Pasaron unos cuantos días y Yeonjun estaba preocupado por Beomgyu, llevaba tiempo sin saber nada de él. Solía enviar mensajes de vez en cuando, pero nunca le llegó respuesta alguna por parte del menor. Incluso cuando intentaba llamarlo, caía directamente al buzón de mensajes.
La vez que le pidió su ubicación planeaba ir a su casa a escondidas, sin embargo se acorbardó en el momento y no pudo hacerlo. Tenía que hacer un plan primero antes de ir, porque primero; no conocía la casa del menor, y segundo; pensó que sería demasiado apresurado.
Cada día que pasaba sin ver a su bebé —o así le llamaba en su mente— era una completa tortura, Beomgyu no solía faltar, y tampoco él, por lo que lo veía a diario.
Cuando Yeonjun regresaba de clases, se iba por la dirección que le había pasado Beomgyu, pasando así por el frente de su casa y analizando cada parte de ella. Formando una estrategia rápidamente y tenerla allí para cuando finalmente se atreva a ir.
Yeonjun y Soobin se encontraban en la hora del almuerzo, ambos sentados en una de las mesas de la cafetería.
Yeonjun soltó un suspiro y dejó caer su cabeza sobre la mesa, sorprendiendo a Soobin, que estaba tranquilamente comiendo de su desayuno hasta que el peliazul hizo tal acción.
—¿Qué te pasa? —preguntó consternado, dejando su comida de lado para centrarse en su amigo.
—Adivina.
—¿Beomgyu?
—Sí.
—Lo sabía. ¿Qué pasó con él?
—Nada en realidad, solo que como bien sabes, está desaparecido desde hace días y... necesito verlo —habló desanimado, alzando un poco su cabeza para poder mirar al más alto.
—¿No le enviaste algún mensaje?
—¿Qué parte de «desaparecido» no se entiende? —preguntó con exasperación, recibiendo una mirada fastidiada de Soobin.
—Bueno, qué iba a saber yo, muy pocas veces lo veo por aquí. Ya me preguntaba el porqué estabas tan pegado conmigo, aunque la respuesta es muy clara... —dio un sorbo a su bebida, dejando la última palabra en el aire.
Yeonjun se incorporó en el asiento, ignorándolo por completo para luego revisar su celular a ver si tenía al menos un mensaje de Beomgyu.
No había nada. Gruñó, guardando su teléfono nuevamente. Como respuesta automática, Yeonjun frunció las cejas.
—Si arrugas el ceño de esa forma te pondrás viejo más rápido —comentó divertido, tocando su entrecejo con su índice—. Luces como un gatito enojado —el semblante de Yeonjun se fue tornando más amargo por cada toque del menor en su rostro, y Soobin al notar cómo el mayor lo estaba matando con la mirada, se detuvo—. Lo siento.
—Dejando eso de lado, tengo una duda —dijo el peliazul serenando la expresión en su rostro—. ¿Qué tan buena idea sería visitar a Beomgyu hoy?
—Oh, suena lindo, hazlo–
—La cosa es que como está castigado, lo haré a escondidas, ¿es muy arriesgado entrar por una ventana o algo? Solo por si acaso... —en cuanto dijo eso, Soobin se dio una palmada en su rostro, ya nada le sorprendía de su amigo.
—¿Estás loco?
—No, ¿qué te hace pensar eso?
—No lo sé, tal vez empezando por el hecho de que cambiaste toda tu apariencia y hasta tu personalidad solo para poder gustarle a un niño mimado de grado menor, y que encima vayas a escondidas a verlo —espetó sin ningún tacto—, eso no está bien, ¿sabes?
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pretending to be a bad boy · yeongyu
Fanfictionen donde yeonjun quiere enamorar al chico que le gusta pero no sabe cómo hacerlo · fluff · intento de comedia · yeonjun top · beomgyu bottom