● CAPÍTULO 16.

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-Bien, entonces están los mamíferos, que son los que...
-Nacen del vientre de una madre. -Me interrumpió Clarisse.
-Exacto.

Teníamos que repasar una hora cada día, como lo había mencionado Rose, y hoy era nuestra primer sesión. Clarisse era una niña muy inteligente y atenta.

-Creo que esto es una pérdida de tiempo, señorita Dawson. -Luego cubrió su boca con sus manos y abrió grande sus ojos.- Por favor, no se lo mencione a mamá.
-Yo estoy de acuerdo contigo. -Le sonreí.- Eres muy inteligente, no creo que necesites este reforzamiento.
-Entonces no lo hagamos. -Me miró maliciosa.- De todas formas, mamá no se enterará. -Me reí.
-Realmente espero que no se entere. -Ella levantó su dedo meñique.
-Prometamos que ni tú ni yo le diremos de esto a mamá. -Yo asentí y levanté mi dedo meñique también.- Bien, está hecho.
-De acuerdo. -Cerré el cuaderno que la niña usaba el año anterior y la miré a ver que hacía.- ¿Qué quieres hacer ahora?
-No lo sé, puedes ir con tu novio si quieres. Yo iré a jugar con unas muñecas que había en el cuarto en el que estaba recién.
-¿Qué novio?
-El señor Bieber. Los vi besándose hace un rato. -Me ruboricé.- No te preocupes, señorita Dawson. -Asentí sonriendo.
-Está bien, ve a jugar.

Caminé hacia las escaleras y subí al segundo piso. Iba a ir a mi cuarto, pero cambié de rumbo. Justin hace días no iba a la empresa, y se la pasaba aquí todo el día. Entré a su habitación y él estaba tumbado en su cama y utilizaba su laptop. Levantó la mirada y me miró.

-¿Pasó algo?
-No, venía a verte.
-Estoy trabajando. -Oh, asentí y me di la vuelta para salir.- No dije que te fueras.
-Pero estás trabajando.
-Sí, pero puede esperar. -Vi que dejó su laptop en su mesa de luz y golpeó el lado de su cama.- Ven. -Me acerqué a él y me senté a su lado. Él me abrazó y besó mi mejilla.
-Que estás tierno.
-Yo soy así. -Lo miré con una ceja levantada.- En serio. -Me sonrió.- Lo que pasa es que no tengo con quien ser así todo el tiempo.
-¿Y crees que yo soy ese alguien?
-No sé. -Levantó y bajó sus hombros.- ¿Viste lo que te compré?
-Oh. -Me ruboricé.

Flashback

 

Entré a mi habitación y vi una caja encima de mi cama, me acerqué y la abrí. Me ruboricé en el momento, lo tomé en mis manos y lo observé. Un sexy babydoll rosado y transparente, oh, ahora entendía sus palabras cuando le pregunté si volveríamos a salir. Sonreí y lo guardé, claro que lo usaría esta noche.

 

Fin Flashback

 

-Sí. -Le respondí. El celular de Justin sonó.
-Bieber... Sí, Susana lo tiene todo... Bien, envíame un informe... Adiós. -Colgó y me besó los labios.
-¿Por qué no has ido a la empresa?
-No necesito ir.
-¿Y tus reuniones?
-Pueden esperar, me tome unos días de descanso. -Asentí.
-Oye... Tú dijiste que me dirías toda la verdad de Victoria.
-Eh... Sí. Pero no dije cuando.
-¿Qué hay de malo?
-No quiero que te alejes.
-¿Tan malo puede ser? ¿Tenía sida y te lo contagió? -Me puse nerviosa y comencé a lanzar preguntas.- Y tienes miedo que si yo lo sé no me acueste más contigo, ¿Cierto? O, ¿Estuviste realmente enamorado y me usas para olvidarte de ella? -Lo peor empezó a venir a mi mente.- ¿Qué es?
-No, no, ____. -Se rió entre dientes.- No tengo sida, y no estuve ni estoy enamorado de ella.
-¿Entonces? -Él suspiró frustrado.
-Es que... Sería incluso extraño para mí.
-¿Por qué? -Él trataba de encontrar las palabras.
-Es... Vas a pensar que soy el peor hombre del mundo. -¿Por qué? ¿Tan malo era?
-¿El peor?
-____... 
-Bien, bien. Dímelo cuando estés listo. 
-Sí. -Me besó de nuevo y se posó sobre mí, gemí al sentir como él movía sus caderas hacia mí como si estuviera embistiéndome, pero de forma lenta.- Puede que no espere hasta la noche. -Susurró en mi oído.
-Pero quiero usar mi babydoll. -Le sonreí coqueta y él rió entre dientes. Me besó y mordió mi labio inferior.
-Oh, sí que lo usarás.

