Carta a la señorita Candice White Ardlay.

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CCFS
Carta N. 2


"Querida señorita Candice White Ardlay, leí con gratitud su carta.
Fue muy lamentable para mí también, que tuve que irme de inmediato, después de haberle hecho una confesión tan importante.
Una vez más, acepte mi sincera disculpa, por mi repentina confesión, sé que le sorprendió.

¡Estoy Bromeando, Candy! ¡Si realmente te escribiera de esta manera, seguramente te enojarías! ¿Puedes escribir para mí, como tú siempre lo has hecho? con tu alegría habitual.
Es normal que estés enojada.
De hecho, continué ocultándote mi identidad como el tío abuelo William, mi verdadero nombre: William A. Ardlay. No quiero justificarme, pero quiero que sepas que también me preguntaba si estaba haciendo lo correcto.
Todo lo que quería era solo velar por ti en secreto. En cambio, ¿quién hubiera imaginado que cuidarías de este "Albert" de esa manera? (Parece la historia de una novela barata) Por esa razón, asumo sin protestar el hecho de que formalmente me llames como "tío abuelo", O que a veces me trates como si fuera un anciano, sabía que te volvería a sorprender, pero tenía una última verdad para confesarte. Sin embargo, quería encontrar el momento adecuado y, si era posible, quería decírtelo en la misma temporada en la que nos encontramos por primera vez, en la Colina de Pony. De esa manera, tal vez pueda volver a ser mi yo anterior, el chico que era en ese momento.

Querida Candy, te diste cuenta de inmediatamente. Fue suficiente para mí ver tu cara cubierta en lágrimas y saber que todo quedó claro para ti.
Mi intención era quedarme contigo para explicar todo correctamente, pero fuimos interrumpidos. George siempre se interpone en mi camino en el momento más importante.
Pero no desaparecí; incluso me seguiste todo el camino hasta el coche para despedirme, ¿recuerdas? En este momento, debo dar prioridad al trabajo, algo que nunca me ha preocupado hasta ahora.
Me gustaría visitarte de inmediato, pero por un tiempo no podré alejarme de mis compromisos.
Candy, espero tu carta. Y esta vez quiero que seas tú misma como siempre.
Cuídate bien. Por favor, saludos a la señorita Pony, a la Hermana Lane y a los niños.

William Albert Ardlay.

Candy Candy historia final, Epílogo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora