Hace cuatro horas que había desempacado todo mi guardarropa y se encontraba acomodado en mi nuevo y gran clóset. Todos mis muebles yacían perfectamente a mi gusto. Mi mejor amiga llamó hace unos minutos para informarme que debíamos salir para festejar mi llegada, lógicamente acepté.
Gisselle es una morena extrovertida que ama dibujar, esa es su pasión, aun que también es muy buena escritora. Por otro lado, yo prefería la fotografía, al igual que ella me gustaba el dibujo y todo lo relacionado al arte, pero siempre ha llamado mi atención el hecho de detener el tiempo en una imagen, captar los momentos perfectos en el segundo perfecto, era sencillamente perfecto.
Ahora que lo pienso, ambas somos igualmente diferentes, tal vez no tenga sentido, pero así somos, idénticas pero iguales, aun que no físicamente. Como ya mencioné, ella es morena, su cabello negro totalmente lacio roza su cintura y sus ojos marrones claro llaman la atención de cualquier chico, por mi parte, mi cabello es castaño claro cinco centímetros más largo que el de mi amiga, mis ojos café obscuro son aburridos y mi piel es totalmente blanca, ambas bromeamos a cerca de nuestros colores, es extraño pero divertido.
Era en estos momentos que agradecía a mi hermano por ayudarme a mudarme aquí, no se que hubiera hecho sin mi mejor amiga. La morena se encontraba sentada en uno de los taburetes con un cuaderno pequeño y un lápiz en su mano, sus cejas se encontraban levemente fruncidas mientras movía el lápiz ágilmente por toda la hoja. Sonreí al verla de nuevo así, tan concentrada como siempre.
-Veo que te aburriste sin mi -solté al llegar a su lado.
Mi mejor amiga levantó su vista Y una resplandeciente sonrisa iluminó su rostro, dejando a un lado sus materiales se lanzó hacia mi en un abrazo de oso, como siempre los daba.
-¡Oh por Dios! -dijo casi en lagrimas- te extrañé tanto.
-Yo también a ti -respondí igual de emotiva que ella- mírate, estas hecha toda una mujer.
-Querida, no todos los días se vive con veintidós años.
Reí a causa de su comentario, en serio la había extrañado.
-No lo se -le devolví- yo aun tengo veintiuno.
-Eres una bebe -dijo entre risas- ¿quieres tu mamila?
-Cállate, ancestra.
Ambas comenzamos a reír y a discutir, ya hacía casi cinco años sin verla. Cuando Gisselle cumplió diez y siete se fue a estudiar artes a Italia por dos años, a los diez y nueve consiguió un trabajo en los Ángeles y se mudó de inmediato, sus sueño se habían cumplido, era hora de realizar los míos.
Yo siempre deseé salir de México, me sentía atrapada y quería ver el mundo como lo hizo mi amiga, pero por uno u otro motivo, nunca podía.-¿Aún trabajas en Journals? -pregunté haciendo mención en la revista que mi amiga trabajaba.
Ella asintió dando un sorbo a la taza de café que tenía en frente.
-Estas hablando con la jefa en edición y diseño -dijo con un aire superior y una sonrisa juguetona.
-¡Wow! -dije sorprendida- ¿Es en serio? ¿Cuándo te promovieron?
-Hace un mes -respondió mi amiga- había metido mi curriculum en el área de escritura, ya sabes, para salir de eso, pero mi jefe dijo que de ninguna manera me iba a dejar marcharme y me ascendió, ahora me encargo del diseño de la revista, ya sabes, que los textos estén bien acomodados, los detalles, decoraciones y todo eso.
-Me alegro que tengas lo que te gusta -comenté sinceramente.
-Gracias, ahora es todo mejor ahora que estas aquí -sonrió por completo-pero por cierto, ¿porqué tocaste el tema de Journals?
-Estaba pensando en meter matricula ahí, ya sabes, se necesita comida para vivir y sin dinero no hay comida -dije divertida a lo que mi amiga rió- ¿crees que haya algún espacio?
-No mueras -respondió Gisselle- pero el fotógrafo principal renunció hace una semana y no he podido encontrar a alguien, mi jefe se esta partiendo la cabeza, literalmente. Así que yo le recomendé a cierta fotógrafa recién llegada de México, el acepto y tienes un mes de prueba.
-¡¿Qué!? -grité emocionada y varios clientes me veían curiosos, no le di importancia- ¡Oh por dios, Gisselle! ¡Te amo! Gracias, gracias, gracias.
Me levanté de mi asiento y rodeé a mi amiga en un abrazo sofocante, no sabia lo mucho que le agradecía.
-Nena, veniste a Los Ángeles a cumplir tus metas, al menos déjame ayudarte.
Mi cabeza palpitaba y eso solo ocurría cuando me emocionaba demasiado, gracias a mi amiga tengo un trabajo, el departamento de mis sueños esta listo y vivo en el lugar donde siempre he querido vivir, nada podía ser mejor.
-Eso si -me advirtió Gisselle- quiero ser la primera en saber si algún californiano roba tu corazón, es mi paga por conseguirte trabajo.
-¿Robar mi corazón? Pff -respondí riendo- sabes que eso de enamorarme no es para mi.
-Las cosas cambian.
Tal vez ella tenía razón, y tal vez por eso todo ocurrió.
Tres horas después salí del café con mi suéter envolviendo mi torso lo mas que podía. Decidí irme caminando para poder ver la ciudad de noche, era una vista espectacular, parecía un sueño.
Una cuadra antes de llegar a mi departamento, un grupo de muchachos iba pasando, concentrados en su alboroto a tal grado que uno de ellos me empujo y me estrellé con una señora que llevaba a su bebé, le pedí mil disculpas y volteé a ver al idiota que me había empujado pero este siguió su camino con sus amigos.
-¡Ey! -grité para llamar su atención.
El muchacho volteó y le enseñe mi hermosos dedo de en medio y seguí mi camino, no podía creer que aun existieran tipos así de idiotas.
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Stuck in the moment~ Cameron Dallas
Fanfiction"No debería enamorarme de ti, no debería enamorarme de nadie, vine aquí a cumplir mis sueños y apareciste en mi vida para cambiarlos, mi sueño ahora eres tu"