Esos millones de ojos brillantes miraban a ese ser caminando, que buscaba calmarse de la desesperación que tenía, esos ojos observaron como aquel ser se detuvo a verles desde ahí frente a un banco, y escucharon las dudas de el. Ese ser empezó a ver lo fácil que era perder lo que el amaba, sus sueños, sus metas, su felicidad. Comenzó a llorar y a negarse con gritos de seguir viviendo, se estaba desgarrando el alma con sus pensamientos. Y llegó a estar en una clase de trance en la cual sólo se concentraba en lo que pensaba y lo que hablaba hacia esos ojos, fue tanto su consentracíon que ni el frío de la oscuridad sentía.
Siguió hasta que llegó un punto en el que no pudo más y golpeó el banco que tenía enfrente mientras caía al suelo. Vio una luz azul en el suelo, pensó que era ella con su cara pálida quien también lo observaba en la oscuridad desde arriba y que estaba dando esa luz a la oscuridad. Pero no. Esa luz sólo iluminaba a ese pequeño ser y a nadie más.
Al poco rato después llegó su madre desesperada por su crío, y cuando lo vio lo llamo para que fuese con ella, pero el estaba perplejo por la luz azul. Lo cual su madre lo tomo de sus brazos y lo llevo a su hogar. Mientras iban de camino a casa la luz azul siguió al pequeño ser hasta llegar. A el le costó un rato sanar su alma destrozada, para poder seguir viviendo en aquel mundo tan frío despiadado.
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Gritos Quebrados Del Valle
PoetryCosas, historias y hechos escritas por un morador silencioso del valle