El primer día siempre es duro.

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Entró por la ventana y en seguida una luz verde lo rodeó perdiendo la transformación. Plagg salió disparado de su cuerpo y logró atraparlo en el aire, se veía debilitado y agotado. El pequeño Kwami se quejó por hambre y en cuestión de minutos Mika bajó a la cocina y regresó con un trozo de pizza con doble queso que alcanzó a calentar en el microondas.

No era camenberg precisamente pero la criatura mágica la devoró felizmente recuperando su energía. Mientras el adolecente tomó asiento en la esquina de su cama observando un CD que había grabado en vacaciones. Tenía la canción que le había compuesto a Kendo. Le había tomado horas grabarla y editarla, su padre le había ayudado un poco con aquello en el estudio del cual era dueño. No era una empresa demasiado grande pero poco a poco se iba abriendo paso en el mercado musical.

Se podía leer en la superficie del CD: «KENDO'S THEME»

Mika, despues de un suspiro de resignación, tomó un poco de alcohol, algodón y un pulmón mientras acercaba el disco a sus manos. Borro el nombre de la rubia y escribió sobre ello: MELODY'S.

Al menos para algo iba a servir aquella canción. Su hermana estaría feliz de saber que tenía un tema para su presentación dentro de 5 meses y podría empezar a coreografiar y ensayar tan pronto como quisiera.

Se echó en la cama atrayendo a si mismo el violín que había dejado más temprano, susurrando notas tristes dignas de un himno fúnebre.

- ¿Tanto te disgustó ser heroe? No lo hiciste tan mal - habló el Kwami ya recompuesto tras comer.

- no es eso, Plagg. Es solo... - hizo una pequeña mueca - problemas con chicas, supongo.

- que asco - sin interés alguno en el tema la criatura comenzó a volar por el cuarto buscando algo con qué entretenerse.

- es qué soy un desastre cuando ella está al rededor, ¡La conozco de toda la vida, no debería sentirme tan torpe! - comentó el azabache deteniendo la canción en seco. El Kwami, resignado a que todos sus portadores tengan problemas amorosos, se acercó a él.

- sabes, mi antiguo portador también tenía un amor, se comportaba como un tarado con ella.

- ¿Y al final la conquistó? - curioseó retomando aquella melodía melancólica.

- no, al final ella se casó con otro chico y terminó teniendo un hijo medio tarado.

- ¿se supone que eso me anime?

- No. Lo que se supone quiero decirte es que la vida da muchas vueltas - Plagg se sentó sobre la cubierta del violín atento a la tonada. Escucharle tocar le recordaba en parte a Adrien y su piano - tal vez esa chica es el amor de tu vida, tal vez no. Nadie lo sabe. Pero algo que puedo decir es que, esté donde esté: mi antiguo portador es muy feliz. Y tu también lo serás.

- ¿Lo apresiabas mucho? A tu portador anterior.

- nunca se lo digas, pero es el mejor de todos. Era un gran chico.

Mika sonrió y sin previo aviso el kwami voló rápidamente hacía el armario ocultándose de quien se acercaban a la puerta. Luka y Marinette se asomaron por el marco de la puerta.

- escuchamos la música triste, ¿Esta todo bien?

- estoy en depresión - la voz del más joven flanqueó en una especie de grito ahogado.

La pareja se arrojó miradas discutiendo en silencio:

«tu fuiste quien le heredó lo dramático» acusó el peliazul.

«tu le heredaste toda la cosa de músico melancólico, es tu culpa» le respondió la otra.

Marinette fue la primera en poner un pie en el cuarto. Le había costado convencer a Luka de olvidarse del tema del médico y volver a casa (aunque Luka insistió en comprar un par de pruebas de embarazo solo para salir de dudas). La de ojos azules se sentó en la cama junto al adolecente. Mika colocó el violín sobre sus piernas y colocó su cabeza sobre la de su progenitora, siendo esta de estatura pequeña comparada a él.

A Miraculous Tale: The Rise Of Two HeroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora