La Edad de la Inocencia - Edith Wharton

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"...pensar en un placer futuro le daba una satisfacción más sutil que su realización"

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¡La verdadera soledad es vivir entre esta bondadosa gente que sólo invita a alguien para lucirse!

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Las mujeres deben ser libres, tan libres como lo somos nosotros.

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una vez más tuvo que aceptar que el matrimonio no era un anclaje en puerto seguro, como le habían enseñado, sino un viaje por mares que no figuran en los mapas.

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La añoranza lo acompañaba día y noche como un incesante e indefinible deseo, como el súbito antojo de un enfermo por comer o beber algo que alguna vez probó y había olvidado por mucho tiempo.

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—¿Para alejarte de mí lo más posible?
Ella repitió en voz baja:

—Para alejarme de ti lo más posible.

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parecía que hubieran alcanzado esa profunda cercanía que un simple contacto puede separar.

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era como si las palabras de la condesa fueran una rara mariposa que el menor movimiento podría hacer huir batiendo sus asustadas alas, pero que podría atraer a una bandada si no la molestaban.

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• —¿Y qué crees que hiciste tú de mi?

Ella palideció un poco.

—¿De ti?

—Sí. Porque yo soy tu obra, mucho más que tú obra mía. Soy el hombre que se casó con una mujer porque otra le dijo que lo hiciera.

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Me diste el primer atisbo de una vida verdadera, y al mismo momento me pediste que siguiera con una vida ficticia.

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su único pensamiento era que nunca más volvería a sentirse completamente solo.

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Allí estaban, tan cerca uno del otro, confinados a ese cuarto, a salvo, y sin embargo tan encadenados a sus respectivos destinos que bien podrían estar separados por el mundo entero.

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Ella escogió estar cerca de él mientras él no le pidiera que se acercara más; y dependía de él mantenerla justo allí, a salvo pero alejada.

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Cuando pensaba en Ellen Olenska, lo hacía en forma abstracta, serena, como se puede pensar en algún amor imaginario de un libro o de un cuadro: ella había llegado a ser la imagen que abarcaba todo lo que él había perdido.

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Dijo que ella sabía que estábamos seguros contigo, y que siempre sería así, porque una vez, cuando ella te lo pidió, tú renunciaste a lo que más querías.

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Uno de mis libros favoritos

Frases que me gustan de libros que leo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora