Gracias a ti; Lutteo

𝑃𝑎𝑟𝑡𝑒 𝐼

La mansión Benson que un día renació de las cenizas, terminó sumiéndose en ellas más de diez años después, y ambas veces siendo culpable la misma persona: Sharon Benson.

Luna y Ámbar ingresaron a la mansión sin saber que una de ellas no saldría en las mejores condiciones, pero no les importó ningún riesgo que pudieran correr, Maggie creía que su abuelo se encontraba allí, y eso fue lo único que necesitaron para entrar.

Llegaron al segundo piso topándose con un humo más espeso, cada vez más asfixiante.

Mientras ellas mantenían su plan de rescate de Alfredo, llegó a la casa un chico, Matteo, que había empezado a correr cuadras antes por la nube gris a causa del incendio.

No entendía, ninguno de los que se encontraba afuera lo hacía, Miguel y Mónica con el corazón en la boca; Maggie llorando desconsoladamente por Rey y las chicas; en cuanto a Alfredo, tuvieron que pedir primeros auxilios por parte de los bomberos para evitar un problema mayor en su salud.

A penas vio a los padres de Luna preguntó, con el mayor miedo que había sentido en su vida, acerca de la ubicación de su chica delivery.

—Matteo—Mónica agarró sus manos fuertemente asustándole mucho más—, Luna está allí.

Iba a continuar, pero sus lágrimas se lo impidieron, al igual que tampoco tuvo oportunidad, él ya estaba entrando a la casa por la parte trasera, buscando dar con su novia antes de que los bomberos perdieran más tiempo.

Subió al segundo piso, donde se encontró solo con el cuerpo de Ámbar en el suelo, abrazándose a sí misma, intentando aprovechar el poco oxígeno que estaba logrando procesar.

—Dios, Ámbar.

Con el mayor dolor del mundo, bajó a la chica en sus brazos, encontrándose con la grata sorpresa de un bombero, quien le ayudó a continuar con su labor de salvar a su amiga.

En el momento en que su peso no continuó en sus brazos, sacó un poco la cabeza por una ventanilla, respirando la mayor cantidad de aire posible, para así subir y adentrarse a su verdadera pesadilla.