Capitulo 5.

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Erick°.

A ver Erick, piensa. Piensa que escusa pondrás por tu tarea.

Se la comió el perro. No, esta muy utilizada, y yo ni siquiera tengo perro.

Mi abuela se enfermó y tuve que cuidarla. Ya es común decir eso, aparte mi abuela está muerta ya.

Soy prostituto y tuve que ir a trabajar,  y justo que me esta por ir cayo usted y quiso pagar noche completa. Si, obviamente esa es una pésima verdad, además de que sería sancionando.

—Erick, tu tarea.

Levanto mi cabeza y ahí estaba el parado, quien diría que ya me lo cogí dos veces.

—Erick Colón, tu tarea por favor.

Oh, mi tarea. Mi tarea. Oh mierda.

—Y-yo no la hice.

El profesor se dio la media vuelta sin decir nada, pero a los segundos volvió.

—¿Se puede saber por que no la hizo, Joven Colón?— levantó el tono de voz.

Tenía casi a la mitad del curso mirándome.

A la próxima le muerdo la pene.

—Y-yo trabajo.

—¿Y de que trabaja? —levanto la ceja.

—Eso a ust-ted no le incumbe, pr-profesor.

Fruncio levemente el entrecejo y se fue.

Se paro al frente del pizzaron y empezo a hablar. Sobre la responsabilidad. 

Mierda.

—Y como ya saben, su compañero de allá —me señala —no a echo su tarea. Y quiero aclarar que es el segundo día de clase. Y eso es poco responsable.

Empezó a decir otras cosas mas, que yo no le preste atención absoluta.

Concentrarme en mis pensamientos, y pensar que otra carrera me quedaría mejor.

Electricista. O Asistente de vuelo, si es un gran trabajo.

—Joven, Erick— mi mirada va al frente y la voz del profesor que está al frente mío— su celular ya ha sonado siete veces, ¿Piensa contestar o ponerle en silenció?

Saco mi celular y miro la pantalla.

"Chris" se ve en la pantalla una cuantas veces, así que si no llama de nuevo no es importante.

Lo meto de nuevo en mi bolsillo, y miro al pizzaron.

Habia empezado a hablar sobre enfocarse en una carrera.

La carrera de medicina general, suele durar entre 7 u 8 años, y una carrera para enfocarnos suele durar 3 u 4 años.

Eso concluye a unos ¿12 años de estudio? Que lo terminaría a los 33 años. Me da suficiente tiempo para ahorrar y comprarme una casa digna de un doctor.

Sonrió por mis pensamientos, y por los sueños que voy a cumplir.

Mi hombro es tocado y al darme vuelta, una cabellera rubia se ve junto a una sonrisa.

—Disculpa, no sé si escuchas bien o no. Pero tú celular está sonado.

Le doy una sonrisa, luego de asentir y al verificar es verdad.

Atiendo a con un susurro y un grito de Chris, mi sordera.

—¡Te llevo llamando por un buen rato, Erick! Por la mierda. Saca tu estúpido trasero de dónde estés y ven para aquí.

—Eh, ¿Por qué?

Pregunto confundido.

—Rich, se ha peleado con alguien y tengo que llevarlo al hospita, pero no puedo convencerlo a ir nos los dos.

—¿Con quién se peleó, Chris?

—Con un cliente, Erick. Por la mierda, apúrate tiene sangre por todo su cuerpo.

Cortó la llamada, y lo primero que hago es agarrar mi mochila y salir con mi libro en mano.

Estúpido Richard.

Salgo por la puerta con la mirada de todos en mi y solo me voy sin decir nada.

Suelo esperar el autobús, pero como es una urgencia decido frenar un taxi.

Richard suele pelearse con lo clientes por falta de pago, por propasarse con el personal o simplemente tratarlos mal.

La última vez que lo he visto pelear fue cuando un cliente se sobrepasó con Chris, somos chicos que venden su cuerpo pero cuando es no. Es no.

Suelo ser rápido al bajar y pagarle al chófer para que se vaya, el lugar está cerrado y justo a esta hora suele ya estar abierto para que las personas empiecen a consumir.

Escucho al entrar a la puerta los gritos de Chris que van dirigidos a Yoandri, junto a otros que tiene recorrido hacia los de seguridad y un Richard en el sillón sentando mientras se ríe.

—¿Tu no estabas herido?

Soltó una carcajada y sonrió.

—No, no lo estoy, pero Chris pensó que hoy sería buena idea salir, y estamos organizando todo.

Toco el puente de mi nariz, y hago una mueca, no sirve de nada si me enojo.

La risita de Yoandri se cuela por mis oídos y empieza a hablar.

—¿Puedo invitar a un amigo, Rich? Por fis, di que si.

Richard lo dudo por unos minutos y asiento, si le hubiera dicho que no, de seguro tendríamos a un Yoandri caprichoso en el suelo llorando.

—¿A quien invitaras, Cabrera?

—Oh, a un amigo y por ahí venga su otro amigo.

Richard asiente y se va a un lugar.

—Esta bien, entonces hoy cerrado. Así que chicos vayan a vestirse que iremos por unas bebidas.

El trato que Richard tiene con nosotros es algo raro, pero lindo y eso me gusta mucho.

El suele decir que para que sus clientes estén alegres, tiene que tratar a sus empleados de una buena manera. O algo por el estilo.

Suele cerrar una vez a la semana y sacarnos a comer como si fuéramos sus amigos y eso me agrada de el. Es una persona muy buena y humilde.

Creo que se merece todo lo lindo de este mundo.




[Pueden ir a leer mi nueva historia: “El amigo” de Joerick.]

    

Prostituto || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora