[2] Instituto de nuevos.
Hacía demasiado frío, me quería quedar un rato más en mi lugar, pero ya mi madre sabía que estaba despierta y si no bajaba en cinco minutos con mis cosas, era capaz de lanzar la puerta y arrastrarme hasta el instituto. Si, mi madre es capaz de muchas cosas, podría parecer el fuego del infierno enfadada. Ya lista para salir mi mamá me da un beso y un abrazo, es algo que suele hacer de vez en cuando, cuando cierro la puerta detrás de mi, bajo las escaleras del pórtico y camino en dirección al instituto, mi cabello castaño estaba suelto llegando a mi cintura, había un ligero viento haciendo que varias partes de esta se me atraviesen por la cara.
Soy muy sensible cuando se trata de la cara, un ligero roce por la mejilla o cerca de la nariz, hace que empiece a estornudar, así ya se podrían imaginar un poco la escena, luego de tranquilizarme -me había detenido en la mitad del camino por eso- seguí caminando, me coloqué los mechones de la cara hacia atrás de la oreja y me hice un desordenado moño con mi mismo cabello, y al recordar que tenía una liga me hace detenerme y buscar en la mochila, por lo más profundo, y antes de perder el equilibrio siento una masa golpeando mi espalda.
«Bien Luna, tranquila» decía mi conciencia.
Tranquila mis ovarios, al parecer chocar se ha vuelto muy popular estos dos días. Cuando me siento para recoger mis cosas noto la chaqueta de mi instituto, volteo los ojos y me levanto sin ayuda, cuando vuelvo hacia quién me había chocado, noto a un chico de cabello castaño claro, un poco desordenado al igual que su uniforme, su piel es entre moreno y blanco, sus ojos eran marrones oscuro, un poco más y se podría decir que son marrones, el me sonríe dejando mostrar una fila de dientes perfectos, yo frunzo el ceño al verlo, el notando mi cara se aclara la garganta.
—Perdona, estaba un poco... Distraído —su voz era ronca, o tal vez era porque era de mañana y se notaba que se acababa de levantar— .Enserio, perdóname.
—Al parecer estar distraído es la moda —ironizo—, no hay nada. Adiós.
Vamos Luna, camina lo más rápido que puedas antes que...
—¡Oye! ¿Eres del instituto? —pregunta mientras corre hacia mí.
Me paso una mano por la cara estirándose. Cuando me volteo noto que estaba frente a mí, bueno, casi, era como tres centímetros más que yo al parecer.
—Si... Soy del instituto, ¿Estás perdido, cierto?
—Tienes un buen ojo —sonríe de lado, en ese momento me imagino un cuchillo entrando por esos dientes quebrándolos.
Me volteo y camino, escucho como éste me sigue, fue una caminata a paso un poco lento, no había prisa, el ambiente era cómodo, no había incomodidad alguna y cuando llegamos al instituto solo le señalé donde era la oficina. Después sólo espere al inútil de Carson, siempre llegaba quince minutos antes que todos entremos a clases, y como había llegado un poco después sólo hizo que esperara cinco minutos.
Noto que llega Melanny, al verme sonríe le correspondió y luego entra, sigo viendo el asfalto, tenía un poco de hierba en ella, la vista se me tapa por un maldito que no tiene compasión por los que tienen tranquilidad, exacto, hablo de Carson. El me mira son una sonrisa de esas que llena de energía a cualquiera menos a mi, yo solo sonrió de lado y niego para entrar al instituto, el me sigue y luego se ríe de repente.
—¿Sabes? Los que sufren de depresión y esquizofrenia se ríen solos —dije sin voltearlo a ver— ¿Tienes los dos o solo uno?
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Ángeles Y Demonios: Un Destino Alterado
FantasyLos demonios del inframundo o que algunos dicen "infierno" dicen que tenemos el corazón lleno de odio y mentalmente ideas pecadoras. Los Ángeles en cambio, aquellos que vienen del "reino de Dios" o "allá arriba" son los que están limpio de aquello...