Capítulo 3

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Poe se abre paso entre la gente. Lleva sus oscuros conjuntos y la sudadera de siempre, sobre su cabeza, aún cuando un gorro verde musgo le cubre la cabellera ceniza. Lleva sus lentes contra el sol de aro circular, adquiriendo un gusto por ellos en los últimos años. El tren está lleno de personas distintas, Poe observa a todas, sin poder evitar el imaginar historias.

La mujer notoriamente ebria, tal vez un romance fallido, pero juzgando su compañía sólo puede asegurar que se ha debido a una salida normal con exceso de copas. La mujer de grandes bolsas bajó sus ojos, podría tratase de una historia algo exagerada equivalente a eventos paranormales, pero ha juzgar por sus expresiones, solo se trata del trabajo y probablemente problemas personales no ligados a eventos paranormales. Tal vez la pareja que se da la espalda acaba de terminar, siempre los ve en medio de muestras de afecto en medio de los vagones...

—Dame un respiro —susurra una voz que lo hace observar sobre su hombro.

Blue lleva una falda ajustada, un par de dedos más arriba de su rodilla, una camisa blanca con mangas y tacones negros. Sus bolso va lleno de anotaciones diversas. Ella, ese día, no lleva su cabello desordenado, lleva una coleta ajustada y bien hecha, alta, y sus gafas no son remplazadas por lentes de contacto, parece haber hecho un esfuerzo en llevar labial rosa pálido en sus labios y haber rizado sus pestañas, aún cuando es un esfuerzo inútil gracias a la cobertura de vidrio y pasta que son sus gafas.

Para Blue, Poe Petrelli es su tormento. Verlo llegar de esa forma tan poco agraciada hizo que mucho en ella se tensara más de lo que estaba sin hallar su paradero. Y lo había arruinado por la tensión, no tiene nada en contra del escritor, pero además de que es molesta su actitud fuera de los radares personales, lo ha conocido de esa forma y ya no sabe cómo enmendar para sacar información suya y realizar un artículo escandaloso.

Bajo la mirada de la chica, Poe se mueve un poco lejos. Ahora que le ha visto, la idea de que reconozca que es el hombre del tren, le desagrada.

—No sé cómo hacerlo, de todos modos yo lo voy a resolver —Blue desea colgar ante el tono de voz de Tamhre, que le dice: "Déjame ayudarte"—. Pero sí no puedes resolver tus propios asuntos, ¿Cómo podrías ayudarme con los míos?

Es todo.

Horas después, cuando Poe se adentra al metro en la noche, su mirada recae en Blue nuevamente. Como siempre, volviendo a la rutina luego de no verla por un día.

Blue no es nadie para Poe, pero sigue siendo "la chica del tren" su habitual compañía resultaba ser un círculo del que se había acostumbrado. Muchas veces la veía estresada y en sus facetas emocionales sumamente transparentes... emocionalmente, pero no podía imaginar historias detrás de ella. Lo había intentado varías veces y terminaba en un escenario blanco en donde ella tomaba asiento para observarlo con esa aburrida expresión suya, pero percibía el brillo de reto y burla.

Esta vez, ella lleva su libro sobre el rostro, abierto de par en par para cubrirla del sol inexistente, a su lado está su vaso de café, sus pies imposibilitan el movimiento de un bolso cargado y también su bolso personal. Lleva las piernas cruzadas sobre el asiento, porque ha cambiado la falda a sus típicos jeans desgastados de tiro alto y flojos.

Poe la observa en su posición, analizando situaciones ajenas a ella, organizando una serie de ideas que pasan por su cabeza como el olor del café de Blue.

—¿Estás despierta? —Poe cuestiona, sorprendiéndose a sí mismo con aquello. Sin embargo, no se inmuta.

—Acabas de romper el código de desconocidos —ella murmura con voz perezosa, mas no adormilada. La ve apretar los dedos de sus manos sobre la tela que cubre sus muslos y por primera vez, en todos los años que tiene de ser su acompañante silencioso, se pregunta qué piensa ella de él.

El arte de tu sonrisa /PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora