~Lizbeth
Hoy se cumplen dos semanas desde que me case con el arrogante padre de mis hijas, todavía no nacen los bebes y ya me desesperan sus cuidados hacia mi.
Espero entienda que el estar embarazada no es impedimento para realizar mis actividades diarias y no es necesario que continúe tratándome como una enferma.
Nos encontramos de luna de miel en París y desde que llegamos no e podido ir a recorrer sus calles o visitar alguna de mis tiendas favoritas, necesito distraerme ya no puedo continuar más en esta habitación.
Parece como si no fuera nuestra luna de miel al contrario parece un viaje de negocios donde mi marido solo vino a cerrar asuntos de trabajo, desde ayer no lo veo y creo no lo veré por otro tiempo más.
- ¿Señorita desea algo para desayunar?
- Lo siento Ana no tengo hambre, podrías avisar que alisten el coche deseo salir.
- Claro señorita, una pregunta ¿el señor lo sabe?
Detesto toda esta situación, no puedo hacer algo sin que mi marido tenga que saberlo, lo odió.
Sin responder decido mejor salir por mi cuenta, regreso a mi habitación, recojo mi bolsa y me dirijo a la salida, fuera observo despejado todo el patio eso es buena señal.
No espero más y corro con cuidado hacia el portón para luego esperar que se descuiden los de seguridad y salir sin problemas.
Ya fuera tomó un taxi y me dirijo hacia la Ciudad, tengo poco tiempo hasta que noten mi ausencia y Goliat decida aparecer.
Goliat es mi marido desde que lo volví a ver le e dicho así por su mal carácter claro sin que el se de cuenta.
La ciudad es hermosa no es la primera vez que la visito pero no había tenido la oportunidad de recorrerla con tranquilidad. Todo es tan precioso la gente es muy amable y que decir de la comida.
A lo lejos observo como una pareja juega con unos niños, creo son sus hijos se ven tan felices. En mi mente imaginó como seria tener una familia así pero esa idea se va solo al recordar que mi matrimonio es solo por apariencia.
Decido entrar a varias tiendas y comprar cosas para mis bebes, todo es precioso desde la ropa hasta las cunas. No Contengo mis emociones y comienzo a llorar, en estos momentos detesto estar embarazada.
Siento como tocan mi mejilla y secan mis lágrimas, Cristián esta aquí no se ve enojado ni alterado pero tampoco sonríe como siempre su cara es neutra sin emociones.
- Se puede saber que haces aquí?
No debiste salir sola y menos sin tu guardaespaldas.- Quería distraerme, conocer un poco más.
- Para eso habrá tiempo por hoy debemos regresar a la casa necesito volver a trabajar.
Siento como vuelven las lágrimas pero sin verlo me dirijo al auto, durante estos meses mis emociones han sido tan cambiantes deseo tanto ya por fin tener a mis bebes entre mis brazos.
Al llegar a la mansión Roger y los demás empleados me ayudan con las compras aunque no fue mucho me siento satisfecha.
- Necesito decirte algo ven un momento conmigo. Cristián habla mientras abre la puerta de su despacho para dejarme pasar.
Escuchó como cierra la puerta y se acerca a mi, toma mi cintura y deja un beso en mi frente.
- Se que no a sido una luna de miel normal pero debía resolver algunos asuntos pendientes, lo siento.
De nuevo estoy sorprendida no esperaba sus disculpas, es una nueva faceta de Cristián que desconocía totalmente y aun más por su sinceridad.
- A partir de mañana estaré libre podemos ir a conocer la ciudad si así lo deseas, todavía tenemos varios días para disfrutar.
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El Aroma de tu piel [Saga Sentidos #2]
RomanceUn encuentro inesperado y un regalo para toda la vida son aspectos que crearon una unión entre dos personas totalmente diferentes. Sexy, atrevido y arrogante así era él, todo por culpa de un pasado que desea olvidar... Dulce, tímida y amable así era...