One-Shots RadioX

Atenciones 2#

Segunda parte de la historia anterior. Contiene escenas +18.

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La mañana llegó como un castigo para la demonio polilla, ésta se encontraba cansada al no poder conciliar el sueño, atormentándose con la culpa y los recuerdos de anoche, preguntándose como podría volver a ver a Charlie, no quería terminar su relación con la princesa, todo había sucedido tan rápido. Por culpa de un despecho, por no hacer más para detener a aquel demonio que se suponía odiaba, que odiaba ser tocado y que al final termino no solo tocándola, sino que arrancó todo rastro de insatisfacción que la chica tenía desde hace tiempo en lo que era su relación. 

Mientras ella se negaba a dejar su habitación, Charlie se preguntaba en donde se encontraba su novia, Vaggie solía despertarse temprano y hasta antes que ella. En el primer piso ya estaban todos los personajes que se adaptaron a su nueva vida en el hotel, esperando a que Niffty terminara con el desayuno.

—Hey Charlie, no es que me importe, pero me sorprende verte despierta tan temprano sin tu novia, ¿Tuvo mucha acción anoche?—. Angel nunca perdía una oportunidad para soltar uno de sus comentario sexuales, aunque casi nunca era tomado enserio, cierto demonio radio no pudo evitar soltar su distorsionada risa en interferencia. 

—No es gracioso, iré a ver si se encuentra bien—. Charlie observo al arácnido reprochando su mal juego de palabras mientras se disponía a ir a la habitación de Vaggie. Sin embargo al darse vuelta la figura de la joven demonio hacia acto de presencia frente a todos. 

Esta no se notaba cansada o con algún malestar, pero Charlie sabia que algo le estaba ocurriendo, le conocía muy bien. —¡Vaggie!—.Lanzándose hacia la chica y extendió sus brazos, la atrajo hasta quedar prácticamente unidas en un fuerte abrazo. 

—Estaba tan preocupada...¿Ocurre algo?—. La rubia se alejo de pronto de su pareja y le tomo las mejillas, viéndola a su único ojo. La mirada de Vaggie se desvió hacia el resto de los presentes, Angel y husk se mantenían a lo lejos recibiendo el desayuno por parte de la cíclope, luego estaba aquel hombre sonriente, con un rostro sereno y su sonrisa común, mostrando solo para ella un ceño fruncido y un fugaz guiño de complicidad. 

Su respiración se acelero ante el acto casi seductivo.—Estoy bien, solo muy cansada, no pude dormir bien anoche—. Vaggie paso su mano detrás de su nuca y se sobaba tratando de escusar su presencia tardía en la mañana, Charlie le soltó el rostro y suspiro aliviada, dejando por fin el tema, todos terminaron por tomar su desayuno.

Alastor mantuvo miradas furtivas y pequeñas sonrisas hacia la polilla, haciéndola encogerse en cualquier choque que tuvieran sus ojos. Ella odiaba ese maldito bastardo y esa sonrisa arrogante casi tanto como se odiaba a sí misma. Solo pensar en lo que hicieron juntos la puso enferma. La mirada que él le dirigió ahora hizo que su piel se erizara. Alastor parecía disfrutar recorriendo a la demonio polilla con la mirada. Incluso fue tan lejos como para burlarse de ella dando elogios a como Charlie y ella se mantenían tan unidas y que la seguridad que ambas transmitían sería vista por muchos en el infierno como un ejemplo de que existía un mínimo rastro de pureza en el infierno. 

El resto del día fue una completa tortura, llena de comentarios sugestivos y miradas que le ponían los pelos de punta a la chica polilla, ella se limitaba a no estar cerca de Alastor como pudiera, la suerte casi nunca estaba de su lado pues parecía que su novia no tenia más intenciones que unirlos para que se llevaran bien. Charlie sabia que su novia no se llevaba bien con Alastor y creía que lo mejor era que pasaran mas tiempo juntos.