𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀! 𝐃𝐢́𝐚 ①⓪ ; 𝐄𝐧 𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

12.5K 335 172
                                    

México acabó demasiado celoso luego de esa situación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


México acabó demasiado celoso luego de esa situación.

¿Por qué se había avalanzado hacia Costa Rica? ¿Acaso quiere acostarse con él?

Ya un rato había pasado, todos estaban limpiando el lugar, lugar que había acabado en un desastre total, lleno de semen, sangre y botellas y latas de alcohol por todos lados. También habían algunos vidrios.

Unos cuantos se encargaban de acomodar los muebles, otros de barrer, otros de trapear. Argentina estaba encargado de limpiar las paredes junto con Uruguay, ya que ellos habían manchado estas con huevos al intentar golpear al chileno con estos.

El albiceleste las limpiaba un poco terco ya, pero sabía que debía hacerlo ya que él lo provocó, y todos estaban limpiando. Excepto el mexicano. Este se aproximó a él desde atrás, soltando la escoba mientras camina. Simplemente lo abrazó con fuerza y lo levantó, tapandole la boca con una de sus manos, comenzando a correr hasta meterse en una habitación alejada.

Cerró la puerta y lo tiró a la cama, todo estaba oscuro, para el sudamericano era algo difícil descifrar quién lo estaba agarrando. El mexicano apresó las manos del menor sobre su cabeza, y se metió entre sus piernas, acercandose a su rostro.

Argentina logró divisar el escudo de este por la poca iluminación del atardecer, bufando al notar de quién se trataba.──Sos un boludo, ¿Qué te pasa?──preguntó finalmente, removiendose un poco debajo del mayor. México no respondió nada, solo atacó la boca del otro, en un intento de romanticismo, lo cual no se pudo ya que Argentina no correspondió de la misma forma, estaba sorprendido.──M-México, ¿Q-qué-

──Shh~──Lo calló comenzando a besarle el cuello, haciendo rozar sus intimidades.──Mm~ M-México!──jadeó el argentino sintiendo los besos que eran repartidos por diferentes partes de su cuerpo.

El mexicano metió su mano por debajo del buso y remera del argentino, acariciando su torso para luego quitarle ambas prendad y dejarlo desnudo de la cintura para arriba. Se aproximó a sus pezones, apretando uno y lamiendo el otro, pellizando y chupando.

Argentina se limitaba a soltar jadeos, le estaba empezando a gustar, pero recordó que estaban en casa ajena cuando alguien abrió la puerta.──Ah! Pardon! Je n'ai rien vu!──exclamó Guayana Francesa asustado, con un fuerte sonrojo en sus mejillas.──J-Je ne dirai rien──tartamudeo, cerrando la puerta y yendo nuevamente con el resto.

México atacó nuevamente la boca del argentino, sintiendo el sabor dulce de sus labios ni finos ni esponjosos, apresando las manos de este arriba de su cabeza.──Voy a castigarte.──dijo el mexicano una vez se separó. Argentina lo miró curioso, ¿Por qué lo castigaría?No me mires así, pendejo, te pasaste de verga con eso de irte con Costa Rica. Al chile, si se sintió feo.──continuó, para luego quitarle el pantalón y bóxer al argentino, tirandolo por ahí.

El albiceleste, aún confundido pero excitado, mirana todos los movimientos del mayor: como la acariciaba las piernas, apretaba sus muslos, pellizcaba sus pezones y jugaba con el glande de su miembro.

El tricolor se sentó en el borde de la cama y tomó al argento de la cadera, haciendo que se siente sobre él. Argentina se aferró a sus hombros y comenzó a mover sus caderas, se rehusaba a ser castigado, no iba a dejarse hacer eso, pero sí iba a disfrutar de un buen sexo rápido.

México bajó sus venosas manos a los glúteos del menor, apretando estos y soltando nalgadas fuertes, dejando ahí la marca de su mano. Argentina soltaba quejidos antes las nalgadas continuas y fuertes, apretando los hombros de este, dejando él la marca de sus uñas.

El norteamericano bajó su mano a su pantalón, bajando la cremayera, moviendo su ropa interior para así sacar su miembro ya erecto. En este se marcaban algunas venas y palpitaba por momentos, acariciaba la entrada del otro.

Ya luego de unos segundos, el albiceleste se levantó ligeramente para así dejarle espacio y dejarle meter el miembro. México sonrió ladino, mordiendo el cuello del del sol en su bandera, comenzando a introducir su miembro. Parecía que iba a ser lento, pero, fue de una sola estocada.

Argentina ahogó un gemido,
el cual iba a salir bastante alto, pero acabó escondiendose en el cuello del mayor, arañando su espalda. Comenzó a temblar de forma adorable a vista del tricolor, el cuál posó una mano en un glúteo del menor, apretando, y la otra sobre su cadera, elevandolo y haciéndolo caer nuevamente para así penetrar su estrecho interior.

Se sentía humedo y caliente, también apretado, era un placer que a todos, sin dudas, les gustaría experimentar. Las penetradas comenzaron a ser más rápidas, los gemidos más prolongados, y las nalgadas se hicieron presentes repentina y fuertemente.

──M-México... México...──jadeaba el albiceleste en su oído, sintiendo aquellas penetradas en su punto dulce.

El mexicano quitó el miembro de su interior ganandose una mirada extraña por parte del otro. Lo levantó y agarró de la cabeza, posando esta con fuerza sobre la cama haciendo así presión. Levantó sus caderas curvando su esbelta espalda y, de una estocada, metió todo su miembro.

Nuevamente todo se hizo caliente y excitante, algo duro también. Los jadeos y gemidos no dejaban de salir, al igual que las nalgadas y besos y mordidas que el pordartor del águila en su escudo dejaba a lo largo de todo su cuello y espalda.

Desde la puerta se allaba Costa Rica, cruzado de brazos odiando esa escena, pero con una erección en su pantalón a causa del argentino.

──Ah! ah~! mm-! ah! ah!──se limitaba a gemir el argentino contra las sábanas ajenas, apretando estas con ambas manos. Luego de unos minutos, el mexicano lo volteó dejandolo en el misionero. Tomó las piernas de este y las flexionó hacia arriba, dejando estas apoyadas en su pecho y rodillas casi pegadas a los hombros.

Se acercó a su rostro soltando jadeos, penetrando con mucha fuerza y rapidez, torturando la próstata del sudamericano que ya lloraba a mares por el placer que sentía en esos momentos. Bastaron unas estocadas más para así acabar en su interior, llenándolo totalmente.

No sacó su miembro, solo se mantuvieron en esa posición intentando recuperar ambos la respiración perdida en todo el acto sexual. Una falsa tos se escuchó detrás, ambos desviaron sus miradas aún sin moverse, viendo así al costariqueño con el ceño fruncido.

Hubo pelea esa tarde.

Hubo pelea esa tarde

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡𝗘𝘅𝘁𝗿𝗮! ¡𝗘𝘅𝘁𝗿𝗮! ┇30 Días OTP +18 ┇MEXARG ❪✔❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora