02

119 14 2
                                    

-Claro...

-Claro que no -réplica.

Mi corazón se comprime.

Nunca creí que fuera posible, pero...

-¿Eh? ¿Por qué Toshi?

-No conocemos nada de él, es demasiado pronto -escucho la voz del secretario.

Vacio, distante. Percibo que limita sus movimientos tras el haori que cubre el brazo derecho. Su mirada es inquietante en mi espalda, la situación en general con esa frase lo transforma.

En tanto la soga en mis muñecas es incomoda por mi posición tras cada segundo, mis brazos estirados duelen creando escozor en el interior. Un debate se quiere formar en mi interior.

Ruido-Puede que haya planeado esto para acercarse al Shisengumi -declara el vice-Capitán.

«Espía»resuena la palabra.

Un enemigo, un adversario, una muerte segura.

Enderezó el cuerpo-N-No... Yo no...

-Tienes unos orbes demasiado extraños además... Muy blancos y grandes como ninguno visto -opina el joven de cabellera rojiza-. No es algo que haya escuchado o visto antes.

Nada de esto me gusta. Muñecas atadas, con hambre y cansancio. Cada uno de ellos sostiene su arma o esta cerca de ella y no me quitan la vista encima.

«¿Que debo hacer?»cada uno de ellos es demasiado fuerte y todos juntos es más, imposible.

Escapar grita mi razonamiento.

Mas algo me retiene a insistir. En arriesgarme a intentarlo hasta el final.

Encara-¿Que hacías con ese hombre en ese lugar? -interroga Okita de pronto.

-¿Eh? -lo miro fijamente en confusión.

Estudia a fondo mis expresiones.

No confía. No, mejor dicho tiene dudas.

-Cuando ingrese a la habitación estabas alli con él pero al parecer contra tu voluntad por como actúaste después.

Solo oírlo me entristece marcando mi realidad transtornada. Bajo la vista al suelo, muerdo mi labio ligeramente sin realizar gesto alguno.

Es mi único pensamiento, lo que gira alrededor de mi cabeza.

-Presentate correctamente y explica que hacías allí.

Levanto el rostro obedeciendo de la forma más suave posible a enfrentarlos.
Tengo que analizar mi situación a fondo.

Las sombras de ellos bailan en la pared de papel desplazando la vista a ellos después e identificarlos.

-M-Me llamó Hinata... -tomó aire-. No tengo Clan -las palabras son ácidas-. Ni tampoco familia -tengo un mal sabor de boca.

Nadie dice nada esperando que continue. Hay un hueco en mi estómago y cosquilleo en los labios.

Es una habitación amplia, la puerta está a mis espaldas con hombres custodiandome atrás y adelante.

-Y-Yo no estuve allí por que quise, él...

«Kazama»destella el rostro en mi mente.

-Dijo llamarse Kazama...

La imagen se repite junto sus palabras.

-Replico que me conoce... Y cuando iba decirme por qué me arrastró... -desvío la vista a los dos hombres-. U-Ustedes llegaron -relajo los músculos-. Me salvaron...

Destino Entrelazado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora