capitulo 3

1K 144 1
                                    


Cuando llegó a su habitación no se sorprendió de ver cajas y chucherías apiladas en todos los rincones, siempre supo que sus padres estaban esperando el momento de su partida para guardar sus cosas viejas en esa habitación.

Estornudo tres veces antes de decidirce por abrir la ventana, y tener la imagen más dulce y graciosa de todo su día. Su hermano pequeño junto con Tetsuya estaban teniendo un uno a uno y el pelo celeste se veía que tenía graves problemas.

Soltó una pequeña risa y volvio su vista al centro de la alcoba, Solo haría su cama y apilaría el resto, no pensaba quedarse tanto rato, solo unas semanas hasta que terminara su tarea.

.
.
.

Luego de terminar, bajo las escaleras directo a la cocina, podía oler el aroma a carne que venía de allí.

- Huele delicioso mamá, gracias.- paso por el umbral de la puerta y se sentó en una de las sillas del mesón.

- No es para tí, ve a llevárselos a nuestro nuevo amigo. - dejo la carne en un plato y le coloco un domo de plástico encima.

- No se dónde está, ¿Te importaría llevarme? - agarro el plato y la miro.

- Yo lo haré - una voz la hizo saltar en su lugar mientras sintió como una mano se puso en su hombro.

- Creo que nunca me acostumbraré a esto. Bien pequeño guíame. - se giró sobre sus talones y ambos se pusieron en marcha.

Su casa estaba alejada de el pueblo y en cambio estaba muy cerca de la selva, internarse en ella no fue difícil pero si abrumador, sentía unos cabellos haderirse a su frente y no sabía si era su imaginación pero sentía bichos caminando en sus piernas.

Dirigió su vista a el camino y se dió cuenta de las marcas en los árboles que los guiaban, no eran tan obvias pero si te fijas bien ahí estaban, su padre fue muy precavido en cuento a la ubicación.

Unos metros después Kuroko se detuvo en frente de una pequeña montaña de hojas, ramas y un poco de lodo, era una madriguera perfectamente camuflada. Se agachó y abrió un poco entre las hojas dejando ver a un lindo cachorro color arena con manchas negras acurrucado sobre una pequeña manta, un puma de unos cuantos meses.

Estaba delgado pero al menos podía ponerse de pie, (Nombre) Quitó el domo y coloco el plato en frente del felino, en cuanto esté olió la carne se acercó rápidamente a comerla. Fue cuando la muchacha se dió cuenta de su pata trasera con un vendaje sucio.

- Pobre pequeño, debía haberla pasado mal estos días, dices que su madre murió ¿verdad? - volteo a ver a Tetsuya a su lado el cual solo asintió.

Sintió un peso en sus hombros, si tan solo hubiera llegado antes, tal vez la habria podido salvar también, pensó entonces que no estaba cumpliendo bien su trabajo como rescatista animal, pero haría todo lo posible por ayudar a la cría.

- Tetsu, entre mis cosas hay un botiquín ¿Puedes traerlo? - estiró su mano y acarició la cabeza del puma mientras escuchaba como este ronroneo.

- Seguro, vuelvo en unos minutos, ten cuidado, nunca se sabe que animales puedan salir. - te estiró una botella de agua para después perderse por el camino directo a su hogar.

Luego de uno minutos de haber esperado a que el minino terminara recogió su cabello en una coleta alta y lo tomo - al cachorro - en brazos para revisar mejor la herida, no era muy grave, probablemente un esguince, iba a quitar el vendaje cuando escucho el crujir de las ramas y pasos muy rápidos.

Escondió al manchado gato junto con el plato para empezar a caminar hacia el ruido, no era muy coherente y lo sabía, pero su curiosidad era mayor a su sentido de supervivencia, podría ser un animal herido nada más, un pequeño e indefenso animal que necesita ayuda. Sí, eso era, no había nada peligroso.

No alcanzo a procesar nada cuando una sombra negra le salto encima dejándola mareada y asustada cuando se fijó en dos vibrantes pupilas tan profundas como el océano.

¡No era tiempo para pensar en sus ojos!

Sintió unas afiladas garras en sus muñecas y se preocupo aún más. Recapitulando, tenía a un lindo bebé en sus manos, escucho un ruido, y ahora tenía a una morena bestia feroz encima suyo que creía muy capaz de matarla.

El híbrido era mucho más grande que ella, tenía un extraño cabello azul muy oscuro junto con dos orejas negras pegadas a su cabeza, traía unos pantalones rasgados y una musculosa gris con manchas de suciedad, la posición en la que estaban era demasiado incómoda, pero ahora calmarlo era más importante.

- Está bien... tranquilo ¿si? Todo está bien, no voy ha hacerte nada - trato de que su voz saliera lo más calmada y suave que pudo, ya había trabajado con híbridos salvajes y lo primordial era mostrarse calmado con cierto toque pasivo.

- Que graciosa, aquí tu eres la presa mocosa. - Su voz le mandó un escalofrío por toda su columna, Logrando que todo su cuerpo que tensara.

- Tienes razón, pero aún si no lo fuera tampoco te haría nada. - pudo oler un poco de sangre emanando de él y no pudo evitar preocuparse haciendo que inconscientemente moviera sus brazos intentando soltarse. Fue una mala idea porque aquel híbrido enterró más sus uñas y le mostró sus colmillos.

No pudo decir nada al escuchar unos gritos más alejados que alertaron al muchacho. Entonces vio su oportunidad.

- Veo que te están buscando, si me sueltas te ayudaré a esconder te.

Aomine tenía dudas, era una humana y si había aprendido algo de ellos era que son muy traicioneros. Pero algo en su mirada además de la presión de la situación lo hizo soltarla y dejar que lo ayudará. Además, si se atrevía a hacerle algo solo la mataría y escaparía.

Animal Instinct [KNB] [Aomine Daiki x Reader][HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora