Joel♣•
Camino en el pasillo junto a Johhan, hablando de cualquier cosa incoherente que sale de su boca. Nos paramos en la puerta en la que a mi me toca el día de hoy.
Son las 10:25 y algunos estudiantes comienza a entrar, no sin antes saludarme con un: "Buen día, Profesor".
Si, soy profesor de Medicina y doctor. Estudie un doctorado de maestría y puedo decir que es lindo enseñar.
Acomodo mi corbata, y Johhan para de decir estupidez mirándome de forma rara.
—¿Tuviste noche de pasión anoche? — levanta su ceja de forma coqueta.
Suelto una carcajada pequeña y asiento.
—Fui al bar que tu me recomendaste, y es maravilloso.
—¿Y con cual chico te acostaste?
Trató de recordar bien aspecto, y sonrió.
—Era muy pequeño, y tenia unas manitos chiquitas. Y su cabello era suave.
—Te mato si tocaste a mi Yoandri, Pimentel— susurra algo molesto.
—No, lo dudo, tu me dijiste que Yoandri tenia ojos cafés, y el chico tenia ojos verdes, pero no recuerdo su cara. Casi no la había visto por la poca luz.
—Yo lo se, lo hacen para que no se las quienes son.
Asiento y se vuelve a reír.
—Okey, ahora tapate bien esa marca en el cuello, antes de que un alumno te vean.
Lo miro con una sonrisa y acomodo bien, para que no se note. Miro mi reloj de mano 10:30. Saludo a Johhan diciéndole que nos vemos en la hora del almuerzo, el se va para su salón y yo entro al mio cerrando la puerta.
Miro a los estudiantes, y suelen de ser entre 19 a 21 años.
Acomodó mi maleta en el escritorio. Y suspiró.
—Bien. Buenos días, soy su profesor Joel Pimentel —prosedo a escribir mi nombre en el pizarron— Creo que no hace falta que subrayé las normas. No me parece necesario, pero solo diré que no tolero la llega— justo la puerta es tocada, y abierta por alguien.
Su cabello esta revuelto, y su respiración algo agitada.
—Disculpe, la tardanza e-es que soy nuevo, y-y no sabía— toma un bocado de aire, y cuando logra mirarme a los ojos, puedo apreciar su lindo color verdes, como los del chico de a noche.
Asiento, y el me mira confundido.
—Disculpe, en serió. No sabia donde era el salón.
—Esta bien, puede pasar. Pero sera la última vez, Joven.
El asintió y se dirigió a la última mesa disponible de salón, mi cuerpo reaccionaba a como si de un lado lo hubiese visto.
—Muy bien. Jóvenes, como la estaba diciendo, antes de que llegara el muchacho. No tolero la llegadas tardes, y lo demás, ya lo deben de saber. — saque una carpeta de mi maleta— Comencemos, veo que la mayoría de aquí, quera ser doctores, enfermeros y todo eso.
Ellos me miran, y uno levanta la mano.
—¿Cuales son los tipos de enfermedades que estudiaremos?— pregunta.
—Hay millones de enfermedades, virus, trataremos de estudiar la mayoría. Y en el caso se no podríamos, tenemos tres años mas. Y después de su fin de carreta se tomara un examen completo de los que vieron en todo sus años de aprendizaje, en el cuál narraran bien cada respuesta, tendrán que hacer dibujos de cuerpo humano. Y si no saben dibujar. Aclaró decirles que aprendan.
Todos vuelven a asentir.
—Perdone pero, ¿en que sector de medicina se interpone usted, o esta capacitado? — el chico de ojos verdes habló, y ahora que prestó atención, su voz me resulta familiar.
—Estoy capacitado para distintas áreas, pero solo se que una es mi favorita, y es salvar vidas.
Las chicas del salón me quedan mirando y suelta un "Que ternura", mientras los chicos asienten con una sonrisa. Y el, solo me mira.
El es diferente a los demás. Y me esta encantando mucho.
Después de explicar varias sesiones del cuerpo humano, hacer que dibujen, y coloquen cada vena, cada arteria y cada parte del cuerpo con su nombre. He dejado de tarea, que ponga que es una de ellas, para mañana.
La alarma de salida suena, y todos se van de allí. Miro mi reloj 18:30. Las clases son de varias horas, ya que la directora lo dispuso así.
Camino con mi bolso por el pasillo, y me dirijo hacia el comedor. Le dije a Johhan que lo vería a la hora del almuerzo, pero la directora ya había cambiado de planes.
Hay varios chicos, comiendo ya que tiene el horario nocturno.
Me siento en una de las mesas, y cuando veo a Johhan entrar por la puerta le hago una seña.
Viene hacia mi con su estúpida sonrisa, y se sienta.
—Buenas tardes, Pimentel.
—Ahora a ti ¿que bicho te pico, cuando me dejaste en el salón?.
—El del amor, wey. El del amor— suspira.
Por dios, saquen melo de aquí, a ver si no se me contagia la estupidez.
—Acabe de ver a un chico de ojos verdes, y su pelo estaba alborotado. Era muy lindo. Pero ya salio del establecimiento.
—Oye, oye. ¿Y Yoandri, que harás con el?.
—Diablos, Yoandri, tengo que ir a verlo hoy.
Me saludo con su mano, y se fue corriendo hacia la salida.
Voy hacia las señoras de la cafetería y pido un café para llevar.
—Aqui tienes, Joel.
—Gracias, Greta, adiós — la saludo con un beso en la mejilla y me voy de ahí.
Greta es una señora, ya con su mayoría de edad muy notoria, y aparte es mi consejera, cuando me siento mal suelo recurrir a sus consejos, es como mi segunda mamá.
Enciendo el auto, y manejo por la ciudad.
A veces evito llegar a casa, por que hay algo que siempre detesto.
Estar solo. Y que nadie este ahí para contar como estuvo mi día, y para que el me cuentes como estuvo el suyo.
Apago el motor cuando estoy estacionado en el mismo lugar que ayer.
Solo necesito poder acostarme con el mismo chico ayer. Hay algo en el que me atrae y mucho.