Sentimos el golpe leve de la puerta y Justin bufó, me mordió la oreja y se puso de pie, yo me levanté y él abrió la puerta.

-¿Sí? -Dijo de mala gana.
-Eh, ¿La señorita ____ está aquí? -Escuché la voz de Clarisse, me acerqué a ellos.
-¿Qué pasa, Clarisse?
-Es hora de mi medicina, pero no sé donde la guardaste. -Cierto, la pastilla contra el resfrío.
-Vamos. -Salimos y bajamos hasta la cocina, le indiqué donde estaban.- Aquí las guardo ¿Vale?
-Sí. Siento interrumpirle, señorita ____.
-No, no te preocupes. -Le sonreí y ella asintió.- Son las siete. ¿Quieres comer algo?
-Sí. ¿Puedo comer huevo? Mamá dice que eso hace mal a mi digestión, pero muchas amigas comen huevo a esta hora. -Yo dudé en contradecir a Rose, pero al ver sus ansias por comer aquello, asentí.
-Si tu mamá pregunta, dile que te di...
-Un té con una mitad de pan con mantequilla. -Terminó por mí.- Siempre es lo mismo. -Asentí.

Cuando fueron las diez de la noche, Rose pasó en busca de Clarisse y se la llevó, mañana la traería ella en la mañana. Yo me dirigí a mi cuarto, ya habíamos comido y cada uno estaba en lo suyo. Camille estaba conmigo, ambas nos sentamos en mi cama y suspiré.

-¿Pasa algo? -Me preguntó, vi en sus ojos preocupación.
-Me estoy enamorando más.
-¿En serio?
-Sí. Él ahora es tan... Tierno, distinto. ¿Entiendes?
-Sí.
-Ya no es solo sexo, o sea, sí, pero... Hay más que antes. ¿Crees que se enamore de mí?
-No lo sé, ____. Solo ten cuidado, ¿Sí? No quiero que te haga sufrir.
-Sí.
-Hoy me llamó Thomas. -Abrí grande mis ojos.
-¿En serio? ¿Qué cuenta?
-Dice que tendrá un intercambio en la universidad, irá a Washington. -Asentí sonriente.
-Me alegro mucho. ¿Cuándo se va?
-Pasado mañana.
-Iremos a verlo mañana, extraño hablar con él.
-Eso mismo te iba a decir yo. -Se rió, Camille y Thomas fueron novios durante dos años, cuando eran adolescentes. Pero cuando Camille entró a trabajar con Justin, no podían verse más que un día a la semana, o cada dos semanas y decidieron terminar.- ¿A la noche, cierto? Por Clarisse.
-Sí, iremos a un bar. Tenemos que celebrar su última noche en California. -Camille gritó asintiendo y ambas reímos.
-Le avisaré.
-No estaría nada mal que tuvieran su última noche loca.
-Oh. -Se ruborizó.- Hay algo que tengo que contarte.
-¿Qué? -Estaba curiosa.
-Hace un fin de semanas, nos estamos viendo durante el domingo. No como novios, pero... Si hemos filtreado. -Di un grito agudo.
-¡Y no me lo contaste!
-Lo siento, lo siento. Es que estabas tan metida en lo de Justin y yo no quería contárselo a nadie realmente. Era nuestro secreto, nadie más sabía.
-Oh. -Me reí.- Entonces perdonada.
-Puedes decirle a Justin que vaya con nosotras, así estaríamos a iguales.
-Le diré esta noche.
-A propósito, ¿Y esa caja? -Me ruboricé.- Oh, comprendo, comprendo. -Se rió.- Te dejo, creo que deberías estar en su cuarto o él aquí, en vez de estar interrumpiendo.
-No te preocupes. -Ella se rió y me dio un beso en la mejilla.
-¡Buenas noches!
-Buenas noches. -Me reí y ella salió de la habitación, justo en ese momento Justin venía por el pasillo hasta mi dormitorio, y cuando vio a Camille se detuvo, nos sonrió y siguió su camino.
-Ya veo porque tardabas. -Me besó la mejilla.
-Hasta mañana, señor Bieber.
-Hasta mañana, Camille.

EN SU CAMA (justin Bieber y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora