Bondoni: El Roba Novios.

No todas las perras están cuerdas.

"Siempre deseamos lo que no podemos obtener, o eso dijo una fea. -"

Disfruten.

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¿Como están? Espero que bien, si no están bien pues ni pedo, la vida sigue weyes, seguramente es por su culpa, pero no lo aceptan, si están enfermitos pues "buu zorra" que se mejoren y así, yo vengo a contarles mi historia, así que pónganse cómodos. ¿¡Ya!? Ok ahí va.

¿Recuerdan que la vez pasada les conté de cómo había jugado Beerpong, arrastrado de manera sospechosa por Diego, vencido casi de manera perfecta y posteriormente siendo llevado por Emilio a un lugar poco iluminado? ¿Pues qué creen? Nada de eso paso; bueno, si paso, pero en mi pervertida y sucia mente de adolescente, aquí les va lo que realmente pasó.

Sí salí de la piscina por más chupe; en ese momento mi mente algo afectada por el alcohol comenzó a divagar en como Diego y Emilio me tendía una elaborada trampa para llevarme a la cama, primero Osorio me seduciría y después sería llevado a una habitación donde me tomaría de manera salvaje.

Para después ser sometido nuevamente, pero está vez por Diego; en eso pensaba estúpidamente mientras me preparaba un Ron, cuando llegó Valdés, juro que me dio mucha vergüenza, es decir, no solamente estaba fantaseando con él en mi cabeza, imaginando como me metía los dedos y la lengua por todos mis orificios, sino que además se había formado una erección bastante notoria en mi diminuto traje de baño.

- ¿Qué onda Joaco? ¿Te sientes bien? Estas algo rojito; ven, siéntate aquí. - Diego era un maldito caballero; eran tan bueno, me guio de la mano entre las personas de la fiesta y me sentó en una sala en que daba justo al patio de su casa, desde ahí se podía ver todo muy bien y por supuesto estaba mucho más fresco, lo cual me ayudó a despejar la mente.

-Te traeré algo de agua; el sol está muy fuerte, con la bebida olvidamos hidratarnos de manera adecuada, dame un minuto y te traigo eso. - Diego se fue dejándome solo; la verdad con el cambio de zona a una más fresca y sin el sol dándome de lleno, pude notar que de verdad estaba algo ebrio, así que me recosté, cerrando mis ojos y disfrutando del aire acondicionado de la sala.

Debí quedarme dormido unos 20 segundos o algo así; por que dejé de escuchar todo el alboroto de la música, la mezcla de las voces y todos esos sonidos de fondo pertenecientes a una fiesta. Respingue algo asustado cuando unos dedos fríos me acariciaron levemente, era Emilio, que me veía algo serio con un vaso de agua entre sus manos.

-Perdón; no quería asustarte, tengo como 5 minutos aquí parado sin saber que hacer, pero como vi que te removías entre sueños quería ver tu temperatura. Diego tuvo que salir a la fiesta porque lo llamaron; pero me envió a mí, toma, es tu vaso de agua, la conseguí lo más fresca que pude. - Emilio me paso el vaso con agua y se sentó a mi lado; pegó el extremo de su pierna a la mía, haciendo que una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo.

-Muchas gracias: discúlpame, creo que se me subio un poco el pisto, puedes irte y dejarme aquí solo, no tienes por qué acompañarme. - Dije yo bien digno; tratándome de hacer el verguita, la verdad es que Emilio y su cuerpo me intimidaban, solo usaba un Short, pero era lo suficientemente ajustado como para delinear perfectamente su entrepierna.

- ¡No! Diego me dijo que te cuidara hasta que te sintieras mejor, además se me haría algo irresponsable, te puedes desmayar o algo, es mejor si estoy aquí para ayudarte. - ¡Weeeeeee! ¿Porque tenía que ser tan perfecto? Era tan jodidamente bueno como Diego, ósea, ni siquiera me conocía, bien me pudo haber dejado ahí e irse cómodamente con sus amigos los mamados.

Pero no, decidió quedarse conmigo y sonreírme de manera amigable; mientras se sentaba a mi lado, rozando su mano derecha por mi rodilla desnuda. - Pues... muchas gracias, de verdad, no tienes por qué hacerlo, pero te lo agradezco, por cierto ¿Puedo preguntarte algo? - Dije con algo de culo, ¿Ya saben? Él podría ofenderse e irse por mi actitud entrometida.