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Todo se vuelve borroso...
Cuando ese aroma lo invade,
Lo derrite.

El recuerdo de aquel momento torpe del peliverde le había llegado a su mente en un momento completamente cotidiano, mientras que, a su vez no le ponía atención a su amigo pelirrojo el cual no paraba de hablar y hablar.

"-¡Vamos Kacchan será divertido, vamos al festival con nuestras madres está noche!

-Esta bien, pero solo si usas una yukata por mi.

-¿Uh?

-¡Que te vistas a la situación, joder! Nerd estúpido."

Un recuerdo llegó tan rápido e inesperado como una bala, no pudo evitar mirar al pelirrojo abriendo sus ojos como platos.

Lo invadía, y las ganas de volver a aquellos días cada vez lo hacía perder más la cabeza.

El pecoso se hallaba mirando al rubio por la misma razón, había tenido un recuerdo, algo le estaba diciendo su subconsciente, ¿Pero qué? ¿No que el rubio le odia?

" -Deku, eres un inutil ¡Te odio!

KACCHAN ESPERA-"

Volteó su mirada rápidamente y fue a otro lugar con la mirada perdida y algo triste, esto fue algo que el rubio pudo notar fácilmente, pues el peliverde siempre sonríe nervioso y va con sus amigos o se queda solo pero nunca triste, algo le ocultaba al rubio y era evidente así como el rubio también ocultaba cosas por razones particulares.

-¿Todo bien Midoriya?- Preguntó Todoroki cuando le vio de esa manera, estaba sentado en su puesto y el peliverde había llegado en ese preciso momento.

-Si, Todoroki-kun no te preocupes.- Dijo esbozando una sonrisa, para volver a su puesto a mirar la ventana.

-Oi, Deku.- Esa voz la reconocía perfectamente, tan masculina y ronca.

-¡No me ignores maldita sea!- Hablo igual de molesto que siempre.

-¡Oh, lo siento Kacchan!- Estaba notablemente nervioso ya que el rubio tenia esa particularidad de revolver su estómago y poner su mundo de cabeza.

-Necesito hablar contigo, nos vemos en el árbol del patio trasero a final de clases. ¿Me oíste?- Fue a su puesto como si nada hubiese pasado, mientras que el peliverde trataba de asimilar toda la situación.

Las minutos pasaban como eternidades mientras que sus piernas temblaban por los nervios ¿Que iba a decirle? ¿Que tal si también había tenido recuerdos de cuando estaban juntos, aunque hubiese sido "juego de niños" como solían decirle?
Su mente se sentía pesada tantas preguntas que no podía dejar de hacerse. Las palabras que decía el profesor se hacían casi inaudibles a los oídos de Midoriya, quien parecía estar perdido en una realidad alterna, sus ojos pasaban discretamente por los rostros de sus compañeros y compañeras hasta llegar al del rubio, delineaba con su mirada cada facción de este; su ceño levemente fruncido al poner atencion, sus labios relajados que de vez en cuando mordía un lápiz que llevaba sosteniendo en la mano de hace un buen rato, su concentración al escribir los apuntes y su cabello rubio cenizo alborotado que se movía ligeramente al igual que las cortinas por la leve ventisca que llegaba desde las ventanas. Parecía estar admirando alguna obra de arte en un museo pero solo era el rubio en clases, que, al darse cuenta de las miradas que lanzaba el pecoso solamente giraba su cabeza y fruncía el ceño, pero cierta parte de el agradecía en secreto que le este prestando atención, todo era extraño.

Así pasaba el tiempo lenta y dolorosamente para estar ya en los ultimos tortuosos minutos de la última clase del dia. El rubio apenas sintió la campananpara irse se fue lo más rápido posible, cosa que no sorprendió mucho a nadie.

Allí lo estaría esperando.

Coincidencia (Bakudeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora