estabas semi sentada junto a tu novio viendo una película de terror, te abrazaba para que "no tuvieras miedo" cuando era él quien en realidad tenía miedo.
una vez había terminado la película la cerraste para poner una más.
—wow, me gustó.
—mejor dicho, te asustó—. sonreiste mirándolo y una cara de confusión salió de él.
—claro que no, esa fuiste tú.
—sí claro, por eso te estaba abrazando siempre—. te inclinaste porque debido a la distancia desde tu cama al televisor no ejecutaba bien las instrucciones el mando.
—cállate—. te abrazo por detrás de la espalda y te jalo para dejaste entre sus piernas.
dejó su cabeza reposar en tu hombro izquierdo y abrazaba por completo tu cuerpo dejando caer sus manos por tus caderas.
buscabas tu película favorita de amor cuando sentiste un pequeño beso en la piel desnuda de tu hombro donde antes reposaba yunho su cabeza.
—tus labios están fríos—. sonreiste por su tacto, tu novio siempre era así, cariñoso.
—perdón.
volvió a dejar su cabeza en tu hombro y diste play a la película.
—oh, otra vez clueless—. yunho no se molestaba por ver tu película favorita por décima vez porque sabía lo mucho que te gustaba.
—sí, otra vez—. dejaste el control en la cama lejos de ustedes y recargaste tu cuerpo en el pecho de tu novio mientras entrelazabas tu mano con la de él bajo las cobijas.
la película iba avanzando al ritmo que tenía y tú la mirabas encantada, después de tantos años nunca te iba a fastidiar, fue entonces cuando cher comenzó su debate que sentiste un beso en tu cabeza seguido de otro en tu hombro y un fuerte abrazo de parte de yunho.
—¿pasa algo?
creías sentir incómodo a tu novio.
—no jagi.
⚜
la película había acabado y los créditos se hicieron presentes en la pantalla.
—me sorprende que después de años sigas amando tanto esa película—. yunho volteó tu cuerpo para sentarte a arcadas sobre él.
—a mí igual—. cruzaste tus brazos sobre los hombros de tu novio comenzando a acariciar su nuca.
—creo que me he aprendido los diálogos de la película después de la... ¿qué? séptima vez que la vimos—. abrazo tu cintura dejando ambas manos en tu espalda.
—yo me los aprendí después de la tercera vez que la vi—. le sonreiste y le diste un beso.
sus manos acariciaba tu espalda delicadamente. aquella escena podía malinterpretarse pero para ustedes no, porque era muy común estar tan cerca el uno del otro simplemente dándose amor en la intimidad de tu casa.
tú siempre en su regazo en la sala, en tu cuarto al ver una película, cuando estás componiendo o incluso a la hora de sentarse a comer, porque para ti y para tu novio disfrutarse el uno del otro era tan normal para ustedes que había veces en que por su mente no pasaba nada más que amarse todo el tiempo que pudiesen hacerlo a solas.
claro, entre otro tanto de formas en las que se amaban a solas.
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