Llegué a la calle y tomé el primer taxi que vi. 20 minutos después estaba pasando por la puerta de mi casa. Subí a dejar la mochila en mi habitación y segundos más tarde estaba sentada frente a mis padres en la sala. Gerard fue el primero en hablar.
-Adrienne, no sabíamos cómo decírtelo pero la decisión está tomada y no hay vuelta atrás.-dijo firmemente-Nos vamos a vivir a Los Ángeles.
Mi mamá comenzó a llorar mientras me pedía perdón pero dejé de escucharla. La noticia me tomó completamente por sorpresa. Nunca imaginé que podrían hacerme algo así, nunca se me cruzó la idea de dejar mi vida como la conocía, lejos de mis amigos y otros familiares. No quería. No podría volver a adaptarme. Tendría que cambiarme a otro colegio, hacer nuevos amigos y probablemente vendría a Washington cada varios meses sólo durante un maldito fin de semana. Sólo podía concentrarme en dejar de lado mi enojo para no decir cosas de las que después me arrepienta.
-¿Por qué?-musité, aunque ya imaginaba la respuesta.
-Voy a trasladar la oficina central de la compañía allí…
No lo dejé terminar y corrí a encerrarme en mi cuarto. Lo estaba haciendo de nuevo, volvía a poner su trabajo como lo más importante sin tener en cuenta lo que opinábamos o sentíamos mi madre y yo. Hizo lo mismo cuando yo era una recién nacida y vivíamos en Canadá, no tuvo en cuenta lo mucho que a Linda le costaría organizar otra vez su vida con una bebé y en una ciudad que no conocía, simplemente tomó la decisión sin consultar y la llevó a cabo.
Cuando dejé de llorar llamé a Mike para avisarle que iba a pasar la noche en su departamento, no quería verlos pero por eso no iba a quedarme encerrada y sola. Quedó en pasarme a buscar así que junté las cosas que necesitaba en mi bolso y cuando se fueron a hacer las compras como todos los viernes me fui dejándoles una pequeña nota en la heladera.
“Necesito tiempo para asimilar esto. Espero que sepan entenderlo así como yo intento entenderlos a ustedes. Los ama, Adrienne.”
Subí al auto de Mike y camino al centro le conté lo que había pasado esa tarde pero para mi sorpresa no dijo nada hasta que llegamos al departamento. Cerró la puerta y me abrazó mientras palabras que no lograba entender salían de su boca y supe entonces que estaba llorando, desde la muerte de sus padres no lo veía llorar y parte de mí se sentía culpable mientras que otra le echaba la culpa a Gerard y su estúpida idea.
-No llores por esto, sabíamos que algún día pasaría Mike… Y si te pones así en lo único que puedo pensar es en Britt haciendo lo mismo cuando se entere. Van a romperme el corazón.
-No falta mucho para eso entonces porque viene en camino y seguro no tarda en llegar.-dijo secando sus lágrimas con la palma de su mano.
Me quedé paralizada. Una cosa era decírselo a Mike pero otra era contarle a Brittney, es la persona más sensible que conozco y seguro quedaría destrozada con esto, jamás nos habíamos separado.
Cuando me di cuenta tenía a Britt enfrente mío y no se me ocurría nada que decirle. Tuve que empezar a hablar porque si no Mike lo haría por mí y sería peor.
-Amiga, lo que tenían que decirme mis padres hoy era que nos vamos a mudar-tomé aire-a Los Ángeles- solté.
Como esperaba lágrimas comenzaron a rodar por sus coloradas mejillas y no pude detener las que estaban por salir de mis ojos. Me acerqué y la abracé mientras acariciaba su rubio cabello e intentaba convencerla de que vendría a verlos seguido y todo seguiría igual pero ni yo me lo creía así que fue en vano, entonces Mike se sumó al abrazo y así nos quedamos los tres juntos por un largo rato.
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American Idiot
Fanfiction(Fanfic de Billie Joe Armstrong) Yo soy una chica tímida, divertida y un poco torpe. Tengo casi 18 años y vivo en Washington con Linda, mi madre, y Gerard, mi padre. Era muy feliz hasta que me entere de algo que nunca hubiera imaginado: debía muda...