˗ˏˋUn maullido es un masaje al corazónˊˎ˗| KiriBaku

『 C U A T R O 』

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—¡Bakugou, lo siento mucho! No pretendía ofenderte.— La voz de Uraraka lo distrajo mientras se colocaba su traje de héroe, pero no le respondió, se encontraba de tan mal humor que cualquier estímulo lo haría explotar.

     ¿Que por qué estaba molesto? Fácil, cierto gato había interrumpido en su hogar la noche anterior y por más que lo intentó, no logró dormir. A este se le metió la gran idea de querer ser acariciado durante la madrugada en todo momento, esto provocó que no lograse dormir las horas suficientes cómo para estar despierto y de buen humor.

     Lo peor fue que cuando intentó sacarlo otra vez, éste se negó y se escabulló a través de todo su departamento, y al tratar de alcanzarlo, se dio cuenta de que iba tarde al trabajo. No solamente no lo dejó dormir, sino que le retrasó y no tuvo tiempo de casi nada; pero ya vería ese maldito gato cuando regresara.

—¡De verdad lo lamento, Bakugou!— Pero la perra seguía y seguía..

—Uraraka, basta, deja de recordarle a Kacchan lo de anoche..— Interfirió Midoriya con su traje a medio acomodar, intentando ser el héroe de la situación, pero al parecer el oír la voz del peliverde fue el detonante para que Bakugou estallara.

—¡Bastardos, ya no vivo solo!— Gritó exasperado por querer librarse de ambos, y al parecer aquello los hizo dejar de discutir entre ellos.— Así que dejen de tocarme los huevos, pedazos de mierdas.

—..¿Kacchan, vives con alguien...?— Cuestionó Izuku, mirándolo con incredulidad, no podía ser verdad.— Vives con alguien.. ¿Y yo no lo supe..?

—¿Te debe de importar siquiera, Deku?— Miró al menor, quien se puso nervioso ante la mirada inquisidora del mayor, provocando que comenzara a balbucear de forma nerviosa e incoherente.— Cómo sea, ni se les ocurra decir esto al resto, me tienen estresado con lo chismosos que son todos en esta oficina.

     Hasta ahí quedó la plática, pues el cenizo dejó a la castaña y al peliverde hablando solos. Durante un momento se confió y creyó que esos dos iban a ser lo suficientemente inteligentes cómo para no decir algo respecto al tema, sin embargo, se equivocó. En menos de dos horas todo el edificio sabían que el gruñón de Katsuki había dejado de vivir solo.

—¡Claro, por eso ayer no le reclamó nada a Ochako!— Razonó uno de los ejecutivos, encargados de avisar a los héroes sí había problemas.— No quería comentar nada sobre que dejó de vivir solo, seguramente quería seguir estando en la boca de todos, ese maldito arrogante.

—¡Ni lo dudes! A Ground Zero le encanta la atención y se cree el centro del universo, por algo sus fans lo aman; estos le suben el ego hasta el cielo.— Comenta otra ejecutiva del sitio, tratando de ser lo más discreta, hablar mal de uno de los mejores héroes de la oficina era casi un pecado.

—Bueno, creo que al centro del universo no le gustaría saber que tanto dicen sobre él.— Interrumpió la conversación una voz gruesa y molesta, ambos ejecutivos se quedaron en silencio.—..Oh, que casualidad, el maldito arrogante ya sabe todo lo que los extras hablan sobre él.

—Ground Zero, señor, eh, no hablábamos sobre usted.— Trató de arreglar la situación uno de los dos, pero a Bakugou le dio igual y bostezó, aburrido de que ninguno de los trabajadores fuera tan inteligente cómo para crear un nuevo insulto o chisme sobre él.

—¡¿HA?! Cómo sea, par de extras, mejor vayan a hacer su puto trabajo.— Y con ello, los dos huyeron lejos de él, chasqueó la lengua.— Malditos sin quirk, me dan asco.

     El día estuvo pesado, seguramente se había dislocado el hombro cuando usó una de sus granadas para desviar hacia el cielo el kosei de un villano, pero no le importaba; lo único que quería era llegar a descansar, yendo directamente hasta su cama.

     E igual que el día de ayer, sus planes se vieron frustrados por la presencia de alguien en su hogar: Ese maldito gato pulgoso y pelirrojo que no había parado de maullar desde que llegó a la casa.

—¡¿Qué mierda quieres, pelos de mierda?!— Preguntó, notando cómo el pequeño felino lo miraba expectante.— ¡Déjame descansar un momento, mierda! ¡El puto trabajo estuvo horrible el día de hoy y lo único que quiero es recostarme un rato, carajo! ¡¿Ni eso puedo hacer en mi puta casa o qué demonios?!

     El felino seguía mirándolo, pero al menos detuvo sus maullidos. El ojirubí aprovechó esto y se recostó en el sillón de su sala, siendo seguido por el pequeño animal; suspiró al sentirlo encima suyo y de alguna forma, lo sintió más ligero que en la mañana que lo cargó.

—Espera, has estado aquí todo el día, ¿No es verdad?— Se puso a pensar el mayor, mirando concentrado al minino, quien lo miraba directamente a los ojos, curioso de saber que diría el humano.— Y anoche te di de comer, eso significa que...

     El gato seguramente se había cagado en algún lugar de su hogar y demonios, cómo odiaba el olor de la mierda de gato, era jodidamente apestosa, el sólo imaginarla le provocaba náuseas.

—¡Maldito pulgoso, ¿Dónde te fuiste a cagar? ¡Muéstrame antes de que te saque a patadas!— Y al parecer, eso si lo entendió el puñetero gato, pues se bajó de encima suyo y comenzó a caminar hacia el piso de arriba.—¡Seguramente te cagaste en mi habitación, hijo de puta! 

     Y lo siguió, sin esperarse que a donde se dirigía era al baño. ¿Acaso el jodido animal ese sabía para que servía? Lo miró expectante y cómo creyó, el jodido gato era tan inteligente cómo para saber que debía cagar en el inodoro.

     Lo supo, pues la mierda seguía ahí en el agua, sin haberle jalado.

—Eres un cerdo por no jalarle al baño, pelos de mierda.— Dijo Bakugou, jalando la pequeña palanquita del váter.— Pero, supongo que no sabes cómo hacerlo, eres un gato.

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Curiosidad 3:
Se cree que los gatos son tan listos cómo para saber usar el inodoro.

¡Está más largo este capítulo y ni siquiera sé por qué! Pero está super cagado, lo siento por eso haha.

¡Gracias por leer!