Frankeinstein - Mary Shelley.

20 0 0
                                    

...nada hay que tranquilice tanto la mente como un propósito claro, una meta en la cual el alma pueda fiar su aliento intelectual.

Mi valor y mi resolución son firmes, pero mis esperanzas fluctúan y mi ánimo se deprime con frecuencia.

Pasa tanto tiempo antes de que uno se pueda persuadir de que aquella a quien veíamos cada día, y cuya existencia misma formaba parte de la nuestra, ya no está con nosotros; que se ha extinguido la viveza de sus amados ojos y que su voz tan dulce y familiar se ha apagado para siempre. Estos son los pensamientos de los primeros días. Pero la amargura del dolor no comienza hasta que el transcurso del tiempo demuestra la realidad de la pérdida.

Ya no se le puede compadecer. Los supervivientes somos los que más sufrimos, y para nosotros el tiempo es el único consuelo.

Entonces me había llenado de un éxtasis que prestaba alas al espíritu, permitiéndole despegarse del mundo de tinieblas y remontarse hasta la luz y la felicidad. La contemplación de todo lo que de majestuoso y sobrecogedor hay en la naturaleza siempre ha tenido la virtud de ennoblecer mis sentimientos y me ha hecho olvidar las efímeras preocupaciones de la vida.

Frases que me gustan de libros que leo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora