—¡Hey, señora! —grita la chica, la mujer se voltea hacia la voz femenina que reclama su atención. Los pasajeros del tren observan a la rubia de cabello atado en formas desordenadas, gafas y cargada de cosas—. ¡Cállese la puta boca!
Grita con fuerza, antes de lanzarse hacia la misma, con el puño cerrado. Poe Petrelli observa la escena desde su asiento, cómo la rubia golpea con furia a una mujer un par de años mayor que ella y los demás aplauden, otros intentan quitarla de encima de la misma.
—¡Maldita racista! —escupe.
Poe la observa, cómo es aplaudida por defender a una mujer extranjera que estaba siendo atacada por la mujer que ha recibido los golpes. De verdad que en el metro ocurren historias que simplemente parecen sacadas de una película, pero ese es el imán que ella ha plantado desde el inicio. Su desgarbo, su cabello mal atado, siempre durmiéndose en el metro, corriendo, hablando por teléfono.
Blue Moon. Esa es ella, la misma que ha sacado un artículo con una crítica a su libro, luego de haber hecho que leyera un poco del libro en medio de un show. Esa rubia que parece tener al mundo en sus manos, de expresiones aburridas o imperturbables.
Poe sale del metro, no sin antes caer al suelo por el golpe de Blue Moon, quien recoge sus cosas como si estuviera a nada de sufrir un colapso, Poe puede notar cómo sus expresiones le ayudan a parecer algo aburrida. La pantalla de inicio de su móvil, muestran una llamada en proceso.
—Lo siento mucho, señor —ella dice, sin observarlo.
Ella es simplemente un desastre andante y a Poe no le gustan los desastres andantes.
*
Es tarde. Blue apaga la computadora de su escritorio y se adentra hacia la oficina de Penny, una chica que tiene su misma edad y es su jefa. ¿Cómo puede eso suceder? Bueno, es fácil cuando sus padres son los fundadores de aquella editorial o lugar. Es injusto, pero el mundo funciona de esa forma, las personas ricas que han sido criadas con caprichos, siempre serán jefas de los que no pueden complacer caprichos. Penny parece una de esas, encaprichada con-
—Le dije a Heers que es imposible que consigas una cita con Poe Petrelli —la voz de Penny la hace voltear la cabeza hacia su dirección, la rubia se encuentra apoyada contra el marco en la entrada de su oficina.
Heers es el único que iguala el gran puesto con Penny, a diferencia de que no está en obligación de asistir presencialmente al trabajo. Heers siempre ha sido un hombre caprichoso y seguro de su trabajo, es por eso que siempre le decía: "Ellos necesitan de mí, yo de ellos no" y es cierto, sus artículos con una historia sexual y dolorosa es lo más vendido por el público, hasta encima de las ventas de Blue, quien subió al segundo puesto de formas acaloradas gracias a los libros sobre los que ha hablado.
—¿Cómo se supone que debo reaccionar ante ello? —Blue murmura, adormilada, apartando la vista de la chica—. Poe Petrelli es un hombre con el que es casi imposible dar. Has dicho algo a Heers que es obvio.
—El público pide a Petrelli.
—Tú pides a Petrelli —la chica dice, Penny se tensa en su lugar. Es que Blue simplemente odia lo mucho que Penny está obsesionada con el escritor, según las historias, ella ha sido la que ha ocasionado daño en él—. Ya te lo dije antes, Penny. No sé si él se ha inspirado en ti para realizar el libro.
—Pero podrías, si consiguieras una entrevista, Moon.
—No —ella finalmente toma su bolso—. Si yo consiguiera esa entrevista, no preguntaría en quién está inspirado el libro. Es íntimo y aún cuando me la paso criticando todo, no es justo invadir la privacidad.
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El arte de tu sonrisa /Pausada
Fiksi RemajaEn un mundo lleno de fantasía, dolor y mentiras. Ella era todo lo que siempre escribí.