10. Si o Si

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"17 años"

Me encerré en mi cuarto y no salí de allí hasta que Patricia tocó mi puerta para decirme que la abuela había llegado.

Demoré en bajar porque cepillé mi cabello, la abuela siempre me decía que parecía un nido de pájaros.

Abajo todos conversaban alrededor de la chimenea, habíamos dejado las luces de navidad puestas e iluminaban la estancia de modo que se viera mágica.

Ignoré olímpicamente a Joel y me senté al lado de la abuela.

Le di un abrazo enorme y me comí las galletas que me trajo.

A la hora de almuerzo llegó Gemma, venía con una maleta ya que se quedaría todo el fin de semana, Patricia no paraba de sonreír y de abrazarla.

El día transcurrió tranquilo desde que los compañeros de Joel se marcharon.

Por la tarde aparecieron los abuelos de Joel y con eso las visitas estaban completas, sólo faltaba la cena que tenían preparada para la noche y al fin acabaría la tregua.

Las ganas que tenía de gritarle a Joel eran incontrolables.

Fui lo más educado posible con todos, evitando dirigirle la palabra a Joel.

La abuela se dio cuenta y me preguntó el por qué estaba así.

—Porque es un idiota —le contesté.

—No deberían estar enojados, en especial hoy —quise decirle el verdadero motivo de mi enojo a la abuela, pero si se lo revelaba seguro le daba un infarto—. Él se disculpara, tenlo por hecho. No resiste más de dos horas sin escuchar tu voz.

Quise saber que tan cursi sonaba eso, pero era verdad.

Joel siempre se disculpaba antes de que yo lo hiciera.

—Está bien, ahí veré si lo perdono —sin embargo, no lo hizo.

Nos llamaron para cenar y ojos caca no me había hablado, ni siquiera me miró o se acercó.

Como cuando éramos niños y nos ignorábamos el uno al otro.

Pero si él creía que caería en su trampa, estaba equivocado.

Conocía su plan, hacerme sentir tan culpable que yo correría hasta sus brazos para pedirle perdón, lo que él no sabía era que yo no me humillaría.

Mamá había comprado unos vestidos y trajes para la cena.

Era un traje color azul marino, muy horrible para ser sinceros.

La mesa del comedor estaba esplendida, un pastel de chocolate con crema de tres pisos decoraba el centro de ésta, había platos con pollo asado, papas doradas, langosta hervida, pato a la naranja y caldo de crema de verduras.

Cuando entré al comedor mis sospechas se hicieron ciertas, Lily y Holly estaban vestidas de forma espantosa, vestidos con un tul rosado gigante y un moño del mismo color.

—Erick, cariño, te ves precioso —exclamó la abuela cuando me vio.

Los abuelos de Joel me dijeron algo similar, no hice ningún comentario al respecto, odiaba este traje tanto como la conversación que tuvimos Joel y yo en el desayuno.

Cuando estábamos por sentarnos, Joel bajó.

Quedé sin aliento al verlo, vestía un traje negro y un gracioso corbatín en el cuello de la camisa. Parecía tonto mirándolo.

—Parece que el traje te quedó bien, Joel. Erick no deja de mirarte —dijo mi madre.

Reaccioné de inmediato y aparté la vista.

¿Marry Me?» Joerick Donde viven las historias. Descúbrelo ahora