Escandalo

Era un día gris y frío típico de Londres, pero ese día se respiraba un ambiente muy tenso en el Colegio San Pablo, tanto los alumnos como las hermanas estaban murmurando sobre lo que había pasado, para nadie era noticia que los dos rebeldes del San Pablo se habían fugado.
Eran muchos los rumores que se corrían por el lugar, desde que se fugaron para casarse a escondidas, hasta que quizá Candy había hecho algo a Terry para hacerle perder el juicio, estaba demás mencionar quien había esparcido ese último rumor.

La hermana Grey miraba disgustada por el ventanal de su oficina, mientras le daba vueltas al asunto, esto era realmente grave aún no creía lo que había pasado, nunca en sus años como rectora le había tocado algo así, Terry y Candy habían sido un gran dolor de cabeza, o quizá nunca los llego a entender-Se alejo del ventanal y tomó asiento en su escritorio mientras se masajeaba las sienes-Los padres de los fugitivos llegarían en cualquier momento, y estaba rezando a todos los Santos que se apiadaran de ella.

Quizá con una semana en el cuarto de meditación hubiera sido suficiente para los dos, ¿por qué no le había hecho caso a Terry? Los dos estuvieran aún aquí, esa chica Eliza era el diablo encarnado, gracias a las ideas de ella había llegado a aquella decisión-Unos golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos- un sudor frío la recorrió.
-Adelante-Era la hermana Margaret

-Hermana Grey el Duque de Grandchester y Sir William están aquí- la hermana Grey tomo aire y se preparo para lo que venía.

-Hágalos pasar por favor y que nadie nos interrumpa.

-Si hermana- Tal y como se lo pidió se dejaron ver dos hombres con un aspecto imponente, el rubio se veía de semblante amable, pero estaba serio al igual que el duque.

-Su excelencia, Sir William me apena mucho haberlos llamado por tan penosa situación- realmente se notaba muy apenada- Lamentablemente hace unos días ocurrió un indecoroso incidente con sus hijos, se les encontró juntos en uno de los establos del colegio a media noche, por lo cual tome cartas en el asunto, verán la Señorita Elizabeth Ligan fue la que los descubrió escabulléndose de sus habitaciones- William solo suspiró mientras negaba con la cabeza- Ella me entregó pruebas verídicas de lo sucedido- les extendió las carta a ambos- como verán allí está la prueba de la cita- un silencio incómodo inundó la oficina hasta que...

-Hermana Grey- el Duque había decidido hablar- Mi hijo podrá ser muchas cosas pero le aseguro que jamás haría algo para dañar la integridad de una señorita, y tampoco creo que la señorita implicada sería capaz de algo así, ¿está usted de acuerdo sir William?

-Concuerdo con el Duque hermana, conozco muy bien a mi hija y a Terry, y déjeme decirle que esta carta es falsa- la hermana Grey tembló cuando escucho esas palabras, era justo lo que le habían dicho los jóvenes, estaba perdida- Vera hermana a mi me gusta siempre estar al pendiente de mi hija por lo cual nos veíamos seguido, conocí a Terry un quinto domingo-sabia que no era así pero no iba a echar de cabeza al chico- por lo cual los dos me escribían cartas y puedo asegurarle y probarle que esta no es la letra de ninguno de ellos dos.

Ahora si que estaba perdida, como había caído en la trampa de aquella pelirroja, pronto vio como apareció un caballero muy elegante que al parecer era la mano derecha de sir William- el hombre le entregó unas cartas al rubio- la hermana Grey estaba sudando frío, y aún faltaba darles la noticia de que sus hijos se habían fugado, que los santos se apiadaran de ella.
-Aquí tiene hermana, véalo por usted misma- le entregó las cartas y minutos después la mujer cambiaba de colores, se le veía asustada.

-Mi sobrina Elizabeth es una mentirosa embustera hermana, y veo que hasta usted cayó redonda en su trampa.

-Es realmente penoso que usted siendo la más ejemplar de esta institución haya caído en las trampas de una jovencita malintencionada, creí que era más lista hermana- el Duque la miraba con desaprobación, Terry había ido a contarle lo que había pasado hace unos días pero lo tomo en un mal día, había tenido una discusión con el parlamento y sin contar los caprichos de la mujer fastidiosa que tenía por esposa, se había portado mal con Terry y le había dicho cosas feas, se arrepintió poco después. Por eso estaba dispuesto a ayudarlo y si era posible que aquella muchacha lo hiciera feliz, haría lo imposible por ayudarla también.