En tu mirada. ~ItaSaku

Pétalo 3

- ¿En dónde estará?

Sakura se encontraba cerca del campo de entrenamiento esperando a Itachi, el cual le había dejado una nota diciendo que quería pasar la tarde con ella.

Al pensar en ello la cara de Sakura se había vuelto un tomate, sin embargo, decidió ir.

Habían pasado apenas unos cuantos días desde el día en el que el azabache la había cuidado en el hospital y de cierto modo, se sentía en deuda por lo ocurrido.

Esa mañana Mebuki la había ayudado a preparar Dangos para el joven Uchiha. Ya que según palabras de su madre, "para conquistar a un hombre, primero se debe llegar a su estómago". Aquella idea en un principio le causó gracia a la pequeña pero finalmente entendió a lo que Itachi se refería, una cita.

"Una cita" ese pensamiento volvió a cruzar por su mente y una enorme sonrisa apareció en su rostro.

- ¿Estás tan feliz de verme?

Sakura levantó la mirada y se encontró con los obscuros ojos del joven, él cual la miraba enternecido.

- ¡Itachi!

La pequeña corrió a los brazos del Uchiha y él gustoso la alzó en sus brazos dando vueltas.

Cualquier persona que pasara cerca de ahí, pensaría que aquellos chicos eran pareja y para suerte o desgracia de ambos, un pequeño azabache los miraba con el ceño fruncido desde lejos.

- ¿Qué tiene de especial esa niña? -Pensó el pequeño Sasuke, antes de ver a un rubio corriendo hacia él.

- ¡SASUKEEEE!

- ¿Ahora qué quieres?

- ¿Cómo qué que quiero? Me dijiste que me ayudarías a mejorar mis lanzamientos de shuriken.

- Lo olvidé... -Admitió el azabache y se encogió de hombros, para devolver su mirada a aquel campo en donde se encontraba su tonto hermano mayor.

- ¡Siempre es lo mismo contigo, teme!

-...

Al ver que su amigo miraba con tanta insistencia algo, Naruto decidió voltear hacia la misma dirección que el Uchiha.

- Sakura-chan es muy bonita, ¿no lo crees, teme?

Las mejillas de Naruto se veían algo sonrojadas, sin embargo, su amigo nisiquiera lo notó.

- ¿Sakura?

Los pensamientos de Sasuke seguían divagando ya que de cierto modo, recordaba haber visto aquellos cabellos rosas en algún lado.

- Esa niña es una molestia.

Finalmente recordó que esa misma niña era aquella que siempre había intentado invitarlo a comer pero por alguna razón siempre salía corriendo.

- No lo entiendo...

- ¿Qué dices, teme? -Naruto se acercó a su amigo el cual solo balbuceaba cosas que el rubio no alcanzaba a entender, ajeno a lo que su amigo le decía.

- ¡SASUKEEEE!

El Uzumaki nuevamente volvió a gritar para llamar la atención del Uchiha, sin embargo, termino llamando la atención de todas las personas a su alrededor, entre ellas la de Itachi y Sakura.

- ¡¿Naruto?!

- Sakura-chan, no es lo que crees.

- ¿Nos estabas espiando, baka?

- Etto... todo fue idea de Sasuke...

El pequeño Naruto sudaba frío, pues la mirada que le daba en aquel momento la Haruno, le recordaba las veces que hacía enojar a su madre.

- Sasuke ¿qué haces aquí?

Está vez, Itachi se acercó a su tonto hermano menor.

- A mi ni me vean... -se cruzó de brazos-...el dobe y yo solo pasábamos por aquí y los vimos por casualidad...

- ¡Si así es! No es como si los hubiésemos estado espiando desde que llegaron, ¿verdad, teme?

En ese momento el Uchiha menor solo quería golpear a su amigo por ser tan idiota. Sin embargo, sabía que la única manera de librarse de todo, era cuestionar a su hermano.

- Si, bueno... cambiando de tema ¿qué haces aquí, Itachi?, ¿no tenías una misión hoy?

- Cancelaron la misión, así que decidí invitar a Sakura a dar un paseo.

La pequeña Haruno se sonrojó levemente y Sasuke solo hizo una mueca.

Seguía sin entender cómo era posible que su hermano nunca tuviera tiempo para jugar con él, pero si para ella.

- ¿Ah si? ¡pues entonces quédate con esa niña cabeza de chicle!

Fue lo último que dijo antes de arrastrar al rubio lejos de ellos, dejándolos atónitos.

- ¿Qué diablos fue eso?

- Mi hermano solo está algo celoso, pero tranquila pronto se le pasará.

Itachi se encogió de hombros y la tomó de la mano, para seguir caminando.

La mente de la pequeña seguía dando vueltas y sin pensarlo, decidió armarse de valor y mirar al azabache.

- No entiendo.. ¿por qué estaría celoso, Sasuke-kun?

- Porque me gustas, pequeña cerezo.