𝑃𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑉𝐼𝐼

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Días atrás, Luna finalmente había dejado la habitación del hospital para regresar a la mansión, que, a pesar del incendio, no tenía ningún daño mayor, la zona que estaba completamente restringida era la habitación de Sharon, que quedó en cenizas, pero, aun así, logró conservar no en su mejor condición, la caja que se intentó resguardar tanto.

La primera cosa que vio fue la caja un tanto negra por culpa del fuego, sin importarle eso, pidió espacio a sus padres para examinar su contenido, ya que todos creyeron que era lo más prudente ya que su contenido era probablemente relacionado con la chica.

Se fijó en cada uno de los detalles de esta, sus bordes tallados, las cerraduras, hasta que se sintió lo suficientemente capaz como para abrirla. Sus ojos fueron directo a la cámara que la caja guardaba en su interior.

Por fortuna, la cámara tenía unos cables junto a ella, los cuales permitieron a Luna poder revisar su contenido, según pensó ella, Sharon pudo ser quién depositó los cables allí, puesto que estaba tan aferrada a su pasado que ver los videos una que otra vez cada cierto tiempo llegó a complicársele más dados los avances de la tecnología.

Molesta por haber divagado tanto, regresó su atención a lo realmente importante.

Buscó su computadora por toda la habitación hasta que finalmente dio con ella, escondida en lo más profundo de su cajonero.

La encendió impaciente, esperó a que cargara y conectó la cámara que tenía la suficiente carga como para poder visualizar lo que tanto anhelaba. Dio play al primer video que encontró y se acurrucó en su cama para poder verlo en comodidad.

En la pantalla salió la imagen de unos cuantos peluches en un mueble blanco, delicado y sutil, que iba acompañado también de fotos, pero la que más llamó la atención de Luna fue la de sus padres en el día de su boda, recordaba haberla visto por algún lugar de la casa, lo cual tocó cada fibra de su corazón.

La toma se movió de un lado para otro hasta entrar a una zona oscura de la habitación, en una cuna, a lo lejos, empezó a llorar una bebé, la pequeña Luna, o en aquel entonces, Sol. Entró una mujer a la habitación, su voz empezó a tornarse más dulce de lo que le había escuchado en su estadía Luna, Sharon estaba feliz de ver a la bebé, iba a mimar a su sobrina, pero Bernie le interrumpió.

—Vi cómo la mirabas—se le acercó a pesar de lo dubitativo que se veía—. ¿Por qué no sos así con ella delante de los demás? Sé que es muy difícil para vos, pero Sol es un nuevo comienzo, para todos. Una nueva vida siempre es una oportunidad para cambiar, para volver a empezar, y sé que vos podés.

Bernie toma la mano de Sharon esperando una respuesta comprensiva, pero recibe todo lo contrario. —De hecho, vi con la ternura que mirabas a tu sobrina. ¿Podemos olvidar los rencores y armar una familia unida y feliz?

—No—respondió con dureza—, ya es tarde para mí. Lily me quitó todo, como siempre. Yo te conocí primero, si ella no hubiera aparecido...

Él corta el curso de sus palabras, no le gustaba para nada hacia dónde Sharon estaba llevando el tema. —Hubiera sido lo mismo. Sharon, yo te quiero mucho, pero como una amiga.

—Es mentira. —todo en su interior se empezó a revolver, Luna nunca pensó que esa fuera la razón por la cual Sharon le odiaba tanto.

El grito de su tía en el video provocó el llanto de Sol. —Lo decís para que no la odie, pero no lo vas a conseguir nunca. —con los tacones resonando en toda la habitación, emprende su huida sin importarle el llamado de Bernie.

—Sharon, entendeme. ¡Sharon!

—No. —eso fue lo último que Luna pudo escuchar, le era suficiente con haberse enterado de todo de tal manera.

Las actitudes de Sharon, su despiadada venganza, todo por culpa de un amor no correspondido. Cerró con fuerza el portátil, como si eso de alguna manera le ayudara a ocultar lo antes visto, aunque sabía que no sacaría esas imágenes de su cabeza en un largo tiempo.

Lágrimas corrieron por sus mejillas. Ese amor no correspondido no justificaba en nada hasta el punto al que había llegado Sharon, de no ser por ella las cosas serían diferentes. Le agredece hasta cierto punto, porque todo lo que le estaba sucediendo, todas las oportunidades no se habrían dado de igual manera. Pero el fin no justifica los medios.

Sentía que necesitaba algo, o más bien a alguien.

A veces le pesaba el hecho de que pensara primero en Matteo como su fuente de apoyo, pero recordaba la conversación que tuvo con sus padres unos días antes de todo el incidente.

>>No te preocupes por nosotros Luna, ya te acompañamos hasta donde debíamos.dijo Mónica intentando sonar lo más convincente que podía. En su corazón sabía que no era fácil, todo había pasado muy rápido, en menos de nada estaría cumpliendo dieciocho años, cosa que no sucede todos los días.

Hija aún, así, jamás dejaremos de ser tus padres, claramente por cumplir dieciocho no te irás de la casa, porque está casa está a tu nombreun chiste un poco extraño pero cierto, lo cual les hizo reír a los tres. Pero probablemente llegará el día en que nosotros regresemos a México, y sabes que allá te esperaremos.

No soy legal todavía pero ya me quieren dejar sola, solín, solita, ¿no?dijo dramáticamente para luego abrazarlos.

Mira, Luna, sé que a tu edad estás teniendo muchas cosas encima, y que no nos dirás todo a nosotros porque puede que tampoco lo hayamos hecho cuando tuvimos tu edad, pero solo te pido, que si sientes que es Matteo con quien vas a estar feliz, no dejes que se vaya de tu vida tan fácilMónica sostuvo las manos de su niña entre las de ella, una lágrima cayó por su mejilla, pero Luna la limpió rápidamente. No los estoy comprometiendo a nada, son demasiado jóvenes como para hacerlo, pero veo como se miran.

Tampoco significa que voy a dejarlo tranquilo fácilmente, eh, Luna. Dile que tu papá siempre va a protegerte a toda costa.dudaba de sus palabras, pero confiaba en Matteo Balsano para entregarle a su hija, o bueno, llegó a hacerlo unos años más tarde.

Muchísimas gracias, en serio, no saben cuánto los amo. Son los mejores papás del mundo mundial. <<

La vida le estaba regalando muchas cosas, y esperaba no dejarlas perder.

Gracias a ti; LutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora