Bondoni: El Roba Novios.

No todas las perras usan tacones.

"Una cosa es que sea amable, otra que sea pendejo. -"

Disfruten.

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Okay, antes de que inicie a contarles mi estúpida historia llena de clichés adolescentes y esas mamadas que a todos les gusta debo hacer una especie de descarga de responsabilidades, no es que me importe realmente lo que piensen, pero aja. Me considero una buena persona, es en serio, lo hago, soy un buen hijo, tengo buenas notas, soy un atleta, ayudo a mis amigos, adoro los bebes, los michis y los perritus, todo eso me hace bueno automáticamente ¿OK?

Incluso una vez ayude a una anciana con sus cosas del super; no le cobre, ¡Lo juro! En fin, ese no es el punto, soy una persona con un buen carácter y me esfuerzo por ser mejor cada día, no solo por mí y mi enorme ego, sino por ser un buen elemento para el mundo. Pero ¡Dios mío! De verdad que hay gente que se esfuerza en que sea una mierda de persona y pues no lo puedo evitar.

Soy una perra; pero no solo porque me considere así, es que de verdad lo soy ¿Han escuchado alguna vez ese dicho que dice "Los más calladitos son los más cabrones"? Pues si no, quiero decirles que me calza a la medida. Reservado es mi segundo nombre; nunca he ventilado mi vida privada; digo, todo mundo sabe que soy puto, mi cara grita "me encanta la verga de desayuno" pero soy un sujeto que aprecia la discreción.

A mi familia no parece molestarle y tampoco me importa mucho su opinión; los aprecio, no me mal interpreten, pero es mi vida al final del día, no soy de tirarme al drama por no tener la aceptación ajena, pero nuevamente estoy divagando. Les cuento esto porque estoy en un problema, uno en el que yo solito me metí por ser un hijo de puta, con perdón de mi santa madre.

Como ya les mencioné; me considero una buena persona, pero si hay algo que no soporto, es a la gente pretenciosa, pedante, déspota y grosera. Una parte de mi las aborrece con todas sus fuerzas, creo que es la parte que no soporta que otros traten de creerse más que los demás, ¿en serio? Que perra necesidad de ir por el mundo diciendo "mírenme, soy mejor que el resto" ¡Cállate wey! A nadie pinches le importa, todos somos seres humanos.

El punto es que ese tipo de persona es Seidy; esa sucia puta con nombre de mascota, juro que traté de ignorarla, lo hice, mucho tiempo, pero es neta cuando digo que la gente se esfuerza por sacar mi peor lado. Si no se hubiera metido en mi camino todos estaríamos felices cogiendo, bailando o bebiendo, ¿yo que se? Lo que es seguro es que no me hubiera cogido a su wey, ni el se hubiera enculado, ni yo de él, cosas sin importancia diría el destino.

Bueno, antes de que siga tirando mierda, aquí les va mi historia; es algo larga, pero tengo que contarles o voy a estallar, espero que no me odien, pero que tampoco me admiren, esto no se hace chicos, pero si lo hacen, plis, no se enamoren del novio de la perra que intentas arruinar y en serio, si ven que el se encula de ustedes, ¡Corran! ¡Corran como una perra con diarrea!

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Todo comenzó un viernes, ¿O era jueves? Meeh, no recuerdo, pero eso no es relevante, ese día tenía práctica de gimnasia, porque sí, soy un deportista, no vengo aquí solamente a poner mi cara bonita ¿OK? Tengo 17 años, mido 1.75, peso 70 kilogramos y tengo un culo de poca madre, sin mencionar el cuerpo de infarto con cinturita incluida, voy en la preparatoria, estoy en el equipo representativo de la universidad y sí, soy algo nerd.

En el norte de México las universidades suelen incorporar a las preparatorias a su sistema, creo que eso pasa en todo el país, pero no sé, el punto es que así van acaparando talentos en diversas áreas y yo estoy en una de esas, en la preparatoria 16 para ser exactos. Una especializada en deportes, la mayoría del alumnado práctica alguno, por lo cual es obvio que gran parte está en buena forma.