𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀! 𝐃𝐢́𝐚 ①⑧ ; 𝐅𝐮𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐚

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El mexicano y el argentino esbozaron una sonrisa ladina y pícara, dirigiendola luego al venezolano

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El mexicano y el argentino esbozaron una sonrisa ladina y pícara, dirigiendola luego al venezolano. Este abrió sus ojos como platos, sus mejillas estaban cada vez más sonrojadas, empezaba a acalorarse también.──N-no vi nada.──desvió la mirada a su entrepierna, intentando taparla nerviosamente ya que estaba erecta.

Argentina hizo al venezolano levantarse levemente y lo colocó encima del mexicano, dandole la espalda. El venezolano estaba nervioso, pero a su vez quería bajar esa erección. El albiceleste colocó su mochila en su regazo para que así no se viera a la perfección lo que iban a hacer, ya que el mexicano bajó un poco el pantalón y boxer del de ocho estrellas, no mucho, solo lo suficiente para sacar su miembro erecto.

Agarró este con una mano y con la otra le tapó la boca, para que así no soltara jadeos muy altos. Lentamente comenzó un vaivén suave, apretando un poco su intimidad y acariciando cerca del glande, sabiendo que este lugar le fascina a muchos hombres. Venezuela se aferró a los brazos del tricolor, apoyando su cabeza en su hombro. Se estaba sintiendo bien y apenas empezaba la diversión.

Poco a poco el movimiento fue aumentando de velocidad, pero al norteamericano le gustaba jugar con los otros. Bajaba el nivel y volvía a aumentarlo, precionaba y dejaba de moverse, estaba torturando al venezolano.──Che no le hagás eso al pibe, está sufriendo.──rió el argentino acomodandose un mechón de cabello.

Argentina miró a su costado para ver que nadie los esté observando, y efectivamente nadie lo hacía, la mayoría se habían quedado dormidos. Sonrió ante esa situación, girandose otra vez y agachando la cabeza para así quedar a la estatura del miembro del venezolano.

Sacó su lengua agarrando el miembro con una mano y apoyandose en el muslo del mayor para así sostenerse. El venezolano puso casi sus ojos en blanco, retorciéndose ante esas sensanciones, se sentía demasiado bien. Por su parte, el norteamericano metió su mano dentro de la camisa (de uniforme) del de ocho estrellas, diriengose así a su pezón apretando y estimulando este.

Argentina saboreaba el miembro del venezolano, lo lamía como helado y luego lo metía en su boca, llenando este en su totalidad con saliva.

Mientras, en el lado de enfrente, Francia masturbaba con lentitud el miembro del británico, mordiendose el labio inferior. Reino Unido también mordía su labio, mirando al techo con los ojos cerrados, intentando no soltar muchos jadeos, por lo cual salían minimos gruñidos graves.

El francés sonreía ladino y levemente divertido ante la situación, aveces le gustaba molestar así a su esposo en lugares públicos, o dejarle las ganas en su casa.──F-Francia, detente.──murmuró el británico, intentando quitar la mano del más bajo.

──Non, monsieur.──Mientras que Francia curvaba una de sus cejas provocando así una mirada pícara, el mayor fruncía el ceño, estaba comenzando a enojarse, pero a su vez quería seguir, ¡Pero estaban en público, en un colectivo escolar!

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