˗ˏˋUn maullido es un masaje al corazónˊˎ˗| KiriBaku

『 C I N C O 』

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—¿Sabes, pelos de mierda? Ya no puedo decirte de esa forma, si te vas a quedar necesitas un puto nombre, porque está jodidamente largo decirte «Pelos de mierda» y al parecer, no te gusta que te diga «Pulgoso».

     Habían pasado quizás ya dos o tres semanas desde que el felino vivía consigo, por más que trató de sacarlo no lo lograba: ¿Balcón? Lograba recorrer la puerta de nuevo o entraba por las ventanas cercanas, las cuales no tenían algún seguro. ¿Puerta principal? Solía maullar a todo dar y varios vecinos se habían quejado de eso anteriormente, por lo que dejarlo afuera no era buena opción. ¿Ventanas? Solía volver a entrar a través del balcón.

     Simplemente se terminó rindiendo y dejó al pulgoso vivir en el departamento, aún si este dejaba bolas de pelo por todo el lugar o si soltaba mucho pelo cómo si se estuviese quedando calvo. Pero ahora tenía un problema: ¿Cómo llamaría a aquella bola de pelos andante?

—Pon atención, pulgoso, diré varios nombres y lamerás tus bigotes por el nombre que te guste.— Decidió, pero no sabía si el gato le haría caso.— Bien.. Te llamarás Pulgoso.— El gato arrugó su nariz.— ¿No te gusta? Vete a la mierda entonces

»¿Qué te parece "Michi"?— Vio cómo el gato volvió a arrugar su nariz.—Muy femenino, ¿No? Lo sé, lo mismo pensé... Iremos por algo tradicional, el oído de los gatos es muy agudo, ¿No? ¿Qué te parece "Ei"?— El gato le puso atención.— Al parecer te gustó, pero es muy corto... Eiki.. No, espera, ¿Qué dices sobre "Eiji"? Te ves joven.

     El pequeño felino removió sus orejas, parecía convencerle, pero aún permanecía inconforme; Bakugou era sumamente malo para los nombres, pero bueno para los apodos, por algo nombró "Deku" a Izuku. Continuó pensando en más kanjis, pero ninguno le parecía bueno.

—Eiji..rou, ¡Eijirou! ¿Qué te parece ese?— El minino relamió sus bigotes con ánimo, le había gustado.— Vaya, quién diría que lo "masculino" fuese contigo, si eres bien llorón.

     El gato le ignoró y Katsuki ignoró después al pulgos... No, a Eijirou. Ese nombre sonaba demasiado bien, se había mamado con ese nombre y el ego se le subió por haber inventado un nombre super genial.

—Cómo sea, Eijirou, es hora de organizar mis documentos, así que no molestes durante un rato.— Pidió el humano, levantándose y alejándose a paso lento del animal. Ahora que su pequeño amigo poseía un nombre, sería más fácil regañarlo.

     Pasó los minutos en su oficina, pero la presencia del gato pelirrojo lo distraía; constantemente se mostraba interesado en lo que hacía, pero cuándo trataba de mostrarle algo que creía que le gustaría, éste se alejaba, cómo si lo rechazara.

—¿Qué demonios te pasa?— Preguntó algo molesto el pálido.— Trato de darte algo con lo que entretenerte y me ignoras, pero estoy ocupado y a huevo quieres mi puta atención, eres peor que una mujer.

     Eijirou continuó mirándolo, pero nunca a los ojos, parecía que miraba su cuerpo. Durante todo el día no había hecho contacto visual con el felino, parecía cómo sí este huyese de su mirada, ¿Tan penetrante era? Varias veces se habían quejado de ello, pero no creía que fuese tan intimidante cómo para asustar a su gato.

     Y así prosiguió la tarde de su descanso dónde seguramente el jodido mitad-mitad le estaba reemplazando, el minino lo ignoraba cuando le hacía caso, pero cuando no, le pedía atención.

     Comenzaba a agradarle el hecho de tener compañía, su departamento se sentía menos frío que de costumbre, además de que la presencia de Eijirou era.. Interesante, ya que conseguía estresarlo, pero no lo odiaba cómo al resto de seres vivos.

     Quizás una mascota fue todo lo que necesitó en su vida. 

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Curiosidad 4:
Los gatos se sienten más atraídos por las personas que les ponen menos atención ya que se sienten menos amenazados cuando no hay contacto visual.

¡Este ya es más corto! Pero tiene importancia debido a que Katsuki elige el nombre de Eijirou. ^^

¡Gracias por leer!