No todas las perras somos precavidas.

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"¿Quiero ver aquello que está tras tu espejo? -"

Disfruten.

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¡Hola Culeros! Los saluda el Joaco "papito rico" Bondoni, ¿cómo están? ¿qué onda? ¿que cuentan? Oigan; neta perdón por ausentarme tanto tiempo, pero uno no puede estar echando chisme siempre ¿veda? Pues bueno; les comento que todo ha estado relativamente en calma, digo, sí, tengo problemas, Emilio está cada vez más raro conmigo, mis amigos están resentidos y pues la loca con nombre de perro no me deja en paz, pero ajá.

Pero bueno; ustedes llegaron aquí por morbo el del chisme, ya se cómo son puercas, así que no se las haré más de emoción y retomaré la historia donde la deje, solo dejen que me acuerde porque con tanta cagada que tengo en la cabeza a veces no se ni en que día vivo, pero a vers...

¡Ah! ¡Ya! Nos quedamos en la cita que tenía con Emilio, pues entonces vamos allá, esto se pone cada vez más bueno y sé que saciara su hambre de chisme...

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Debí haber esperado por alrededor de 20 o 15 minutos a que llegar; la verdad si estaba muy nervioso, como ya había dicho antes, me vestí, perfume y alisté para verlo, quería darle una buena impresión, si me preguntan porque, la verdad es que ni yo lo sabía en ese momento. Ahora me queda claro que yo realmente me sentía muy atraído por él fuera del plano físico, es decir, era encantador y muy masculino.

Justo estaba pensando en cómo se vería el día de hoy; en que se habría puesto para salir, tal vez solo se había puesto un short y una playera sencilla, porque pues, no era una cita realmente, pero como yo estoy loco y además me gusta verme bien, pues yo si me produje bien chingon. Estaba de hecho pensando en cambiarme y ponerme algo menos vistoso, cuando me llego un mensaje de Emilio avisando que ya estaba fuera de mi casa.

No saben lo nervioso que me puse; osea, había salido con chicos, muchos de ellos en plan de amigos, con otros en plan de solo sexo y así, pero este men tiene algo que me pone tan caliente, en fin. Salí según yo bien digno; no sin antes revisar que todo estuviese perfecto en mi outfit, verifiqué mi aliento, si aun olía a loción y por supuesto, si mi pelo estaba perfecto.

Cuando constaté que todo estaba en orden salí a paso lento hacía la puerta; mi casa es muy grande, unos 3 mil metros cuadrados, rodeada completamente por una barda, de la cual colgaban enredaderas, el portón que da el exterior es de hierro forjado, por lo cual no se ve hacía la calle. Cosa que por supuesto me impedía ver que era lo que me esperaba; cual fue mi sorpresa que, al abrirla, Emilio estaba recargado sobre la puerta del conductor, viéndome directamente.

Estoy consciente de que esto sonará como un cliché; pero su auto iba perfectamente con el tipo de persona que era Emilio, pues un hermoso y sobrio Mustang color negro, hacía juego con su musculosa figura. Contrario a lo que yo pensaba; él se había esforzado en su vestimenta, vestían unos pantalones de mezclilla deslavados y ajustados a sus gruesas piernas.

Con una simple y ajustada playera blanca; ni más, ni menos y debo decir que me volvió loco ese aspecto, pues además tenía su cabello alborotado de aspecto suave, pero lo que más me fascino, fue su efusividad. - ¡Hola pequeño! - Me dijo; mientras me jalaba contra su musculoso cuerpo, hasta ese momento me di cuenta de lo grande que era, pues en la escuela vestía un poco más holgado, pero era enorme, brazos, piernas, torso, estatura, todo.

- ¡Hey! ¿No tuviste problemas en dar con mi casa? - Pregunte para disimular mi emoción; pues de verdad, sentirlo tan cerca de mí, me hacía sentir extremadamente nervioso y tenso. - Nop; para nada, de hecho, me sorprendió que viviéramos tan cerca, cuando me mandaste la ubicación, me tome el tiempo de arreglarme mejor, así que, ¿quieres venir? - Dijo mientras me miraba directamente a los ojos.

Bondoni: El Roba Novios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora