papel, ella, el papel, ella. Maldijo por lo bajo y con fastidio se sentó a su lado. Las manos le sudaban, el corazón le latía rápido y no sabía hacia dónde mirar. Eso era incómodo, decidió prestar atención al tan "impresionante" asiento de enfrente.

Ella estaba molesta, el ceño fruncido y los labios apretados, como haciendo un puchero.

Él sabía que estaba así, lo sabía sin siquiera verla, la conocía tan bien.

Una azafata paso por su asiento indicando que apagaran sus celulares porque pronto iban a despegar, eso fue suficiente para que Amy se tensara en su asiento y todo el enojo que estaba comenzando a formarse en su interior se convirtiera en miedo.

Apago su teléfono y estaba por abrocharse el cinturón de seguridad pero las manos le temblaban tanto que apenas y podía moverlas. Las azafatas estaban al frente dando instrucciones de que había que hacer en caso de emergencia, no prestaba atención, estaba demasiado enfocada en controlar su cuerpo.

– Siéntate aquí– murmuró el cobalto a su lado

– ¿Que?– fue lo único que logró preguntar, atónita.

– Te da miedo volar y más si estás junto a la ventana, cambiemos de asientos– en ningún momento la observó mientras hablaba, la vista del azulado estaba enfocada en otro lado.

Quería negarse pero cuando escucho que estaban indicando que hacer en caso de emergencias en otro idioma las alertas de su cerebro se encendieron y dejó su orgullo de lado. Se estaba poniendo de pie cuando lo escucho susurrar « ¿Por qué simplemente no rechazaste venir?»

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